Taiwán, tierra de ‘foneblet’
La feria Computex exhibe la mayor gama del aparato de moda que mezcla teléfono con tableta Los precios arrancan desde los 30 euros
¿Quién dijo 100?, ¿quién dijo 50? ¿He oído 30 por ahí? 30 a la una, 30 a las dos, a 30 la tableta. La más barata del mercado, a excepcion de haber olvidado alguno de los pequeños stand de Computex, la feria de tecnología que se ha abierto hoy martes en Taipei (Taiwán).
El país está hecho a todo, desde terremotos a tifones. Sin inmutarse. Y entre unos y otros se ha abierto la feria, en donde destacan más los fabricantes chinos de marcas blancas, principalmente de la China continental, que las grandes clásicas del ramo, como Microsoft o Intel. Incluso las locales Asus y Acer, pese a presentar los stands mas grandes, quedan un segundo plano ante las ofertas sin par de los fabricantes sin nombre reconocido pero que, en realidad, están detras de las mayoría de las tabletas, ratones, cables, memorias USB, ebooks o ventiladores que llevan un nombre por delante.
Quizás ha comprado recientemente un humidificador para el dormitorio que no ha bajado de los 60 euros. Pues aqui la taiwanesa Majestic los vende a 7,85, y un modelo imitando al ventilador Dyson sin hélices, por 7,8 dólares, y hasta con difusor de aromas.
El negro ha muerto. Lo que es elegante en algunas circunstancias es aburrido en otras. Para la aspera tecnología, el negro aún mata más su escaso atractivo. Por eso los colores brillantes y alegres son seña de identidad de la manufacturación asiática. Ni las odiosas telarañas de cables -a menos afortunadamente gracias al wifi y al bluetooth- se salvan. Vcomp+ vende altavoces de siliconas plegables y de lindos colores (azul, rojo, verde o amarillo) para llevar colgados de la mochila o pegado a la bici. Con que se coloquen a menos de 3,5 metros del teléfono, se escucha el sonido gracias al bluetooth. Y solo cuestan 8,8 dólares.
Entre flores y floreros
La feria Computex de Taipei no se puede comparar con las inmensidades del CES de Las Vegas o del último Mobile de Barcelona. El localismo (asiático) es mayor, su extensión menor, su
programa de conferencias endeble, pero tiene sus propias ventajas y defectos. Entre los primeros, sin duda, que no hay masas de personas queriendo entrar primero para ver algo que, en la mayoría de los casos, ya esté en las tiendas. No hay agobios y se puede recorrer fácilmente en un día. Tampoco hay moquetas que forran los suelos y recalientan los pies, amén de recoger toda la suciedad de los miles de visitantes. Rero es que aquí no hay suciedad, ni en la feria ni en rincón alguno de Taipei. O lo han prohibido por real decreto o los basureros son los más eficientes del planeta.
Pero Computex peca, aunque quizás sea únicamente una visión occidental, de un uso, en el término más obsceno de la palabra, de la mujer florero. El lunes el presidente de Asus se fotografiaba con cada nuevo aparatitos que indefectiblemente iba unido a una monada que enseñaba piernas, brazos y hacia morritos. En la feria, los principales stands, y no eran muchos de ellos asiáticos, tiraban de la mujer para atraer al público, hombre en su mayoría. Empresas que en sus países no se hubieran atrevido a hacerlo, como Intel, aquí alquilan azafatas a kilos para llamar la atención. Pero aún más, sabedores los expertos en marketing, que las miradas se van a dirigir al canalillo más que a sus piernas, ahí mismo han colocado la pegatina de la marca para que no pase inadvertida. Taiwán ha creado tendencia, pese a que ya en Estados Unidos y, algo menos en Europa, hace años que se puso coto a la mujer florero en sus ferias tecnológicas y, sobre todo, de juegos. La excepción de estos floreros, y vaya para la empresa el elogio, ha sido Microsoft , que ha vestido igual a chicos y chicas y todos ejercen las mismas funciones: enseñar como funcionan los aparatos.
