A bordo del coche autónomo chino
Baidu compite con Google y Tesla y espera tener listo para 2020 su vehículo que conduce solo y lee las señales de tráfico. Lo hemos probado
Es un circuito pequeño, pero estrecho y con curvas muy cerradas. Un conductor novato no iría por él con mucha confianza, pero el coche autónomo que Baidu ha diseñado junto al fabricante de automóviles chino Great Wall lo recorre sin problema. Y eso que se trata de un SUV voluminoso. “¡Arranca!”, dice en chino el conductor que realiza la prueba con EL PAÍS y que tiene que estar al mando por razones de seguridad. Como cuando un ser humano hace prácticas para sacar el carné de conducir. Pero lo cierto es que el instructor se queda de brazos cruzados y no hace más que dar órdenes con la voz. “Toma el desvío a la derecha”, dice para que se meta por un atajo. El coche obedece sin rechistar.
Tendrán que convivir con conductores de carne y hueso. Para 2025, el Gobierno chino espera que un 15% de los 35 millones de vehículos que se venderán ese año en su territorio estén equipados con "sistemas altamente autónomos"
Más sorprendente aún es la segunda vuelta al recinto que Baidu ha instalado en el Nuevo Centro de Exposiciones Internacionales de Shanghái, el gigantesco complejo triangular que esta semana acoge la versión oriental de la feria tecnológica CES. Mientras el coche acababa el primer recorrido, un operario ha incluido una simple señal de tráfico que indica al coche la obligatoriedad de introducirse por el desvío y de no continuar recto. Sin que el conductor diga ni una palabra, el vehículo inteligente lee la señal con sus cámaras y toma el atajo.
La prueba puede parecer un poco rudimentaria y alejada de la complejidad que presentan las carreteras reales. Más aún en China, un país donde los conductores ven las normas de tráfico más como una recomendación que como una obligación. No obstante, demuestra el potencial que tienen los vehículos sin conductor, y reafirman a Baidu como una de los principales actores en su desarrollo. De hecho, su vicepresidente y director del programa de vehículos autónomos, Gu Weihao, ha afirmado hoy que cree posible tener coches autónomos en carreteras reales en 2019 o 2020.
Eso sí, primero será solo en autopistas, donde las condiciones son mucho más favorables para la tecnología actual. Sobre todo porque tendrán que convivir con conductores de carne y hueso. Para 2025, el Gobierno chino espera que un 15% de los 35 millones de vehículos que se venderán ese año en su territorio estén equipados con "sistemas altamente autónomos". Y los consumidores parecen estar dispuestos a echar una mano en esta transición, porque un 75% está a favor de los coches sin conductor según un estudio de Boston Consulting Group. Es un porcentaje muy elevado si se tiene en cuenta que en Estados Unidos se queda en el 52% y que cae hasta el 36% en Japón.
“También creemos que China es el lugar ideal para desarrollar el coche autónomo por la complejidad que implica conducir aquí”, añade Gu con ironía. “No obstante, tenemos claro que no queremos hacerlo solos. Por eso, hemos decidido abrir en julio la plataforma que hemos creado en el Proyecto Apollo y dejar que los fabricantes se beneficien de lo que hemos ideado hasta ahora y aporten también su conocimiento. De esta forma, les resultará mucho más fácil fabricar vehículos autónomos”.
A diferencia de lo que hacen Google o Tesla, el modelo que plantea Baidu es similar al de Android. Quiere convertirse en el sistema operativo de los automóviles sin conductor. “La colaboración nos permitirá avanzar mucho más rápido en esta revolución que se avecina”, apostilla Gu, que ha recordado unos inicios llenos de baches. “Comenzamos con Carlive, que conectaba el coche al smartphone, y nos costó llamar la atención”.
El gran cambio llegó con Baidu Maps, la aplicación de navegación en alta resolución cuyo diseño tuvo que ser modificado para atender a las necesidades de los vehículos autónomos. “Incluimos más sensores a los cientos de vehículos que cada día van recorriendo carreteras de todo tipo, incluso pistas de tierra. Ahora también recogemos todos los datos del comportamiento del piloto, desde cuánto gira el volante, hasta cómo pisa los pedales. Con esta información vamos mejorando las predicciones que hace el coche autónomo, cuya precisión ha aumentado considerablemente tanto en vertical como en horizontal”, continúa explicando Gu mientras muestra en una pantalla gigante el comportamiento real de un conductor y la predicción que haría el sistema de Baidu. Las líneas verde y roja cada vez se superponen más a menudo.
El Gobierno ve la posibilidad de que China se adelante a las potencias tradicionales en nuevos sectores que ofrecen oportunidades de negocio billonarias
“Tenemos que mejorar los comandos de voz y afinar los algoritmos. El reto es, como en muchos otros sectores, utilizar bien el big data en la nube para hacer un análisis que nos permita realizar predicciones casi perfectas que garanticen la seguridad de los usuarios. Pero estamos convencidos de que el coche autónomo conducirá mejor que cualquier ser humano”, apunta el vicepresidente. Para lograrlo, en esta nueva fase son vitales el aprendizaje profundo -deep learning, en inglés- y el aprendizaje automático -machine learning-.
“Por lo menos tendremos que recorrer 200 millones de millas (321 millones de kilómetros) para alcanzar nuestra meta”, sentencia Gu. “No queremos fabricar coches sin conductor, sino establecer sus estándares”, afirma el directivo. Y la consecución de ese objetivo no es solo una prioridad para él, también lo es para el Gobierno chino, que ve la posibilidad de que el gigante asiático se adelante a las potencias tradicionales en nuevos sectores que ofrecen oportunidades de negocio billonarias.
Para mucho más adelante es el prototipo que ha presentado en CES Asia la sino-sueca NEVS, especializada en vehículos eléctricos con conectividad total. Se trata de un coche en el que ya ni siquiera hay volante, sino cuatro asientos giratorios dispuestos a modo de sala. “Consideramos que en el futuro el número de propietarios de automóvil será muy reducido, y que la movilidad compartida será un servicio habitual”, comenta uno de los responsables de la empresa. En este futuro más lejano, los usuarios llamarán a vehículos autónomos gestionados por empresas de transporte para realizar su viaje y estar acompañados por otros que van por el mismo camino.
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