El coche llama en caso de accidente

“¿Cuántas veces ha visto a un conductor con los ojos hacia abajo manipulando el teléfono mientras conduce?”. La pregunta la lanza Bill Ford, presidente de Ford Motor Company, un ejecutivo amable y enérgico con un corazón dividido entre tecnología, medio ambiente y su negocio. “Queremos ser verdes, globales y punteros en tecnología”.

Ford acudió ayer a una feria, pero en esta ocasión la historia no iba solo de coches. Se encuentra en Barcelona para participar como ponente en el congreso de móviles. Hasta aquí se ha traído el nuevo modelo Ford B-MAX, que llegará a Europa en septiembre. El vehículo, un monovolumen, tiene dos ventajas: permite controlar, a través de la voz, los aparatos móviles conectados al vehículo —lee, por ejemplo, los SMS—, y en caso de accidente el sistema llama automáticamente al número de emergencias en la lengua de cada país y comunica la posición del automóvil a partir de las coordenadas GPS. La tecnología que lo hace posible se denomina SYNC.

Ford asegura que el objetivo es facilitar la vida a los conductores incorporando la tecnología de los móviles. “Si continuamos por este camino, tendremos mucha más conectividad. Cualquier tipo de transporte ya sea el metro o el taxi estará conectado a una sola red. Queremos importar la tecnología a los coches para hacer más segura y eficiente la vida de los conductores”, explica el biznieto de Henry Ford.

“En los próximos años, la gente se trasladará cada vez más a las ciudades y tendremos enormes urbes con más de 10 millones de personas. Hay que garantizar la movilidad del ciudadano”.