Lo más paradójico de la feria es que se llena de flores auténticas. Los stands se adornan con enormes ramos que, si bien para el gusto español, es un poco funerario, le dan un fuerte contraste al mundo gris de la tecnología. Si hubiera un premio a la firma con más ramos de orquídeas, rosas, lirios y otros productos del mundo vegetal, recaería sin duda en ACPI que, sin embargo, no gozaba de mucha clientela. Pregunta: ¿atraen más unos buenos floreros que unas flores frescas?
¿Algo más aburrido que un altavoz? Pues un cargador, pero Cham lo remedia con su modelo Cupid, una parejita con forma de corazón y diversos colores y una potencia de 5200mAH, capaz de recargar el móvil en un par de horas. El corazón completo cuesta 15 dólares. Pero aun hay en el mundo del ordenador algo mas feo que el altavoz, los cables. Por ello Huansghi Changkai Electrical fabrica por unos dolares cables fluorescentes que brillan en la oscuridad. El abuelo no se volvera a tropezar con ellos, siempre que la casa sea Apple, pues de momento solo se fabrican para estos aparatos. Es uno de las escasos recursos pensados para Apple en una feria copada absolutamente por el mundo Android.
Pero el gran reclamo de los fabricantes es la tableta. Las hacen al gusto del consumidor o, mejor, del intermediario. Procesadores de dos o cuatro nucleos, con 3G o sin ella, de las pulgadas de pantallas que se deseen (hasta cuadradas), para niños o para jugadores. Para el trabajo o para irse a la guerra. No hay límite ni imposibilidad. Y los precios por los suelos, para el punto de vista de un consumidor europeo, no va necesariamente en detrimento de la calidad.
Seewo tiene tabletas de 7,85 pulgadas, con cuatro nucleos, y servicio telefonico por 128 dolares. El modelo MG002 de Litech, de siete pulgadas, cuesta 142 dolares, pero lleva conexion a la television, servicio telefonico, cuatro nucleos, el ultimo sistema Android, camara delante y detras.
Recorrido un centenar de stand, el premio a la tableta más barata se lo lleva Wiserich, de Dongguan City, provincia de Guandong, de cómo no, China. Por 41 dolares, menos de 30 euros, vende tabletas de 7 pulgadas, con una camara solo, pero con Android 4.1, bluetooth y hasta 1 giga de memoria. No las hay más baratas, aunque Leader se le acerca con sus tabletas a 48 dólares, tambien de 7 pulgadas y procesador de doble nucleo, wifi, bluetooth y con dos cámaras.
El premio al ebook mas abarato es para Topjoy, de Shenzhen, que por 38,8 dólares, menos de 30 euros presenta un lector de silicona agradable al tacto y con pantalla de 4,3 pulgadas, sí, más pequena que algunos telefonos, pero aquí se lee perfectamente sin que canse la vista. Es compatible con todos los formatos. Las tabletas de este mismo fabricante, con telefono incluido, solo cuesta 78 dolares., y si no lleva telefono y el procesador de dos nucleos, 49 dólares. otro fabricante, Pipo, también, como la mayoría de Schenzhen, tiene las tabletas a 64 dólares.
En el caso de Boeye sus tabletas se centran en el mundo escolar, preparadas con doble interfaz independientes para padres e hijos, camara de vídeo, último android, y un sensor de infrarrojos para captar la luz y la distancia del observador. Todo por 60 dólares, aunque por diez menos se tiene el modelo MS7001 al que tampoco le falta de casi nada.
Las tabletas de entre 7 y 8 pulgadas, y con el servicio telefónico incorporado llegarán, mas tarde que pronto, al mercado occidental, pues por esos precios, por que no incorporar a la tableta otro servicio y ademas tan basico.
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