Tecnología para llevar puesta
Complementos corporales como pulseras, gargantillas y relojes se conectan al móvil
Motorola fue la primera en mover ficha; en el MWC de 2012 presentó un reloj, pensado para deportistas, que se conectaba al móvil. El MotoActv apenas se vendió más allá de Estados Unidos, aunque mantiene activa una web para dar soporte a los compradores. Pensado para hacer deporte y conectarse con sus móviles, se adelantaron un poco a su tiempo. Y pasó inadvertido, aunque no tanto como el SPOT de Microsoft que lo presentó Bill Gates en...2004.
El martes por la noche, Rick Osterloh, vicepresidente de la firma ahora en manos de Lenovo, confirmó que en otoño volverán a intentarlo. Como la mayoría de fabricantes. 2014 será el año de los wearables, aparatos para vestir o accesorios tecnológicos corporales. La consultora Canalys estima que se venderán 17 millones de complementos conectados a Internet, ya sea a través del móvil o de manera autónoma. 10 veces más que los 1,6 millones de 2013.
Samsung ha sido la primera en desligar el reloj del smartphone. Durante la feria MWC presentaron dos modelos, Galaxy Gear 2 y Gear 2 Neo, con sistema operativo propio, Tizen. Sirven para tener un mejor control del ejercicio físico y para llevar música dentro. De esta manera se puede hacer ejercicio sin necesidad de llevar móvil. La firma coreana ha aprendido la lección, a diferencia del primer modelo no es necesario tener uno de sus móviles más caros, sino que es compatible con 17 de su extenso catálogo.
Sony se desmarca con SmartWear: colores intercambiables, larga duración de batería y una integración por software que registra los momentos más importantes del día. Su propuesta de software está bien enfocada; gustará a los obsesivos de los blogs y redes sociales por recordar cada momento qué se comió, qué se tomó o cuándo se estuvo en un lugar. Una especie de “querido diario” interactivo.
Huawei ha sido ingeniosa en dos sentidos. Su pulsera, además de las funciones comunes ya citadas, sirve para hablar por teléfono gracias a la conexión bluetooth. No tiene cargador, que siempre es un engorro, sino que se llena la batería desde el puerto USB que esconde en su interior.
LG se centra en el diseño, muy cuidado. No solo el de su pulsera, LifeBand Touch, de estética futurista. También en su gargantilla con conexión bluetooth. Esconde auriculares en su interior y controles de reproducción de audio, propio de películas de ciencia ficción.
Telefónica se ha liado con Samsung, LG y Sony para compatibilizar sus wearables con sus redes. Daniel Hernández, director de esta división, insiste en la importancia de este nuevo campo: “Monitorizar el deporte es solo el comienzo. Será viral, social y divertido”. Al mismo tiempo considera que la personalización será clave para el éxito.
FitBit es una de las veteranas del sector. De hecho, se dedican en exclusiva a hacer pequeños aparatos que miden los pasos, consumo de calorías y calidad del sueño. Su gran valor está en la parte social y muestra de datos. La primera es gratuita y permite asumir retos colectivos o compararse con los amigos de Facebook que se elijan. La segunda sirve para hacer un plan de nutrición y entrenamiento a medida. Cuesta 44,95 euros al año. Las pulseras de la firma no pasan de 70 euros.
La fiebre es tal que hasta Intel ha contratado a un ingeniero de Oakley, primero y Nike después, Steve Holmes, para avanzar en este campo. Qualcomm, también fabricante de chips, vende en Estados Unidos, TOQ, un reloj que destaca por su pantalla de tinta electrónica de color. Cuesta 249 dólares y dura casi diez días lejos del enchufe.
En mayo hará dos años desde que Google presentó sus Glass, las gafas. Aún no han llegado al mercado de consumo y se ignora cuándo lo harán. Lo que sí parece seguro es que en otoño mostrarán su reloj. Lo mismo sucede con Apple. No han dado un paso en este campo, pero sí han contratado a diseñadores de firmas de moda e ingenieros de Nike para no dar el salto al vacío sin contar con un buen equipo.
Durante la primavera llegarán la mayoría de los modelos presentados en la feria. Los precios de las pulseras oscilan entre 70 y 110 euros. Salvo los relojes, todos por encima de 200 euros.
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