Los satélites ‘seguirán’ a los aviones
La órbita de los satélites, a 800 kilómetros de altitud, facilita la recepción de la señal de los vuelos
Una de las principales herramientas con las que cuentan los controladores aéreos para saber dónde está una aeronave es el radar, pero debido a que la curvatura de la Tierra bloquea las señales, más del 90 % de la superficie de nuestro planeta no tiene cobertura radar, con lo que dependen de las comunicaciones por radio de las tripulaciones para ir estimando la posición del avión.
Pero si todo va según lo previsto eso empezará a cambiar pronto con la incorporación paulatina de receptores del sistema automatic dependent surveillance – broadcast, Sistema de Vigilancia Dependiente Automática, en satélites artificiales que irán permitiendo tener una cobertura global de la posición de las aeronaves.
El ADS–B transmite por radio de forma automática un montón de información que obtiene de los sistemas de a bordo como, por ejemplo, la identificación de la aeronave, su posición, velocidad, altitud, aeropuerto de origen y destino, etc. Cada vez más aviones lo incorporan, y en breve será obligatorio en todos los aviones de pasajeros, en especial en los de largo radio.
Más del 90 % de la superficie de nuestro planeta no tiene cobertura radar
Esta información normalmente es recogida por equipos en tierra que pasan los datos a los sistemas que usan los controladores, datos que también pueden recibir otras aeronaves, de tal forma que sus pilotos están mejor informados de su entorno. Pero la recepción de estas señales tiene limitaciones muy similares a las de las señales de radar.
Sin embargo los satélites Iridium NEXT, que empezarán a ser lanzados en el verano de 2016, incorporarán equipos de la empresa Aireon que les permitirán recibir señales ADS–B desde el espacio y transmitirlas de vuelta a tierra. De esta forma, los datos de aeronaves que no están en contacto con estaciones terrestres podrán ser incorporados a los sistemas de control aéreo como si lo estuvieran, ya que sus 66 satélites darán cobertura a toda la superficie de la Tierra.
Aireon, de todos modos, no actúa a ciegas montando sus receptores en los Ididium NEXT. Lanzado en mayo de 2013 con la misión principal de monitorizar y estudiar la cubierta de vegetación de nuestro planeta el satélite Proba-V de la Agencia Espacial Europea lleva a bordo como carga secundaria un receptor de ADS–B que ha servido para demostrar que en efecto es viable recibir estas señales en un satélite en órbita.
Organismos y empresas como National Air Traffic Services, que lleva el control aéreo en el Reino Unido, y Nav Canada, que hace lo propio con Canadá, han anunciado ya su intención de suscribirse al servicio de Aireon. Así, todas las rutas aéreas que cruzan el Atlántico Norte gozarán de cobertura ADS–B. La sudafricana Air Traffic Navigation Services hará lo propio, de tal forma que gran parte del Atlántico sur y del Océano Índico quedarán cubiertos. Dinamarca, Italia e Irlanda también recibirán datos de Aireon, de la que, de hecho, son accionistas, y es de suponer que en el futuro cada vez más servicios incorporen los datos ADB–B vía satélite, en especial aquellos de los que depende tráfico aéreo por áreas remotas.
Así, será mucho más difícil que una aeronave pueda desaparecer sin dejar rastro como el vuelo MH370 de Malayisia Airlines.
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