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Motorola renueva el G7, el móvil clase media con pretensiones

La gama de cuatro teléfonos con precio ajustado se apoya en Google para conquistar al consumidor

Imagen externa e interna del G7 Plus de Motorola.
Imagen externa e interna del G7 Plus de Motorola.

Por segundo año, Motorola, fabricante de los primeros teléfonos móviles hace más de 30 años, opta por São Paulo (Brasil) para lanzar su gama G, la más exitosa y equilibrada. El año pasado tocó el turno del G6. En esta ocasión se trata del G7, un modelo que se ha presentado con cuatro opciones y con precios que oscilan entre los 149 y 299 euros.

G7 Plus.
G7 Plus.

La estrella de este lanzamiento es el G7 Plus, un terminal que la marca ha dejado probar a EL PAíS durante unas horas para recabar una primeras impresiones. Se trata de un modelo de diseño sobrio, con pantalla de 6,2 pulgadas reforzada con Gorilla Glass, para evitar disgustos, una batería de 3.000 MAh y doble cámara trasera de última generación, 16 megapíxeles con apertura de focal de 1,7, además de estabilizador óptico, un valor adicional que no se suele ver en este segmento. Sale en dos colores, un rojo brillante y azul índigo, más discreto. Costará 299 euros. Incluye procesador Qualcomm Snapdragon 636, cuatro gigas de memoria RAM y 64 de almacenamiento, que se pueden ampliar con tarjeta MicroSD.

El Moto G7 normal no cuenta con el cargador de alta velocidad, aunque sí tiene uno rápido. Cuesta 50 euros menos y sacrifica también el estabilizador óptico, pero potencia el procesador y los megapíxeles de la cámara principal, que pasa de 16 a 12. En este caso, los colores son los tradicionales blanco y negro cerámico.

Ambos modelos se pueden reservar online desde el momento de su anuncio, pero no llegarán a las tiendas físicas, tanto de España como de América Latina, hasta dentro de dos semanas.

Dos hermanos menores

En el caso de los más modestos Play y Power, habrá que esperar a marzo. Ambos prescinden de la doble cámara trasera. El Play costará 149 euros, con una pantalla menor, de 5,2 pulgadas. Mientras que el Power contará con una batería de 5.000 MAh, que brinda una autonomía de 60 horas.

La gran fortaleza en toda la gama está en la forma en que se ha integrado el sistema operativo. Vienen con Android 9 o Android Pie de fábrica. En lugar de optar por poner su propia capa personalizada de Android, Motorola da un paso atrás y cede todo el protagonismo a una experiencia pura Android, más cerca del Pixel, el móvil que Google usa como patrón, y apenas algunos gestos añadidos, a modo de atajos, para encender la linterna o hacerse un selfie rápidamente.

La elección del lugar no es fruto de la casualidad. Brasil es el país donde más cuota de mercado tienen, con más del 20%. Una cifra que se extiende a Argentina, Chile, Colombia, México y América Central, donde compiten directamente con la serie J y A de Samsung, así como con las versiones recortadas de los P y Mate de Huawei. Es, precisamente, en estos mercados, donde la cuota de Apple es apenas residual, dado su precio y limitada cadena comercial, casi siempre de la mano de las operadoras.

Motorola revive tras años de cambios intensos. La firma mantiene su mítico edificio en Chicago, donde nació hace 90 años, al calor del despliegue de cable telefónico y despertar de las telecomunicaciones. Fueron pioneros con el móvil y sufrieron para sumarse a la era de los smartphones. En 2011 pasó a manos de Google, por 12.500 millones de dólares. Tras cambiar su organización y métodos de trabajo, pasó a manos de Lenovo en 2014, por apenas 3.000 millones. El gigante chino que ya había comprado la división de ordenadores personales de IBM, con los mítico ThinkPad como reclamo comercial. Lenovo optó primero por difuminar la marca y dejarlo como solo Moto.

Tras los primeros resultados, volvieron a relanzar Motorola como tal y despegar el vuelo centrados en tres familias: Moto E, cuyos terminales no llegan a 200 euros y se centran en usuarios de países emergentes con poder adquisitivo limitado. Moto G, la más amplia y exitosa. Y Moto Z, modulable, junto con algunas intermitencias como los Moto X o Motorola One.

En todos los casos con Android como valor principal. Mientras que la mayoría de los fabricantes pueden tardar entre ocho y 10 meses en actualizar a la última versión del sistema operativo, Motorola suele estar entre los primeros dada su estrecha relación con el buscador, solo por detrás de HTC, invertida por Google.

Apenas tres semanas antes del Mobile World Congress calientan el ambiente con una declaración de intenciones. Saben que la gama media no tiene el glamour que demanda el gran evento de Barcelona, pero también que este nicho es una de sus grandes fortalezas. Queda la incógnita de si allí presentarán el nuevo RAZR, un móvil de tipo concha, con bisagra, de los más laureados en la primera generación de telefonía móvil personal, o si mostrarán la gama Z, dirigida a un público más selecto, con módulos que permiten personalizar las características técnicas, como si fueran bloques de Lego.

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