La empresa que almacena fotos suyas en Internet para identificarle
Un periodista de EL PAÍS pide las imágenes que Clearview guarda de él en su base de datos de miles de millones de archivos. La compañía ha trabajado con policías y empresas de más de 25 países
La empresa estadounidense Clearview AI tiene una base de datos con miles de millones de fotos de ciudadanos de todo el mundo. Esa base de datos permite identificar a una persona a partir de una sola imagen. Este periodista pidió por e-mail sus fotos amparándose en la ley europea de protección de datos. El resultado es impactante: 22 imágenes sacadas de fotogramas iniciales de YouTube, presentaciones colgadas en SlideShare o webs remotas. Algunas no recordaba haberlas visto nunca. Clearview también recopila fotos de redes sociales, pero en este caso solo había dos colgadas en LinkedIn y Flickr por otras personas.
Clearview AI nació en 2016, pero era una empresa desconocida hasta que en enero un artículo de The New York Times la hizo famosa. Su modelo de negocio es ofrecer su servicio de identificar a quien sea a partir de una foto a las organizaciones que quieran pagarlo. Su lista de clientes detallada sigue sin ser pública, pero entre lo que ellos han admitido y lo que han publicado algunos medios, se sabe que trabajan, han trabajado o colaborado con más de 2.000 cuerpos de policía en 26 países ―entre ellos, España— y también con docenas de departamentos de seguridad de empresas privadas. “Con nosotros no han trabajado”, afirman fuentes del Ministerio del Interior de España.
El reconocimiento facial es una tecnología polémica por su intromisión en la privacidad. Microsoft y Amazon acaban de anunciar límites a sus servicios. Los cuerpos de seguridad lo usan desde hace años, pero con límites distintos según el país. Una limitación habitual es la base de datos con la que se pueden comparar las fotos de presuntos sospechosos. En España por ejemplo la policía no puede cotejar una foto que obtenga con la base de datos del Documento Nacional de Identidad (DNI). La precisión de los algoritmos a la hora de comparar sin errores imágenes es también algo que aún genera dudas. Clearview AI presume de haber superado ambos obstáculos.
Clearview "found a photo that I had probably not seen in more than a decade, a picture that ran in a local newspaper in Ireland when I was 15-years-old and in high school."https://t.co/zBNdm0XabH pic.twitter.com/4o5PBvfsID
— Donie O'Sullivan (@donie) February 10, 2020
En 2016 crearon una herramienta que rastreara las imágenes de caras en Internet. Luego perfeccionaron el modo en que un vector numérico sirve para identificar los rasgos definitorios de un rostro. El buscador de Clearview permite introducir una cara y devuelve las imágenes que coinciden junto al link de donde proceden. En el caso de este periodista fueron 22, aunque alguna repetida, y en otras peticiones la cifra ha sido distinta.
Las fotografías de este periodista de EL PAÍS proceden sobre todo de webs locales donde le han entrevistado, ha dado una charla o ha recibido algún premio. Hay en especial una foto propia, repetida seis veces, que compartió con distintas páginas que le pidieron una imagen. Distintos encuadres, cortes o tratamiento hacen que la imagen esté repetida en la base de datos. Clearview AI insiste en que ese es todo su trabajo: en principio no usa ningún otro criterio para clasificar las imágenes, tampoco nacionalidad.
Su eficacia es increíble y sus posibilidades, extraordinarias. Esta app integrada en unas gafas de realidad aumentada permitiría identificar a todas las personas con las que uno se cruza por la calle. La distopía de identificar a todas y cada una de las personas que entran o salen de un local, van a una manifestación o han pasado por delante de un edificio concreto está más cerca de lo que parece.
No está claro cuántos millones de ciudadanos están en la base de datos de Clearview ni cuántas fotos hay de cada cual. Tampoco se sabe si esa base sigue actualizándose. La abogada holandesa especialista en protección de datos Emerald de Leeuw también pidió sus imágenes. Cuando las recibió, descubrió que una empresa usaba su cara gratis para hacer publicidad. Los tentáculos de Clearview llegan hasta rincones remotos.
