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El tiempo dedicado a los videojuegos no influye en el bienestar, según un estudio

Un trabajo de la Universidad de Oxford apunta a que la motivación afecta más que las horas que se pasan frente a la pantalla, y sugiere que jugar ayuda a relajarse y recargar pilas

Clara Rebollo
Videojuegos
El estudio establece que puede ser más relevante la calidad subjetiva de la partida que el tiempo que se le dedique.UNSPLASH

El tiempo dedicado a jugar a un videojuego no influye prácticamente en el bienestar de los gamers o jugadores, según un nuevo estudio el Instituto de Internet de la Universidad de Oxford. Durante seis semanas, a partir de septiembre de 2021, casi 39.000 jugadores (mayores de edad) de siete populares videojuegos (Animal Crossing: New Horizons, Apex Legends, Eve Online, Forza Horizon 4, Gran Turismo Sport y The Crew 2) respondieron a una encuesta para medir su bienestar después de haber pasado más o menos horas realizando esa actividad. La conclusión que el grupo de investigadores ha extraído al analizar los datos recogidos es que la motivación desempeña un papel más importante que el tiempo invertido. Este trabajo es un paso más para tratar de comprender la verdadera influencia de una industria poderosa que está modificando notablemente el tiempo de ocio desde hace décadas, sobre todo de los más jóvenes.

“Nuestros resultados sugieren que las esperanzas y temores más exagerados en torno a los videojuegos pueden ser infundados: el tiempo dedicado a jugar videojuegos resultó tener un impacto limitado o nulo en el bienestar”, concluye el artículo científico. Y añade: “Nuestros hallazgos, por lo tanto, sugieren que la cantidad de juego, en general, no socava el bienestar. En cambio, nuestros resultados se alinean con la perspectiva de que las experiencias motivacionales durante el juego pueden influir en el bienestar. En pocas palabras, las cualidades subjetivas del juego pueden ser más importantes que su cantidad”.

El estudio distingue dos tipos de motivaciones: la intrínseca y la extrínseca. La primera es fruto simplemente de algo que una persona disfruta, de la propia acción; la segunda es instrumental y está condicionada por el resultado. Según las conclusiones, la intrínseca tendría un efecto positivo en el bienestar del individuo y la extrínseca uno negativo, y esta influencia parece perdurar más que la que puede tener el tiempo dedicado a los videojuegos. Por ejemplo, si durante la partida no se logran los objetivos y recompensas anheladas.

“Nuestro estudio apenas encuentra evidencias de una conexión entre los videojuegos y el bienestar, pero sabemos que necesitamos obtener muchos más datos de los jugadores de otras plataformas para comprender el entendimiento que se requiere para informar a los legisladores y para hacer recomendaciones a los padres y a los profesionales sanitarios”, explica el profesor Andrew Przybylski, uno de los investigadores a cargo del trabajo, publicado en Royal Society Open Science.

El propio texto menciona el caso de China, donde el Gobierno ha ido limitando y reduciendo progresivamente el número de horas que los menores de edad pueden jugar a los videojuegos cada semana; solo se permiten tres horas, concretamente. Otro de los autores, el doctor Matti Vuorre, es claro en este sentido: “Una cosa es segura: ahora mismo no hay suficientes datos ni evidencias para que los legisladores restrinjan el tiempo de juego entre ciertos grupos de la población”. Y añade: “Me gustaría apremiar a las compañías para que faciliten a los usuarios la posibilidad de donar sus datos a investigadores independientes”, reclama, para así poder ahondar en los análisis sobre este asunto.

Redes más amplias

En ese sentido, Przybylski asegura que este trabajo representa un progreso sustancial para el campo, pero que necesitan “lanzar una red mucho más amplia” para captar más información del juego y sus consecuencias. “Si realmente queremos comprender cómo los juegos influyen en la salud humana, debemos recopilar datos de los miles de juegos que se juegan todos los días. Las respuestas concluyentes a las preguntas de cómo los juegos influyen en nuestra sociedad requerirán que todas las principales consolas, computadoras y plataformas móviles permitan a sus usuarios donar sin esfuerzo y de manera ética sus datos de juego para un análisis independiente”, asegura en una nota de prensa de la Universidad de Oxford.

Frente a ese tipo de medidas restrictivas, el estudio sugiere que los videojuegos pueden ayudar a los jugadores a relajarse y recargar pilas, e incluso servir de tratamiento psicológico. De ahí que abogue por una mayor investigación. Esta misma universidad concluyó a través de otro estudio publicado en 2020 que, de hecho, un mayor número de horas dedicado a los videojuegos conlleva un nivel de bienestar ligeramente mayor.

El doctor y coautor Niklas Johannes añade: “Los datos son una fuente muy valiosa y permite que otros investigadores pongan a prueba sus propios interrogantes sobre la cuestión. Por ejemplo, utilizamos esta información para demostrar que un juego con dos tiradores no tenía ningún efecto en la agresión, y animamos a otros a sacar el máximo partido a estos datos”.

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Sobre la firma

Clara Rebollo
Trabaja en el equipo de Comunicación del Grupo PRISA. Antes, colaboró en la sección de Tecnología de EL PAÍS y pasó por el equipo de Contenidos y Redes Sociales del Senado de España. Se graduó en Periodismo con premio extraordinario en la Universidad Complutense de Madrid y realizó el Máster de EL PAÍS.

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