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La Comisión Europea rechaza prohibir los servicios de taxi alternativos

El gremio español anuncia una concentración contra Uber para el 11 de junio en Madrid

La Comisión Europea (CE) se ha mostrado contraria a prohibir los servicios de transporte entre particulares, que ha hecho famosos aplicaciones como Uber y BlaBlaCar. Pese a la decisión de la CE, ya se preparan protestas gremiales.

Estos servicios de transporte no profesional, que se implantan en distintas ciudades europeas y que ya han sido prohibidos, por ejemplo, en Bruselas, ponen en contacto a particulares y les ofrecen la posibilidad de compartir los gastos de viaje.

Los taxistas profesionales se quejan de que es una actividad remunerada que se lleva a cabo en la sombra y por la que no se paga impuestos ni se necesita licencia. El gremio, además, señala que no ofrecen ninguna garantía a los clientes.

Hace dos meses, la aplicación Uber llegó a Barcelona y su servicio desencadenó las mismas protestas que había tenido antes en Bruselas o en París. En la capital belga, un juez prohibió su utilización, mientras que en Francia se optó por cambiar la reglamentación del transporte, prohibiendo que servicios como Uber pudieron recoger al cliente antes de 15 minutos de la llamada, lo que mermaba su utilidad.

"No son taxis con licencia; son coches privados, con conductores privados, pero ganan dinero, así que deberían pagar impuestos", protesta el secretario general de los taxistas belgas

En Barcelona, la Generalitat abrió un expediente informativo para estudiar este nuevo sistema de transporte que rompe con las normas establecidas. "Nadie dice que los conductores de Uber no deban pagar impuestos, respetar las normas y proteger a los consumidores. Pero prohibir Uber no les da la oportunidad de hacer las cosas bien", ha manifestado a la agencia Efe el portavoz comunitario de Agenda Digital, Ryan Heath, para quien este tipo de servicios innovadores dan a los consumidores una mayor variedad a precios más competitivos e impulsan el crecimiento económico y el empleo.

"No son taxis con licencia; son coches privados, con conductores privados, pero ganan dinero, así que deberían pagar impuestos", protesta el secretario general de la asociación de taxistas belga GTL, Pierre Steenberghen.

En Londres, la táctica del gremio de taxistas contra Uber ha sido diferente. No apelan a la seguridad o a la falta de licencia sino a la consideración de que la aplicación hace las veces de taxímetro, accesorio que no pueden llevar vehículos particulares. En principio el argumento fue desechado por las autoridades, pero posteriormente decidió trasladar la reclamación a los tribunales de justicia.

"Es una manera de competencia injusta, no entiendo la reacción de (la comisaria europea de Agenda Digital) Neelie Kroes", añadió Steenberghen, recordando unas declaraciones de la comisaria a favor de Uber y acusando al ayuntamiento de Bruselas de proteger al cartel del taxi.

La protesta del gremio se concentra en la aplicación Uber, y no en otras como MyTaxi o Hailo que han llegado a acuerdos con las asociaciones para dar un servicio a través del smartphone. En este sentido Mytaxi ha salido al paso, ara aclarar que la proitesta no van con ella. "Damos la bienvenida a competidores porque esto hace que todos los implicados en el sector se esfuercen por mejorar su producto, pero también estamos convencidos de que las leyes y regulaciones tienen un propósito, y que cumplirlas contribuye a dar un servicio correcto al usuario", ha señalado en un comunicado.

Para la compañía Uber, que opera en más de 115 ciudades del mundo, 15 de ellas en la UE, la respuesta de los taxistas es un "intento desesperado de proteger una situación ancestral y tratar de impedir que nuevos actores entren en el mercado", indica a Efe una de su portavoces, Ana Aguilar.

"La legislación actual no dice que Uber sea ilegal", subraya Aguilar, y explica que este tipo de servicios simplemente no están contemplados porque muchas de las normas en vigor datan de antes de la llegada de internet, por lo que se necesita un nuevo marco legal. Así se ha hecho ya en San Francisco, lugar donde nació el servicio.

Uber exige a los conductores no tener antecedentes penales, mantener el coche en perfectas condiciones y tener un seguro de responsabilidad a terceros. La compañía ofrece un seguro adicional que cubre daños corporales y materiales para los pasajeros.

"Existe la posibilidad de evaluar al conductor por su servicio y saber de antemano, gracias a su perfil, si se adapta a tus preferencias, por ejemplo, si es fumador, si habla mucho, si pone música o si viaja con animales", comenta a Efe un usuario habitual de estos servicios de taxi alternativo, Javier Lucio.

Uber se queda con un 20% de lo que cobra el conductor. "Es un acuerdo libre entre ciudadanos que nos permite ahorrar y darle un beneficio al medio ambiente", comenta a Efe Pedro Gallego, otro usuario, que considera que además del precio, también es importante la variedad de horarios y distintos puntos de recogida y llegada que ofrecen, sobre todo en viajes de larga distancia.

Gallego reconoce que en alguna ocasión se ha encontrado con un conductor que intenta llenar el coche al máximo aunque el viaje sea incómodo, o que llega tarde, o cambia el punto de salida con poco margen de tiempo, pero asegura que son una minoría.

Las asociaciones españolas del taxi CTE, Unalt y Fedetaxi han convocado para el 11 de junio en Madrid una concentración de vehículos, en señal de protesta por esta competencia que les ha surgido por Internet.

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