Fonepad, ¿el aparato definitivo?
En la tableta con teléfono de Asus todo funciona bien, pero quizás no sea suficiente para que cale entre los consumidores
Llega a las tiendas españolas el Fonepad. Por fin el aparato definitivo. ¿Definitivo? La tableta-teléfono, o el teléfono-tableta de Asus es un aparato singular y, como no hay otros de momento, excepcional y extraordinario, pero...
Soy un fan de los móviles con pantalla grande y de las tabletas pequeñas y de eliminar tanto trasto, tanto cable y tanto cargador. Con este aparato, Asus ambiciona sustituir todos los demás, elogiable objetivo, pero se arriesga también a hacerlo todo mal o incómodamente.
Su precio animará al consumidor a arriesgarse. El precio de 229 euros es un gancho goloso, sobre todo si anula el móvil. Si también sustituye al ebook, al GPS del coche y al portátil, resulta una ganga. Ahí está la cuestión. ¿Sustituye al teléfono? ¿Nos olvidamos ya del lector electrónico? ¿Escribiremos novelas en la tabletilla como si fuera un portátil? Todo eso se puede hacer con Fonepad. Depende de las prioridades de cada cual. Quizás debamos ir ya olvidándonos de un aparato, llámese móvil o portátil, que sea el ideal para todo el mundo. Cada tribu, urbana o profesional, debe elegir lo que más le conviene. Observando por la calle al consumidor de verdad, no al que hace la crítica, me ha sorprendido, por ejemplo, que el gremio del taxi, de Madrid a Las Vegas, quizás sea el que que más usa los móviles grandes, porque su pantalla le permite sustituir el GPS durante su trabajo. Para ellos, quizás, el Fonepad sea una solución definitiva, pues a la vez se reciben llamadas telefónicas, correos WhatsApp o tuits, o se envían por órdenes de voz.
El sistema Android del aparato asegura su estabilidad, su actualización constate, un catálogo de aplicaciones infinito, y moverse desde otro aparato de otras marcas (excepto Apple y Nokia) como si no cambiaras. Fin al siempre traumático cambio de aparatos tecnológicos gracias al ecosistema Android.
La singularidad de esta mini tableta respecto al resto es su función telefónica. No es imprescindible colocarse auriculares para escuchar la voz entrante. Por un automatismo ancestral, intentamos llevarnos la tableta a la oreja cuando nos llaman o queremos llamar, pero no es buena idea. Su peso de 340 gramos (frente a los 302 gramos del iPad, pese a que su pantalla es más grande, 7,9 pulgadas) desaconseja llevarse la tableta a la oreja y, lo que es más curioso, no redunda en una audición mejor. Es claramente un teléfono manos libres, un recurso mientras se realizan otras cosas, como leer o ver una película.
Como es habitual, la mini tableta lleva un conector USB que nos conecta con el mundo exterior. Algo elemental, pero no para Apple, sigue en su mundito. Un absurdo y una gran desventaja cuando se viaja. Allá ellos.
Todo lo hace bien Fonepad, pero nada tan bien como el aparato especializado. El tamaño de la pantalla (7 pulgadas) es perfecta para leer libros, pero su luminosidad impide que se haga con comodidad. Brilla demasiado y, al rato, pican los ojos. Escribir, efectivamente, se puede, sin embargo para torpes, como el que suscribe, hay que andar con demasiado cuidado en no poner los dedazos donde no toca. El escritorio es demasiado pequeño para escribir más allá de un correo. Este artículo comienza a redactarse con el Fonepad, pero hubo que cambiar a otra tableta de 9 pulgadas al acabar un primer párrafo incomprensible. Los teclados Android, a diferencia del iPad tiene una cuarta hilera para los números, muy útil, sin embargo en las minitabletas el teclado se come más de la mitad de la pantalla. Imposible escribir largo.
La cámara deja que desear, solo 3 megas, pero tiene algo muy bueno respecto a otros software. La misma pantalla muestra la posibilidad del zoom: basta mover el dedo para que se amplíe o aleje la imagen. Fin al botón lateral de muchos móviles y tabletas que sólo consiguen subir el volumen del teléfono o apagarlo. Aquí la pantalla muestra las principales funciones de la cámara en el momento del disparo, no antes ni después.
Este teléfono tableta y otros que sin duda le seguirán llegan para quedarse, porque técnicamente son buenos y porque su precio les convierte en el aparato auxiliar imprescindible, el segundo teléfono o la segunda tableta de la casa o de la persona.
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