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RICHARD STALLMAN | 'PADRE' DEL SOFTWARE LIBRE

“La democracia necesita a héroes como Snowden”

Richard Stallman afirma que no apoya formalmente a ningún partido político, pero reconoce que simpatiza con Podemos

Mikel Ormazabal

Richard Stallman (Nueva York, 1953), guardián de las esencias del software libre, habla de política y advierte de que la victoria de Donald Trump en las elecciones de EE UU puede aumentar el peligro sobre la seguridad informática en el mundo. Admite su "simpatía" por Podemos y se declara una persona de izquierdas, con ideas anarquistas y "un poco" capitalista. Así se define en esta entrevista antes de ofrecer este miércoles una charla invitado por la capitalidad cultural europea San Sebastián 2016.

Richard Stallman, padre del software libre, este miércoles durante la entrevista en San Sebastián.
Richard Stallman, padre del software libre, este miércoles durante la entrevista en San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ
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Pregunta. ¿Qué ventajas conlleva usar software libre frente a sistemas privativos?

Respuesta. Un programa privativo somete a los usuarios al poder de su propietario, lo cual es una injusticia. Para mantener nuestra libertad, tenemos que rechazar el software privativo, cueste lo que cueste. Los asuntos de comodidad, las ventajas, son secundarios comparados con el asunto principal de tratarnos justamente, de no someternos. Se ve en otros campos de la vida el peligro de que las empresas tengan poder sobre la gente. Pero en este campo, casi todos son excusas para cerrar los ojos al peligro de la injusticia.

P. ¿Funciona mejor el software libre que el privativo?

R. El software libre permite que cualquier tipo de usuario puede desarrollar su propia versión modificada. Ofrece a los usuarios el control del programa, de su informática. Cuando no tienen ese control están indefensos ante el poder del propietario. Las empresas de software privativo suelen poner cualquier cosa malévola sabiendo que los usuarios no podrán eliminarlo. En uno libre, se pueden eliminar los elementos malévolos. En mi comunidad, cada contribuyente reconoce que no tiene poder sobre los usuarios. Si se pusiera algo malévolo habría enseguida una versión corregida que la remplazaría. No tengo el poder de imponer nada a los usuarios y no estoy expuesto a la tentación que el poder conlleva. Los programadores sí tienen ese poder y están expuestos siempre a esa tentación. Por eso introducen tan a menudo funcionalidades malévolas.

P. ¿A qué peligros se refiere?

R. Windows tiene funcionalidades malévolas; Skype espía; Android tiene una puerta trasera y capacidades para hacer grilletes digitales y toma notas de qué escucha cada usuario; Netflix, también espía al usuario… Cada teléfono móvil tiene una puerta trasera que permite cambiar a distancia todo el software en el teléfono y se emplea esa puerta trasera para convertir el teléfono en dispositivo de escucha sin necesidad de hacer una llamada. Aunque esté apagado, siempre sigue funcionando una vez modificado el sistema del teléfono.

P. ¿Por qué son más utilizados los privativos?

R. Nuestra sociedad promueve los valores prácticos y superficiales. La voz de Microsoft, amplificada por el dinero, es muy fuerte. No se han dado cuenta de la injusticia de ser privativo ni de las injusticias secundarias de las funcionalidades malévolas. Yo no quiero que toquen mi libertad.

P. ¿Hace diferencias entre Google, Facebook, Apple, Amazon y Microsoft o mete a todas en el mismo saco por usar software privativo?

R. Todos comparten la primera injusticia de base por ser un sistema privativo. Pero en cuanto a las funcionalidades malévolas, hay diferencias. No digo que todos los programas privativos son iguales, seguramente algunos no tienen funcionalidades malévolas. Cuando se trata de espiar al usuario o de crear puertas traseras para atacar al usuario, se esconden y solo a veces se detectan esas funcionalidades malévolas. Y en aquellos donde no hemos detectados esas funcionalidades malévolas, somos ignorantes de si las tienen o no, pero visto que tan comunes son hay que considerar que la probabilidad de que las tengan es muy alta.

P. ¿El software libre tiene ideología, es de izquierdas?

R. No. La filosofía política del movimiento software libre combina ideas capitalistas, con ideas socialistas y anarquistas. No estamos en contra del negocio, sino en contra de someter a la gente. Hay negocios de software libre que no someten a la gente, y por eso estoy contento. También hay un espíritu socialista, porque un programa libre está disponible por todo el público y lo pone al servicio del conocimiento humano. Ahora hay una tendencia por privatizar todo a causa del capitalismo extremo y la plutocracia. Pero hay ideas también anarquistas, porque cada uno privadamente puede hacer lo que quiera con el software libre.

