España acogerá una cumbre internacional centrada en el impacto social de la revolución tecnológica

En Londres 600.000 cámaras controlan los movimientos de los ciudadanos y hay hasta cuatro millones en todo Reino Unido. Algunos colegios en China y Suecia utilizan el reconocimiento facial para vigilar la asistencia de sus alumnos. Los móviles captan las voces de los usuarios para proponerles publicidad. Si una persona dice o escribe en su móvil la palabra Kenia, a los dos minutos le salta una oferta de un viaje en su cuenta de Instagram. El mundo digital y el desarrollo de la tecnología transmiten una desconfianza a gran parte de la ciudadanía que no para de crecer. Una nueva cumbre impulsada por el Ministerio de Economía y Empresa y Mobile World Capital Barcelona pretende ser clave para atenuar el recelo del humano hacia la máquina. Se llama Digital Future Society y su principal objetivo es encontrar un nuevo modelo digital transparente para evitar la exclusión y la brecha digital.

No hemos sabido construir las herramientas para proteger a la gente frente al desarrollo tecnológico

El director del proyecto, Esteban Redolfi, ha resaltado este lunes en la presentación a las puertas del Parque del Retiro de Madrid, una clara falta de información que hace falta colmar. “Lo importante es saber hacia dónde vamos y que la gente sepa cómo y para qué. Tiene que conocer nuestras reglas del juego para confiar”, explica. La cumbre se desarrollará durante dos días en Barcelona a mediados de 2020 y acogerá a unas 1.000 personas. El foro, con vocación de repetirse y atraer a visitantes internacionales, está abierto al público mediante talleres y actividades con el objetivo de generar innovaciones equitativas. El ciudadano podrá dar su opinión sobre las discusiones y los avances que propondrán los expertos de todo el mundo. Redolfi expresa la necesidad de mejorar el conocimiento y la relación con el mundo digital. “La tecnología tiene un potencial enorme pero si lo dejamos avanzar sin concierto social es casi imposible que no tenga impactos negativos”, afirma.

El principal objetivo de la cumbre es encontrar un nuevo modelo digital transparente para evitar la exclusión y la brecha digital

Frente a tales imperativos, la cumbre formará grupos de trabajo para definir el papel de los gobiernos, nuevos modelos de transparencia y generar confianza. Una de las técnicas que expone Redolfi es analizar los casos de éxito de otros países gracias a la participación de 40 entidades, entre ellas el Foro Económico Mundial, Naciones Unidas y varias empresas como Facebook y Microsoft. Más de 170 expertos reunidos en este foro desarrollan prototipos e ideas piloto para probar su eficiencia y su recepción en la sociedad. Por ahora, los participantes han creado nueve proyectos. Redolfi ha destacado tres de ellos: nuevos certificados para que las empresas mejoren su política de protección de datos, una plataforma para que los funcionarios sepan manejar las innovaciones sin sobrepasar los límites de privacidad del ciudadano y otra para formar a la sociedad.

El director del proyecto resalta la vulnerabilidad del ser humano frente al mundo digital: “No hemos sabido hasta ahora construir las herramientas para proteger a la gente frente al desarrollo tecnológico.” El papel de los gobiernos no debe restringirse a una regulación del sistema o a reforzar el poder de los gigantes tecnológicos que ya poseen el trono, asevera Redolfi. Según dice, las instituciones políticas deberían colaborar también con las pequeñas empresas y con sus modelos de transparencia donde el usuario tiene la potestad de retirar sus datos. 

El proyecto suma una inversión de tres millones y medio de euros; dos de ellos provienen del Ministerio de Economía y Empresa y el resto, de la Fundación Mobile World Capital Barcelona.