Google cancela Project Ara, su móvil modular
Solo LG y Motorola han apostado por un teléfono cuyas piezas se renuevan por separado
Google cancela uno de sus proyecto más imaginativos, el del móvil modular. Project Ara, como se conocía de manera experimental, no tendrá más recorrido. La compañía ha decidido, aunque por el momento no ha dado una respuesta oficial, no dedicar más recursos a una idea que hace solo año y medio congregó a un centenar de desarrolladores en su sede para explorar sus posibilidades, hacerlo crecer juntos e, incluso, se llegó a afirmar que Puerto Rico sería el lugar donde iban a tener lugar las pruebas.
El buscador prepara la llegada de su nuevo sistema operativo Nougat con cautela y decisiones drásticas. Se espera que el día 4 de octubre presenten los nuevos móviles avalados por el buscador. Los tradicionales Nexus muy probablemente pasarán a llamarse Pixel, siguiendo la nomenclatura de sus últimos ordenadores y tabletas. El fin de Ara es otra de las decisiones relevantes antes de estrenar el próximo Android.
Solo LG y Motorola llegaron a sacar móviles al mercado interpretando, a su manera, la idea. LG estrenó el G5 como su gran novedad en el congreso de móviles de Barcelona. Contaba con baterías, cámaras de fotos y altavoces. Pero sobre todo, con la promesa de más complementos y darle una larga vida al móvil. La posibilidad de usar módulos no solo permitiría hacerlo más personal, sino también más duradero.
Motorola sorprendió en Lenovo Tech World de San Francisco con el Moto Z, un móvil que sirve como base para más módulos. En IFA acaban de sacar una versión un poco más modesta, el Moto Z Play y una cámara de fotos de Hasselblad, con 10 aumentos y la opción de guardar imágenes en formato RAW, el equivalente al negativo analógico, pero en el mundo digital.
El verano pasado ya comenzaron los primeros rumores sobre su abandono
En el caso de Motorola la ejecución es bastante más elegante. Los complementos funcionan y se solapan con la base a través de un sistema de imanes. Con LG hay que abrir, quitar y desmontar piezas por lo que resulta más vulnerable y farragoso. En ambos casos, los nostálgicos del PC hecho por uno mismo lo acogieron con entusiasmo.
El verano pasado comenzaron los primeros rumores sobre su abandono. Rafael Camargo, googler español de 51 años a los mandos del proyecto, negó entonces que el proyecto estuviera en vía muerta. Pero Google acaba de confirmar a Reuters que no tiene intención alguna de seguir impulsándolo y mucho menos de sacar una unidad propia al mercado. Sí reconoce que contemplan la opción de licenciar la tecnología y dejarla en manos de terceros. Considera así que lo de Motorola y LG es una propuesta inspirada en su idea, pero que no ha hecho uso de sus avances y patentes.
El furor inicial de los de Mountain View con esta iniciativa fue considerable. Lo pusieron bajo la supervisión de Regina Dugan, exdirectora de DARPA, el organismo que impulsó la creación de Internet, y, desde 2012, directora de movilidad en Google. “Como sucedió cuando se creó Internet, hizo falta repensar todo y trabajar en equipo”, dijo en la primera conferencia pública de desarrolladores. Era el 15 de enero de 2015 .“Se ha creado una riqueza, una creatividad, una forma de expresión increíble. Fue porque se hizo fácil y accesible. El hardware no ha evolucionado desde las últimas grandes misiones de la NASA en los 50 y 60. Queremos bajar la barrera, que sea accesible”, subrayó. En los planes iniciales se llegó a pensar en un sistema de gastronetas, como la mejor estrategia para llevarlo a Puerto Rico. La elección de la isla no fue casual. Consideraron ideal a su población: hiperconectada, amante de la tecnología y con un 80% de los habitantes con perfil activo en Facebook. “Es perfecto, no por ser un lugar cerrado, sino por ser un lugar mobile first, hay hiperconexión, con una operadora latina, Claro, propiedad de América Móvil, y otra americana, Open Mobile. La cobertura llega casi al 100%”, aseveró entonces Paul Eremenko, encargado del despliegue. Este ingeniero llegó a plantearse crear un módulo de seguridad y privacidad. “De modo que al quitarlo, no quede ningún dato personal en el móvil. Así se puede hacer uso temporal de un aparato o guardar esa pieza para ponerla en otro móvil o evitar llevarse un disgusto si lo roban”, dijo entonces.
Dentro de la fantasía que ahora se difumina imaginaban a los consumidores encargando su móvil en la playa, entre baño y aperitivo pidiendo su móvil a la carta y con impresoras 3D para personalizar la carcasa a gusto del consumidor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.