P. Las aplicaciones de privacidad baten récords de usuarios tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de EE UU.

R. Si son privativos no proporcionan ninguna seguridad.

P. ¿Con Trump hay más riesgo para la seguridad informática?

R. Puede ser, pero hay que reconocer que otros países también espían. En EE UU hay límites legales constitucionales a los que las agencias no suelen prestar atención. En Francia, por ejemplo, como medida de emergencia han autorizado que espíen cualquier base de datos. Es un estado tiránico. Para mantener la democracia necesitamos a los reveladores de secretos, a los héroes como Snowden. Solo gracias a los héroes como él podemos saber lo que hace el Estado. Cuando el Estado sabe siempre quién se comunica con quién y quién va a dónde, puede detectar rápidamente a los reveladores de secretos, a las fuentes de los periodistas, y puede ponerlas en la cárcel por haber desvelado información de alta relevancia pública. El Estado español ya ha demostrado su voluntad de esconder sus acciones sucias, con la ley que prohíbe hacer públicos los vídeos en los que se ve la violencia que emplea la policía. Ha dicho que quiere proteger a la policía mientras ataca al pueblo.

Richard Stallman, en un momento de la entrevista.
Richard Stallman, en un momento de la entrevista.JAVIER HERNÁNDEZ

P. ¿Tenía un candidato o candidata favorito en estas elecciones en EE UU?

R. Primero, [el senador independiente Bernie] Sanders, luego Jill Stein, del Partido Verde. No voto a candidatos de la derecha, como Trump o Clinton. Una curiosidad de la política electoral de EE UU es que los del centro-derecha se llaman de izquierdas, pero se mudan al centro para ganar, aunque eso significa ir a la derecha. Cuando se pregunta a las votantes sobre cuestiones públicas están más a la izquierda que candidatos como Clinton.

P. ¿Cómo empezó su relación con Podemos? ¿Se siente cómodo siendo invitado de un partido político?

R. Lo que hago es difundir en Podemos la conciencia de la necesidad del software libre. Tengo la esperanza de que la política también implante el software libre. No apoyo formalmente a ningún partido español, pero es claro que simpatizo más con Podemos por sus valores generales. No conozco el resto de partidos.

P. ¿Por qué afirma que la Administración pública debe apostar exclusivamente por el software libre?

R. Es imprescindible para la soberanía informática de un país, porque el Estado existe por el pueblo y actúa por el pueblo. El Estado tiene la responsabilidad ante el pueblo de tener el control completo de la informática. El uso del programa privativo en una agencia pública supone abandonar el control de su informática, un incumplimiento de su responsabilidad ante el pueblo. No se debe, pero se hace. Es un hecho que los Estados usan muchos programas privativos. Hay que corregir esto. La corrección durará años porque es mucho trabajo, pero hay que comenzar sin demoras.

P. Un software chino ha espiado 700 millones de smartphones. ¿Estamos seguros?

R. Seguramente utilizará un software privativo. Pero hay que saber que el sistema de Apple, el iOS, transmite datos personales a los servidores de Apple. Quizás ha espiado a más gente aún. Lo malévolo es lo normal en el software privativo. Cuando lancé el sistema libre no fue así. La primera vez que Microsoft introdujo en Windows una funcionalidad para transmitir a Microsoft la lista de aplicaciones instaladas en la máquina hubo un escándalo, y lo retiró. Años más tarde reintrodujo esa misma funcionalidad de forma escondida, encriptada para que los usuarios no lo supieran. Un investigador lo descubrió, pero no fue un escándalo porque no había otra opción.

P. Microsoft se ha unido recientemente a la Fundación Linux. ¿Podría entrar en su Free Software Foundation?

R. No, pero no rechazaríamos su dinero si se ofrece. No cambiaremos nuestras metas para seguir recibiendo su dinero. Tenemos una postura moral fuerte. No creo que Microsoft quiera darnos dinero. Microsoft publica unos programas libres que sí son útiles, no los rechazamos, pero hacer un poco el bien no compensa hacer mucho el mal. Microsoft hace mucho mal con su software privativo. Nuestra práctica no es medir el bien y el mal de una empresa con cifras.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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