“No me atrae un Pokémon en móviles y tabletas”

A pesar de que la mayoría de ciudadanos de a pie no lo reconocerían por la calle, Junicihi Masuda (Yokohama, Japón,1968) es como una auténtica estrella del rock en el Salón del Manga de Barcelona. El principal responsable de la fiebre Pokemón recibe rápidamente a EL PAÍS en una sala de prensa unos minutos antes de aparecer ante sus fans en el stand de Nintendo. Mientras se desarrolla la entrevista, hordas de jóvenes disfrazados de las criaturas del videojuego le aguardan impacientes. Se oyen gritos reclamando su aparición. La presencia de Masuda ha revolucionado la feria y en las interminables colas de acceso al recinto no se habla de otra cosa.

“Nunca fui consciente de la magnitud que podría alcanzar este fenómeno”, explica Masuda con el habitual tono pausado y educado de los japoneses. “Ni siquiera concebimos Pokemón como una plataforma multidisciplinar”. Hoy, este videojuego basado en el intercambio de criaturas fantásticas que idearon nueve amigos a principios de los noventa ha vendido 245 millones de videojuegos; su serie de dibujos animados se emite en 160 países y 30 idiomas; se han estrenado 17 largometrajes y se han distribuido 20.000 millones (¡!) de sus cartas coleccionables en 74 países. Además, ha sido portada de la revista Time, cuenta con parques temáticos y genera millones de dólares gracias a todo tipo de artículos de merchandising.

Si en la primera edición de Pokemón participaron nueve personas, en la última versión, Pokemón X e Y, han participado unas 200 en su proceso creativo. “En las primeras épocas solo éramos un grupo de amigos aportando ideas”, recuerda. A pesar de que ahora son muchos más, Masuda asegura que el ambiente de trabajo y el proceso todavía mantiene similitudes con los orígenes. “Aunque yo sea el director, aquí todo el mundo aporta. A medida que vamos jugando vamos debatiendo sobre lo que conviene y lo que no”, explica. “Es un proceso colaborativo y participativo”.

Una de las claves del éxito de Pokémon, reconoce su director, es precisamente todo lo que abarca. Masuda se refiere tanto al hecho de que las más de 700 criaturas que se han inventado se encuentren en múltiples soportes como a la inmensidad del universo Pokémon. Un mundo fantástico que lleva 17 años en expansión a través de la creación de nuevas regiones y personajes que se relacionan con lo que se ha creado anteriormente. “Me ilusiona ver cómo la gente disfruta y exprime al máximo nuestras creaciones, las posibilidades que ofrecemos”, explica el japonés, aficionado a los videojuegos desde que a los 10 años empezara a jugar en las máquinas recreativas de los centros comerciales.

El éxito de la nueva edición de Pokemón (4 millones de unidades vendidas en las primeras 48 horas de su lanzamiento) parece dar la razón a las reticencias de Masuda a dar el salto a las tabletas y móviles. “Por supuesto que se podría hacer, pero no me atrae personalmente; la jugabilidad no es la misma”, arguye. “Pasarte 40 horas jugando con la tableta o el móvil…. Personalmente, no creo que tenga mucho encanto”.

El tiempo se acaba. Masuda se despide educadamente y da las gracias. Da un trago de agua y se prepara para darse un baño de masas en el Salón del Manga.