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Kodak busca empleados por el inesperado resurgir de las cámaras de fotos con carrete

La compañía se ha visto obligada a reforzar su personal ante la “demanda desbordada” de película fotográfica convencional

Kodak anunció el 11 de octubre nuevas contrataciones ante la fuerte demanda de carretes tradicionales.
Kodak anunció el 11 de octubre nuevas contrataciones ante la fuerte demanda de carretes tradicionales.Gema García
José Mendiola Zuriarrain

Atrás quedó el recuerdo sonoro de las cámaras de fotos de toda la vida: el clic del obturador y el traqueteo del paso del carrete... Los iPhone y similares prácticamente extinguieron la fotografía de la paciencia y el revelado, pero no del todo. Un fabricante, Kodak, decidió seguir apostando, junto como otras grandes referencias en el mundo de la fotografía como Fuji o Ilford, por la fotografía convencional y parece que esta apuesta, contra todo pronóstico, le está saliendo bien.

En un escueto tuit, la compañía de Rochester (Nueva York) anunciaba que había iniciado un nuevo ciclo de contrataciones ante una demanda de carretes tradicionales que se había “disparado” en los últimos años. En la era de los smartphones y del “apunta y dispara”, una nueva corriente a la contra sugería que un sector del mercado quería volver a la calma, paciencia y descubrimiento del revelado.

Más de 300 nuevos empleados

Este inesperado furor por un proceso de elaboración que parecía superado ha trastocado, en parte, los planes del fabricante. Si bien había mantenido con un hilo de vida los carretes en su catálogo de productos, no se esperaba esta súbita explosión en la demanda. “Nuestros distribuidores no paran de decirnos que los carretes de 35 mm desaparecen de sus estantes”, explica Nagraj Bokinkere, responsable de la división de la fotografía convencional en Kodak, a la web especializada en fotografía Petapixel.

Este ejecutivo ha destacado que la compañía se ha visto obligada de pasar de un único turno de lunes a viernes dedicado a este producto, a multiplicar por tres los turnos trabajando las 24 horas al día, incluyendo fines de semana. En concreto, Kodak ha contratado 300 nuevos empleados en los últimos 18 meses, y todavía no parecen ser suficientes. ¿Por qué este resurgir del carrete convencional?

Lo físico y lo imperfecto

“Esto de Kodak es un dato muy simbólico”, sostiene Iker Morán, periodista especializado en fotografía. Este experto alude a un retorno al valor del “formato físico, la estética imperfecta frente a los megapíxeles”, en referencia a la perfección, casi insoportable, de las fotografías tomadas con un smartphone moderno. Con un iPhone o Android de última generación, resulta casi imposible que la foto sea de mala calidad, incluso aunque se tome en movimiento y casi sin enfocar.

Las múltiples ópticas, los algoritmos y la inteligencia artificial, hacen el trabajo sucio de quien dispara, logrando unos resultados espectaculares de cualquier toma. Y ahora no hay esperas: uno toma una foto y aparece al instante en la pantalla, de forma totalmente gratuita. La referencia al coste no es baladí: en los tiempos del carrete, cada revelado costaba dinero y, por descontado, tiempo; esto obligaba al fotógrafo a ser más exquisito a la hora de pulsar el disparador, y trabajar mucho más elementos como el encuadre, el enfoque y la velocidad y la apertura del diafragma.

“Lo analógico ha venido para quedarse”

“Para nosotros, es una de las noticias más esperadas”, asegura sin ocultar su entusiasmo Albert Roig, fundador del laboratorio de revelado analógico Carmencita Film Lab. Como Kodak, ha resistido de forma numantina la ola de lo digital. “Que la industria vuelva a poner la fotografía analógica en el punto de mira ha sido siempre nuestro objetivo, y no solo a nivel profesional, sino que realmente creemos que es un medio que aporta mucho a la comunidad creativa y tiene una razón de existir muy importante”, explica.

Un aficionado coloca un carrete de película fotográfica en una cámara analógica.
Un aficionado coloca un carrete de película fotográfica en una cámara analógica.Gema García

Por otra parte, esta pasión por lo vintage fotográfico se ha dejado notar también en lo relativo a la venta de cámaras de carrete, que está viviendo su peculiar dorado, y provocando un aumento de los precios de las mismas. Sencillamente, la industria no estaba preparada para este giro del guion y la elevada demanda ha convertido las réflex en un nuevo objeto de deseo para los amantes de la fotografía.

¿A qué se debe esta vuelta a lo antiguo? Según Roig, parte de los clientes buscan recuperar “la experiencia de uso y la magia que da el medio. La experiencia que ofrece el analógico para los cinco sentidos no es comparable con la frialdad del digital o hacer fotos con el móvil”. En el proceso de la fotografía, elementos como el peso de la cámara, su sonido, su tacto, “e incluso el olor”, tienen un valor que ahora se echa de menos.

“Es como comparar un mueble de madera maciza con otro de IKEA”, afirma Roig, quien no duda en establecer otra comparación que resulta imposible esquivar: el vinilo contra los servicios de música en streaming, como Spotify, un formato que no solo sigue resistiendo, sino que ha registrado un incremento en las ventas del 22% en el primer semestre del año en Estados Unidos. ¿Será el retorno del carrete una moda pasajera? “Nadie tiene una bola de cristal, pero parece que los formatos analógicos están aquí para quedarse”, explica Roig, ya que, en su opinión, “la vida no está hecha solo de ceros y unos [el código binario de la computación]”.

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Sobre la firma

José Mendiola Zuriarrain
Es colaborador en la sección de Tecnología de EL PAíS. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Deusto, escribe desde 2007 sobre nuevas tendencias y tecnología.

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