“No sabemos cómo se han usado esos datos, la compañía es muy oscura”, dice De Leeuw. “Hay varias violaciones: no me avisaron de que mis datos estaban siendo procesados, nunca di consentimiento ni sé de ningún motivo por el que deban hacerlo y sospecho que lo que nos mandaron no es todo lo que tienen”, añade.
El Comité Europeo de Protección de Datos emitió un comunicado el 9 de junio sobre Clearview: a falta de análisis con toda la información necesaria, dice el comité, “el uso de un servicio como Clearview AI por fuerzas de seguridad en la Unión Europea no sería probablemente conforme con el régimen de protección de datos de la Unión”. La agencia sueca de protección de datos por su parte está investigando el uso de Clearview por sus autoridades.
“Hay dos grandes preguntas: primero, si lo que hace Clearview AI es legal –muy probablemente, no– y, segundo, si el uso de los servicios de Clearview AI por parte de autoridades policiales es legal – muy probablemente, tampoco”, dice Gloria González Fuster, profesora investigadora de la Vrije Universiteit de Bruselas. “La licitud del tratamiento es una de las grandes preguntas. El uso de imágenes para identificar a las personas es un tipo de tratamiento de datos ‘especial’, o ‘sensible’, por lo que está sometido a reglas especiales, que no parece que se hayan cumplido”, añade.
Clearview AI ha recibido todo tipo de denuncias en Estados Unidos: Facebook, Twitter o Google exigen que no emplee sus fotos; algunos ciudadanos piden individualmente que no use esos datos personales. La Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU, en inglés) denunció el 28 de mayo a Clearview AI por “actividades de vigilancia ilícitas y que destruyen la privacidad”. La organización aspira solo a que Clearview borre su base de datos y no la renueve.
En mayo Clearview AI anunció que iba a dejar que su tecnología fuera usada solo por cuerpos de policía. Antes del anuncio de Clearview de colaborar solo con fuerzas de seguridad, docenas de empresas y organizaciones estadounidenses la habían usado, según documentos obtenidos por Buzzfeed, como la NBA, los supermercados Walmart o el Departamento de Justicia.
Antes de saltar al foco público, Clearview AI estuvo en cientos de móviles de usuarios a quienes se la habían enseñado o empresas que la estaban probando. EL multimillonario propietario de una cadena de tiendas de alimentación John Catsimatidis se encontró a su hija con un chico en un restaurante caro de Nueva York. Pidió al camarero que le hiciera una foto al joven. Pasó la imagen por la app de Clearview y mandó la bio del chico a su hija por mensaje. Todo en segundos. La hija alucinaba: “Solo me estaba asegurando de que no fuera un charlatán”, dijo Catsimatidis al New York Times. El actor Ashton Kutcher describió en una entrevista que tenía en el móvil una app que hacía exactamente lo que hace Clearview AI.
Un experto en inteligencia artificial, Nicholas Cassimatis, hizo un experimento con Clearview a petición de la compañía: puso 834 caras de políticos y la app acertó sus identidades en todos los casos. “La probé en lugares sorprendentes: bares con humo, espacios oscuros. Funcionaba siempre”, dice.
El proceso de petición de tus datos es sencillo. La compañía ofrece una página donde ellos toman la iniciativa. Si no, solo hay que escribir un e-mail a privacy@clearview.ai con un mensaje donde pidas tu información personal amparándote en la ley europea. Al cabo de unos días se recibe una respuesta donde piden una foto y un documento de identidad. No procesan ningún dato más, con lo que dicen no saber tu nombre. “No recogemos información sobre el nombre de nadie, dirección, localización u otro tipo de información más allá de los links donde aparece” la imagen, asegura Clearview en su página web. Al cabo de unas semanas mandan el PDF con un listado de fotos y los links de donde proceden. El cuerpo policial o empresa de seguridad que vea esa información tiene obviamente sus métodos para saber más detalles de esa persona.
La tecnología que emplea Clearview no es única ni va a desaparecer. El reto para nuestras sociedades va más allá de una empresa. “Lo interesante es que su modelo de negocio parece que está inspirando a otras empresas”, dice González Fuster. “La idea es que estas compañías de alguna manera hacen el trabajo sucio de recopilar datos, cuantos más, mejor, y después los ponen a disposición de las autoridades policiales”.
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