A la medida del iPad Mini

El iPad Mini no tiene el último de los procesadores de Apple, el del iPhone 5 y el último iPad de gran tamaño. Tampoco pantalla de alta definición, pero sí un gran punto a su favor, un tamaño mucho más manejable y casi la mitad de peso que la tableta grande así como todo el catálogo de aplicaciones.

El problema llega cuando se intenta escribir. El teclado táctil ocupa el 40% de la pantalla si se pone en horizontal. En vertical no resulta demasiado cómodo. En ese momento sí se nota que no es una tableta de gran tamaño y es fácil confundir una tecla con otra o desistir.

Producir y proteger, esas son las virtudes del teclado-funda de Logitech. Se trata de una reedición de uno de sus aparatos más populares. Cuando está cerrado cubre la pantalla. Aprovecha el imán lateral del iPad para encajar, al igual que la funda oficial de la firma hace que la tableta entre en reposo al cerrarlo y se enciende al desplegarlo.

Cuando se pone como teclado, un raíl en la superficie permite usarlo como atril. Tras unos segundos para conectarlo a través de la conexión inalámbrica bluetooth, se puede empezar a teclear con normalidad. No hace falta ninguna aplicación adicional. Se gana así todo el espacio de la pantalla para escribir.

Como es obvio, las teclas son pequeñas pero se les ha añadido un relieve algo superior a lo normal para ayudar a discernir. Tan solo hay problemas en ocasiones entre la letra ‘ñ’ y las tildes. En resumen, no apto para manos grandes, pues resulta frustrante además de incómodo, pero muy práctico para sacar provecho del iPad y no solo consumir contenido. Perfecto para contestar correos, bloguear o actualizar las redes sociales. La batería, aunque no es infinita, da esa sensación. Después de dos semanas de uso no ha dado síntomas de necesitar una recarga.

Se vende por 82,50 euros. Casi 20 menos que su hermano mayor.