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Cómo saber si ese producto que va a comprar online es una falsificación

Los grupos criminales abusan de plataformas digitales para vender productos falsos, pero sus tácticas les delatan: el dominio, las fotos empleadas o el país donde se aloja la web pueden indicar que estamos ante un fraude

El uso de imágenes del producto original complica aún más la identificación de un posible fraude
El uso de imágenes del producto original complica aún más la identificación de un posible fraudeJORG GREUEL

La semana pasada, Europol anunció los avances de una operación policial a escala europea que culminó con el decomiso de 27 millones de mascarillas, entre otros artículos. La intervención comenzó en Internet: fuerzas de seguridad de 21 países siguieron la pista de ventas online de una larga lista de productos falsificados hasta almacenes, tiendas y mercados de Bélgica, Chipre, Grecia, Irlanda, Portugal, Rumanía y España. Y del mundo real, vuelta al digital: se cerraron 123 perfiles en redes sociales y 36 páginas web dedicadas a la venta de falsificaciones.

“Los grupos criminales abusan de plataformas digitales, como páginas web, redes sociales y apps de mensajería instantánea para vender productos falsificados que con frecuencia son dañinos”, señaló Europol. Entre los productos incautados figuraban también prendas de vestir, calzado, accesorios personales, juguetes y equipamiento médico. “Existe un vasto espectro de artículos y sectores que pueden verse perjudicados por estas prácticas ilegales. Lo verdaderamente importante es actuar con rapidez y diligencia para garantizar el cumplimiento de la normativa”, comparten desde eBay. Mientras tanto, los compradores también pueden defenderse.

Vigilar las imágenes

La misma magia de internet que hace posible que hagamos una compra sin salir de casa permite a los criminales anunciar sus productos falsos de forma más convincente. Basta con que reutilicen una foto de los originales en sus anuncios y páginas web. “Como el consumidor no tiene ocasión de tocar ni chequear nada, es más fácil que se confunda”, explica José Antonio Moreno, director general de la asociación para la defensa de la marca, Andema.

Al comprador suspicaz no le queda más remedio que analizar la poca información disponible. Si las fotos aparecen borrosas o redimensionadas o son imágenes genéricas, puede ser buena idea pedir más imágenes al vendedor. Además, un puñado de imágenes de pasarelas de pago conocidas puede bastar para dar un aire de seguridad al sitio. En caso de sospecha, es importante ignorar estos reclamos y confirmar que la web tiene un certificado SSL que garantiza que las comunicaciones hechas a través de ella están cifradas, es decir, que su URL comienza con https, en lugar de http.

Detalles de la web

El impulso que la pandemia ha supuesto para el comercio online también ha acabado por incrementar de forma colateral las ventas de estos grupos. Lo confirma el director general de Andema: “Cada vez que crece el comercio electrónico, crece el comercio electrónico de falsificaciones. Y durante la pandemia ha sido notabilísimo. Sobre todo en la venta de hidrogeles, mascarillas… Las plataformas digitales han sido el gran canal para lo auténtico y lo falsificado”.

Captura de los resultados que se obtienen al buscar la web oficial de Nike en Whois
Captura de los resultados que se obtienen al buscar la web oficial de Nike en Whois

Para Moreno, lo primero es el dominio: “Si estás buscando Adidas, no vale adidasstore o adidasmujer. El que se coloquen genéricos junto a la palabra de la marca registrada es un indicio de que la página web no es la oficial”. Además, a los oportunistas puede delatarles la fecha de creación del dominio. Según Europol, las webs que llevan menos de un año activas pueden ser sospechosas. Para conocer este dato, basta una búsqueda en la base de datos de Whois, que en muchos casos muestra también quién es el propietario de la web y el país en el que está registrada. Este último también es fundamental: “Muchas de esas páginas web no están registradas en España ni tienen sus servidores aquí”, precisa el experto. Esto, además de ser una pista, complica la tarea de las autoridades responsables de perseguir estos delitos.

¿Hay faltas de ortografía? ¿La web tiene un aire desaliñado? Mal asunto. Una web oficial debería tener un aspecto razonablemente cuidado y, sobre todo, incorporar detalles de contacto, aspectos legales como el domicilio o la razón social, la política de devoluciones, los términos y condiciones de uso, y el desglose de los impuestos en el valor final de los productos. “Todos esos elementos los exige la Ley de Comercio Electrónico”, comenta Moreno. En el caso de los precios, entra en juego el sentido común: si son demasiado buenos para ser reales, seguramente no lo sean.

Conocer al vendedor

En muchos casos, ni siquiera recurren a páginas web propias, pueden perpetrar sus delitos contra la propiedad intelectual desde portales como Amazon. “En eBay somos muy conscientes de este fenómeno e invertimos cada año millones de dólares para combatir un problema, presente tanto en el ámbito online como offline, con el objetivo de garantizar una experiencia de compra y venta segura para nuestros usuarios”, señalan fuentes de la compañía de ecommerce.

Las reseñas de otros compradores son fundamentales para prevenir sorpresas en estas plataformas y también pueden darnos pistas los nombres que utilizan esos vendedores: si son simples códigos alfanuméricos, conviene extremar las precauciones. “Amazon y Alibaba tienen un montón de clientes a los que no se les pide ningún tipo de autentificación de datos”, añade Moreno.

Si se identifica el artículo falsificado una vez recibido, revertir la compra o tomar medidas contra el vendedor puede ser algo más complejo. Portales como Amazon se rigen por el principio de que no tienen obligación de actuar mientras no se haga patente que se están vendiendo productos falsificados en sus dominios. “Entonces tienes que demostrarlo, hacer una prueba de compra, ir a un notario... Y comunicar eso a la plataforma. Imagínate hacer eso con millones de unidades de producto”, razona Moreno.

En este sentido, Andema reclama que la próxima y renovada Directiva de Servicios Digitales aborde estas carencias y exija a los grandes actores del comercio electrónico un papel actual en la lucha contra la distribución de productos falsos a través de sus canales. “Cada vez que alguien vende una camiseta, la que sea, ellos tienen un porcentaje de la venta. Con lo cual, para ellos es negocio que pierden si tienen que estar quitando a quienes venden falsificaciones”, señala el portavoz.

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