Xiaomi planta cara a Apple y Samsung con el Mi6
La marca china presenta un nuevo 'smartphone' con cristal especial para la tapa trasera y una pantalla que reduce los efectos nocivos en la vista
"Vosotros habéis tenido que esperar 203 días. Nosotros, siete años". El cartel del lanzamiento del Mi6 refleja bien la expectación que existía ante la llegada del nuevo buque insignia de Xiaomi. Al fin y al cabo, el Mi5 ha sido un superventas que sus sucesores -el Mi5S y el Mi5S Plus- no han podido batir ni de lejos. Afortunadamente para la empresa, el nuevo smartphone de la marca china no ha decepcionado. “En un mercado tan competitivo como el de los teléfonos móviles, la innovación es el único camino hacia el éxito. Llevamos dos años preparando este momento”, ha comentado el consejero delegado de la empresa, Lei Jun, antes de desvelar el terminal.
El Mi6 es el primer aparato chino que incorpora el nuevo chip Qualcomm Snapdragon 835, el más potente del mercado con una frecuencia máxima de 2,45 Ghz. Y viene acompañado de 6GB de la memoria RAM más puntera, la LPDDR4x. Juntos logran un impresionante índice en el ranking de Antutu: 184.292 puntos que lo sitúan muy por delante de competidores como el iPhone 7 y el Huawei P10. Además, conscientes de que muchos utilizan el móvil para jugar, Xiaomi no se ha olvidado de la GPU -gráficos- y ha adoptado una Adreno que incluye el Vulcan 3D API. “Los usuarios no van a sentir ningún parón, y el teléfono no se les va a calentar ni con los juegos más exigentes”, ha destacado Lei.
Entre el resto de características destaca la desaparición del Jack de auriculares, como ya han hecho Apple o LeEco, y el hecho de que, por primera vez en el catálogo de Xiaomi, el Mi6 es resistente a salpicaduras. Si le cae un vaso de agua o se moja un poco en la lluvia no pasa nada, pero no es sumergible. Xiaomi también ha adoptado la tecnología de cámara dual al estilo de Apple, con una lente gran angular y un teleobjetivo que permite hacer un zoom óptico de dos aumentos. Combinado con un software de belleza, la cámara logra que en los retratos los sujetos estén muchos más perfilados sobre el fondo, que aparece más difuminado. Se reduce la profundidad de campo y los resultados tienen una apariencia casi profesional. Con un sensor de 12 megapíxeles y un estabilizador óptico de cuatro ejes, sobre el papel la cámara está a la altura del terminal más caro de Apple, el iPhone 7 Plus.
Con un sensor de 12 megapíxeles y un estabilizador óptico de cuatro ejes, sobre el papel la cámara está a la altura del terminal más caro de Apple, el iPhone 7 Plus
“También hemos trabajado mucho la pantalla para reducir los efectos nocivos que tiene estar mirándola, sobre todo de noche”, ha apuntado Lei. “A diferencia de otros fabricantes, que quitan la luz azul a costa de que la pantalla quede amarillenta, nosotros hemos diseñado un sistema -Eye Care- que reduce los rayos azules afectando mínimamente a los colores. Y también hemos logrado aumentar el rango del brillo desde un solo nit -muy interesante para cuando se duerme y no se quieren luces en la habitación- hasta 600 nits que permiten leer la pantalla sin problema a plena luz del día”. Lei ha justificado el tamaño de 5,15 pulgadas -relativamente reducido a estas alturas- aduciendo que “todavía hay usuarios que quieren utilizar el móvil con una sola mano”.
También sorprende la duración de la batería de 3.350 mAh, que Lei estima en dos días de uso moderado, y la funcionalidad del chip NFC, que Xiaomi ya utiliza tanto para pagos como para utilizar el teléfono en sustitución de las tarjetas de transporte que abren las puertas del metro y de los autobuses en gran número de ciudades chinas. “Estamos convirtiendo el móvil en nuestro mando a distancia”, ha bromeado.
