La policía de Londres se dispone a usar las polémicas cámaras de reconocimiento facial
La decisión se produce en medio de un gran debate global sobre el uso de esta tecnología
La Policía Metropolitana de Londres (Scotland Yard) ha anunciado este viernes que comenzará a usar en el plazo de un mes el polémico sistema de cámaras de reconocimiento facial en vivo (LFR, en sus siglas en inglés) para identificar a delincuentes en las calles de la ciudad. El comisario Nick Ephgrave, responsable de supervisar el sistema, ha anunciado que las cámaras se situarán en zonas concretas donde la investigación previa ha señalado que pueden localizarse los delincuentes más peligrosos. No se grabará aleatoriamente, ha explicado, sino que se introducirá en el sistema una serie de imágenes de los sospechosos más buscados, procedentes de una base de datos, para iniciar un proceso de identificación. Se señalizará claramente la localización de las cámaras, y habrá una distribución previa de información a los vecinos. Son circuitos cerrados de televisión, ha explicado la policía, que no estarán conectados a otros ya existentes en carreteras o zonas públicas.
La decisión se produce en medio de un gran debate global sobre el uso de este sistema de vigilancia, ampliamente utilizado en China, que ya ha sido probado en el Reino Unido por la policía de Gales del Sur. En Estados Unidos, de acuerdo con un grupo de investigadores de la Universidad de Georgetown, ciudades como Nueva York, Chicago, Detroit y Washington tienen al menos programas piloto para implementarlo. Otras, como San Francisco, han decidido prohibir esta tecnología.
Normalmente, el reconocimiento facial se utiliza para comparar si dos imágenes distintas, una almacenada en el sistema y otra recogida por una cámara, corresponden a una misma cara. Un algoritmo registra las relaciones únicas que hay entre las distintas características faciales, como los ojos, la nariz y la boca, y utiliza esta información para identificar a las personas basándose solo en una foto o vídeo de su cara. El proyecto que lanzarán el mes que viene las autoridades de Londres es capaz de hacer esta identificación de caras en directo. Es decir, procesan las imágenes de caras que pasan por la calle y detectan en tiempo real si alguna de ellas coincide con la lista que tienen almacenada. Así, pueden dar la voz de alarma en el mismo momento en que pasa un individuo sospechoso por una calle y es reconocido por la cámara.
La policía asegura que tiene intención de desplegar las cámaras de un modo abierto, y que iniciará antes un periodo de consultas con las comunidades donde vayan a ser instaladas. Ephgrave se ha mostrado convencido de que cuentan con el apoyo de una mayoría de ciudadanos. "Como una fuerza policial moderna, tenemos el deber de usar las nuevas tecnologías para mantener la seguridad de los habitantes de Londres. A través de consultas independientes hemos llegado a la conclusión de que contamos con el apoyo de la opinión pública", ha defendido. La Policía Metropolitana asegura que, durante los tres años en los que se han estado realizando pruebas preliminares, el sistema ha registrado aciertos en un 70% de las ocasiones. Solo en uno de cada mil casos, aseguran, se trató de una identificación falsa. Sin embargo, un estudio independiente analizó el uso de esta tecnología en Londres y encontró que daba falsos positivos en el 81% de los casos.
El uso de estos sistemas de reconocimiento facial en las calles de las ciudades está rodeado de polémica. Uno de los debates es, precisamente, que no funcione suficientemente bien y que acabe implicando a una persona inocente que se parece a un delincuente. El otro foco del debate es que la tecnología funcione demasiado bien y comprometa la privacidad de las personas que han sido identificadas por reconocimiento facial.
Las organizaciones civiles que se han mostrado más beligerantes con esta tecnología, como Big Brother Watch, han anunciado de inmediato acciones legales contra la decisión de la policía de Londres. "Es un ataque monumental a nuestros derechos que desafiaremos en los tribunales. Es una medida que mancha de buenas a primeras el historial en materia de derechos humanos del nuevo Gobierno. Exigimos que reconsidere la decisión de inmediato", ha dicho Silkie Carlo, la directora de la ONG.
El nuevo ímpetu que pretende dar a la seguridad ciudadana el nuevo Gobierno de Boris Johnson, y una serie de fallos judiciales a favor del sistema, han convencido a la policía de que había llegado el momento de desplegar la tecnología, a pesar de las objeciones que siguen mostrando las organizaciones civiles. "Se trata de una medida opresora, peligrosa y completamente injustificada. Este sistema de reconocimiento facial otorga al Estado un poder sin precedentes para vigilar y seguir el rastro de cada ciudadano, y destruir nuestra privacidad y nuestra libertad de expresión", ha asegurado la portavoz de Liberty, Clare Collier. La organización cita informes independientes que han estudiado las pruebas previas realizadas por la Policía, para asegurar que "resulta altamente probable que la tecnología no supere el umbral que establece la ley de necesidad en una sociedad democrática y pueda ser fácilmente tumbado en los tribunales".
En la Unión Europea este asunto ha desbordado la legislación existente. Consciente de lo peliagudo del tema, Bruselas planteó la semana pasada la posibilidad de prohibir el uso de la tecnología de reconocimiento facial en lugares públicos por un periodo de hasta cinco años con el fin de avanzar en el desarrollo de soluciones que mitiguen los riesgos que supone. La Comisión Europea tiene previsto presentar esta propuesta a mediados de febrero, aunque, según asegura Bloomberg, "resulta muy probable que cambie la versión final". Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo más amplio de la UE por ser capaz de competir con Estados Unidos y China en inteligencia artificial, pero dándole un uso más ético en aspectos como, por ejemplo, la privacidad del usuario.
De implementarse, este plan de la Unión Europea podría truncar los proyectos actuales que se están desarrollando en Alemania, que planea instalar sistemas de reconocimiento facial en 134 estaciones de ferrocarril y 14 aeropuertos. Francia también tiene pensado establecer un marco legal que permita integrar sistemas de videovigilancia con tecnologías de reconocimiento facial.
Pero el país que está a la cabeza tanto en desarrollo como en implementación de este tipo de tecnología es China. Allí, los sistemas de reconocimiento facial sirven para amonestar a quienes cruzan la calle en rojo, dispensar papel higiénico y hacer el check-in en el aeropuerto. Los infractores no pueden escapar porque China cuenta con una completa base facial de sus ciudadanos y de quienes visitan el país. El Gobierno puede dar con cualquier persona utilizando los 200 millones de cámaras que tiene instaladas por todo su territorio.
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