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El Supremo de EE UU bloquea una ley de Texas que prohíbe moderar contenidos en las redes

La decisión del Tribunal da tiempo para que las cortes resuelvan el fondo del asunto, la libertad de expresión protegida por la Constitución

Luis Pablo Beauregard
La aplicación de Facebook en un teléfono móvil
La aplicación de Facebook en un teléfono móvil.SASCHA STEINBACH SASCHA STEINBACH (EFE)

El Supremo de Estados Unidos ha bloqueado temporalmente este martes una ley promovida por el Gobierno de Texas que prohíbe a las tecnológicas borrar contenidos y opiniones políticas en plataformas como Twitter, Facebook, YouTube, Pinterest, Vimeo, Instagram o cualquier otra con más de 50 millones de usuarios mensuales. La decisión, adoptada tras una votación de 5-4 en el Tribunal Constitucional, da mayor tiempo a los tribunales inferiores para que resuelvan el fondo del asunto en los próximos meses: la libertad de expresión consagrada en la primera enmienda de la Constitución. “Este fallo significa que las compañías tendrán la oportunidad de ser escuchadas en las cortes antes de que sean obligadas a diseminar contenidos viles, abusivos o extremistas gracias a esta norma”, ha señalado este martes Matt Schruers, presidente de la Asociación de la Industria de la Computación y Comunicaciones (AICC).

Al celebrar la decisión, Schruers ha afirmado que “ninguna plataforma, página o periódico deben ser forzados por el Gobierno para que lleven algún tipo de contenido”. “Esto ha sido un principio fundamental de nuestra democracia por más de 200 años y la Suprema Corte lo ha avalado hoy”, ha señalado en un comunicado. La organización, junto a Net Choice, presentó el pasado 13 de mayo una moción de emergencia ante el Supremo pidiendo protección por considerar inconstitucional la llamada Ley de Redes Sociales de Texas.

El bloque progresista se impuso al conservador en este caso. El juez de derechas Samuel Alito presentó un voto de disenso afirmando que él hubiera preferido mantener la norma, que entró en vigor gracias a un voto dividido en el circuito de apelaciones. A esta opinión se sumaron Clarence Thomas y Neil Gorsuch, otros togados de perfil conservador. La jueza Elena Kagan también presentó un voto particular, pero no profundizó en su opinión, una práctica común en las mociones de emergencia.

De haberse mantenido en vigor, la norma hubiera permitido al fiscal de Texas y a usuarios demandar a las empresas tecnológicas por sus políticas de moderación de contenidos, lo que se traduciría en una prohibición de la regulación de contenidos para las plataformas. “Que la Suprema Corte haya notado los riesgos constitucionales de esta ley no es únicamente importante para las compañías tecnológicas y la libertad de expresión, sino un principio muy importante para las democracias”, consideró la AICC.

Las tecnológicas habían calificado la norma promovida por el Gobierno republicano como un “asalto sin precedentes a las decisiones editoriales de páginas web privadas, lo que podría transformar el modelo de negocio y los servicios”. La petición de emergencia promovida por las organizaciones de defensa a la libertad de expresión en la Red, consideraban que la norma representaba un “daño irreparable”. “Las plataformas no deben ser obligadas por los Gobiernos a diseminar discursos viles como el supremacismo blanco, arengas nazis, propaganda rusa, negación del Holocausto o reclutamiento de organizaciones criminales”, indicaba el texto presentado al Constitucional.

Lucha contra las tecnológicas

Además de Texas, Florida es el único otro Estado que tiene una ley que intenta regular a las redes sociales. Las normas de estos cruciales bastiones republicanos se aprobaron en un contexto en el que los gobiernos de este partido intentan disminuir la influencia de las tecnológicas. El lunes, una corte de apelaciones del Undécimo primer Circuito rechazó la norma de Florida al considerar que las políticas de moderación de las compañías privadas estaban fuera del control de los políticos locales.

Esta es solo una de las ofensivas que el fiscal de Texas, el republicano Ken Paxton, ha emprendido contra las empresas tecnológicas. A mediados de mayo, millones de usuarios de Instagram en el Estado se dieron cuenta de que no podían usar filtros con orejas de perrito. Además de este, muchos otros efectos no estaban disponibles en la entidad. Esto se debía a una demanda que Paxton había llevado a los tribunales contra Meta (Facebook), por el uso de datos biométricos. La demanda obligó a la empresa de Mark Zuckerberg a actualizar sus políticas de privacidad para la región.

Paxton considera a las grandes tecnológicas como los herederos del siglo XXI del telégrafo y el teléfono, por lo que sus servicios deben ser regulados como los de cualquier compañía “común”. El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha dicho que las plataformas digitales forman parte de un movimiento que tiene como objetivo silenciar “las ideas conservadoras y las creencias religiosas”. La norma aprobada por la mayoría republicana en septiembre del año pasado obligaba a las empresas a elaborar informes sobre los contenidos censurados, crear un sistema de quejas y revelar sus políticas de moderación. El tema ha probado ser polémico en el caso de Twitter y su venta a Elon Musk.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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