En cualquier caso, nada ha provocado más entusiasmo entre los 3.000 asistentes al lanzamiento que su diseño. Porque estrena un cristal especial en la parte trasera que está curvado por los cuatro costados y no solo por dos. La apariencia, sobre todo en el color azul, sin duda llama la atención. Pero nada comparado con las dos ediciones especiales. Una con un cuerpo cerámico que recuerda al Mix, y otra con un cristal de plata que es como un espejo y que nadie podrá comprar porque solo existen 30 unidades. “Queríamos producirlo en masa, pero ayer los ingenieros me dijeron que es imposible. De cada 10.000 unidades solo lograríamos 10 o 20 que pasaran el test de calidad, porque cualquier mota de polvo lo arruina”, ha explicado el consejero delegado. La prensa invitada al evento, incluido EL PAÍS, ha podido ver un par de unidades: muy efectistas pero poco prácticas, ya que parece como si las huellas se fijasen incluso antes de tocar el móvil.
La última ovación, como suele suceder siempre con Xiaomi, ha sido para el precio. El Mi6 estará a la venta desde el 28 de abril a 2.499 yuanes (340 euros) en la variante que viene con 64GB de memoria interna, y 2.899 yuanes (400 euros) si se prefieren 128 GB. La versión cerámica costará 100 yuanes (13 euros) más. “Vemos que hay una tendencia entre el resto de marcas chinas a encarecer el precio de los terminales, pero nosotros no lo vamos a hacer”, ha prometido Lei a pesar de que sus móviles ya son notablemente más caros que hace seis años, cuando se lanzó el Mi1.
En cualquier caso, el Mi6 es la apuesta de Xiaomi para recuperar el terreno que el año pasado perdió en favor de otros competidores locales como OPPO y Vivo, que la han superado en ventas. Y, aunque en las comparaciones mostradas hoy siempre aparecen el iPhone 7 y el Huawei P10, lo cierto es que la verdadera rival es Samsung y su Galaxy S8. Desafortunadamente para Xiaomi, la estrategia de venta que ha adoptado tiene un problema que la frena frente a la surcoreana.
“El Xiaomi Mi Mix es un teléfono espectacular, pero me fastidia que no se pueda conseguir. La estrategia de Xiaomi con las ventas flash [en las que un número determinado de móviles se ponen a la venta a una hora concreta y solo hasta que se agotan, algo que suele suceder en cuestión de minutos] es muy frustrante para los clientes”, resume Diao Xinming, un joven que cambió su Mi4 por el OPPO R9. “Yo no quiero estar delante del ordenador como un loco para tratar de conseguir un móvil por el que voy a pagar”.
Consciente de ello, Xiaomi está expandiendo rápidamente su red de tiendas físicas, pero la escasez de los modelos más demandados también se da en sus establecimientos, donde los dependientes se encogen de hombros y ofrecen únicamente los móviles que llevan ya meses en el mercado o los que pertenecen a la gama más económica. “Nosotros incluso hemos quitado el Mix de las mesas porque la gente se enfada cuando les decimos que no lo pueden comprar”, reconoce una empleada de una de las principales tiendas de Shanghái. “Mejor es que no lo vean”, ríe.
Consciente del reto, Lei ha asegurado que aumentarán la producción lo que sea posible, y que ampliarán hasta mil el número de tiendas físicas. “En los últimos dos años hemos tenido problemas para crecer, en parte porque solo vendíamos online y ese es todavía un canal por el que se realiza en torno al 20% de las compras de productos tecnológicos. Con nuestra apuesta offline esperamos continuar creciendo a buen ritmo”, ha afirmado. “Pero lo importante es innovar, y quiero informar hoy de que el año pasado logramos 3.326 patentes que demuestran que lo estamos haciendo”.
Lei también ha prometido continuar con el proceso de internacionalización de la marca, que está presente de forma oficial en 23 países, incluido México. Todavía no hay fecha para su desembarco en Europa Occidental, pero Lei ha sacado pecho asegurando que Xiaomi está cosechando grandes éxitos en India -con el mayor porcentaje de satisfacción del usuario-, el sudeste asiático, e incluso Israel. “Al resto les pido paciencia”, ha dicho en una reunión informal con los periodistas después.
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