El iPhone X, frente a frente con sus competidores
Los 1.159 euros por los que saldrá a la venta el 'smartphone' más avanzado de la firma de la manzana lo convierten en un artículo prohibitivo para muchos. ¿Merece la pena ese desembolso?
Como se preveía antes de su lanzamiento, el iPhone X ha superado la barrera de los mil euros. No ha sido el primero en hacerlo este año: el Samsung Galaxy Note 8, que está a punto de salir a la venta, lo hace desde 1.010 euros; y todo apunta a que el LG V30 también rondará esa cifra. ¿Qué tiene el teléfono de la firma de la manzana que justifique ese precio?
Más pantalla
El cambio más evidente es la pantalla que, siguiendo la tendencia que marcaron LG y Samsung durante la primera mitad de año, cubre prácticamente toda la superficie frontal. Como consecuencia, el aspecto es muy atractivo y, teniendo en cuenta el tamaño de esta superficie, resulta mucho más cómodo utilizar y transportar. Para tener una referencia visual es posible comparar sus dimensiones con las del iPhone 7 (la versión normal, no Plus): es sólo unos milímetros más grande, con una pantalla de 5,8 pulgadas frente a 4,7 pulgadas.
Esta pantalla, además, es OLED; una tecnología que integrará también el buque insignia de LG. Samsung, por su parte, elige un panel AMOLED con beneficios similares: colores intensos, negros puros, buenos niveles de contraste... Eso sí, el iPhone queda por detrás en la resolución de su pantalla: 2.436 x 1.125 píxeles que no alcanzan los 2.960 x 1.440 píxeles de sus contrincantes.
Con el rostro
La única zona de la superficie frontal no cubierta por la pantalla es una pequeña pestaña negra situada en la parte superior en la que se alojan la cámara frontal y distintos sensores. Como se esperaba —y lo que se ha convertido en una de las decisiones más arriesgadas— no hay rastro del botón de home y, con él, ha desaparecido el lector de huellas. Ninguno de los teléfonos de la competencia con este concepto de pantalla lo ha hecho hasta ahora, optando en su lugar por trasladarlo a la parte trasera.
Prescindir de él supone innovar en el modo de uso y desbloqueo de dispositivo. Así, Apple ha desarrollado el control por gestos sobre la pantalla para funciones tan básicas como volver a la página principal, y ha integrado un sistema de reconocimiento facial. No es el primero en incorporar este sistema biométrico (lo vimos en el Samsung Galaxy S8, entre otros), aunque la novedad está en las garantías que le otorgan. Mientras otros fabricantes avisaban de que era uno de los métodos de desbloqueo menos fiables, Apple afirma todo lo contrario: no lo pueden engañar fotografías ni caretas y funciona a oscuras. Habrá que probarlo.
En cuanto a las capacidades fotográficas de la cámara frontal, sigue la estela de la competencia para mejorar su resolución y, como novedad, permite aplicar el efecto retrato también en los selfis. Este modo sigue siendo una de las prestaciones estrella de la doble cámara trasera: hasta hace no mucho, Apple era uno de los pocos que las empleaba con este fin, aunque recientemente Samsung ha implementado un efecto similar en su Note 8. LG, por su parte, sigue utilizándolas para tomar imágenes con un ángulo mucho más amplio.
Rey en rendimiento
Uno de los aspectos que se renueva con cada generación de iPhone es su procesador que, en esta ocasión, es un A11 Bionic que se acompaña de un motor neuronal que reconoce personas, lugares y objetos y aprende con la experiencia. ¿Qué podemos esperar de él? Según la web de Geekbench, que ya ha publicado pruebas de rendimiento, mucho: demuestra mejor rendimiento que los MacBook Pro de 2017. Por otro lado, tanto Note 8 como V30 integran un Qualcomm Snapdragon 835; un componente que hasta ahora ha demostrado un rendimiento óptimo.
Mención especial merece la batería que, por fin, se alinea con la competencia para incluir carga inalámbrica a través del estándar Qi y carga rápida. ¿Qué podríamos echar de menos? El stylus del Note 8, el zoom selectivo de la cámara del V30 o la ranura para tarjeta que incorporan ambos.
Buenas expectativas
Hace mucho tiempo que no nos encontrábamos con un iPhone que supusiera un cambio tan importante con respecto a la generación anterior. Como era de esperar, tiene casi todo lo que podemos pedirle a un smartphone, incluyendo diseño, rendimiento, calidad de la pantalla y desempeño fotográfico. El precio a pagar será, para muchos, demasiado alto. Tanto como para plantearse si no es mucho mejor un iPhone 8 Plus con capacidades similares en el que las únicas ausencias destacadas son la pantalla hasta los bordes y el sistema de reconocimiento facial.
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