“El ‘blockchain’ sienta las bases para la tecnología del futuro”
El autor de 'La era de la criptomoneda' identifica la burbuja en la actitud de muchos inversores, que se fijan solo en el precio y no en la tecnología que sustenta al bitcoin
“No creo que nadie comprenda del todo el blockchain”, admite con un deje irónico Michael J. Casey, columnista estrella de The Wall Street Journal durante 18 años y coautor de libros de referencia como La era de la criptomoneda: cómo bitcoin y blockchain amenazan el orden económico global.Casey admite desde Nueva York no poder predecir los efectos de la revolución tecnológica que estamos viviendo, pero sí se muestra convencido de que va a cambiar el mundo.
Pregunta. ¿Cómo explica la fiebre por el bitcoin de los últimos seis meses?
Respuesta. Por una parte, por un creciente conocimiento de los beneficios de esta tecnología. Hay un segmento de la población cada vez más consciente de las posibilidades de las criptomonedas y de las aplicaciones descentralizadas. También influye el boom de las ICO. Este flujo de dinero en bitcoins ha ido creciendo a velocidad cada vez mayor.
P. ¿Es una burbuja?
R. Creo que, a largo plazo, el valor del bitcoin puede ir mucho más allá del actual. Pero a corto plazo, sí hay un boom. Desde luego hay una fiebre por el bitcoin y hay gente que lo compra sin entenderlo. Hay elementos de burbuja, pero es muy difícil fijar un valor intrínseco del bitcoin, porque al no tener precedentes de una tecnología así, es muy difícil fijar un precio objetivo. Pero sin duda el comportamiento de muchos inversores es el propio de una burbuja: se fijan en expectativas de precio, y no en la tecnología que sustenta este activo.
P. Muchos reguladores alertan a los inversores de los riesgos de las monedas digitales. Algunos incluso hablan de fraude.
R. La regulación sería una buena forma de ordenar el sector. Pero me parece aún más importante caminar hacia un mercado más maduro, con elementos de autorregulación. Necesitamos sistemas de software y de lectura de datos más sofisticados. No creo que los reguladores deban ser muy estrictos con una tecnología tan nueva, pero sí hace falta más claridad.
P. Algunos observadores comparan la situación actual con el furor puntocom de los años noventa: explotó la burbuja, pero la tecnología que lo sustentaba, Internet, ha continuado. El equivalente sería el blockchain, que tras un eventual estallido de la burbuja bitcoin, seguiría desempeñando un papel importante.
“Los reguladores no deben ser muy estrictos con un sistema tan nuevo”
R. Es una buena analogía. Las burbujas tienen algo bueno: aportan gran cantidad de financiación a bajo precio. Y algo malo: la fiebre de los inversores que acaban perdiendo gran parte de su dinero. En los años noventa, la financiación se dirigió a infraestructuras físicas, como el cable, que permitió desarrollar la tecnología 3G. Esto fue necesario, por ejemplo, para que Apple hiciera el iPhone. La diferencia es que ahora la infraestructura que se desarrolla es de carácter social, y no físico. Estamos creando comunidades descentralizadas que aúnan esfuerzos para desarrollar nuevas ideas. Esto es muy potente. Aún no sabemos qué saldrá de todo esto, igual que en los años noventa no sabíamos qué saldría de esa inversión. El blockchain sienta ahora las bases para soluciones descentralizadas que definirán la tecnología del futuro.
P. En La era de la criptomoneda usted describía las divisas digitales como un instrumento para reinventar las estructuras financieras y sociales. Dos años después de publicar este libro, ¿ve confirmado su diagnóstico?
R. Aún no (Risas). El bitcoin se ha popularizado, pero no como yo esperaba. Confiaba en que fuera usado progresivamente como un medio de cambio. Eso no ha ocurrido de forma masiva. Pero sí se ha popularizado su conocimiento, y esto contribuye a alimentar las redes y crear nuevas ideas. El eje central de estas ideas es la creación de estructuras financieras descentralizadas. El bitcoin y toda la filosofía que conlleva supone un reto para el sistema, pero no estoy seguro de que este reto vaya a venir por los caminos que yo pensaba.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.