"Sin libertad ni propiedad no se puede avanzar en Internet"

Pese a los datos aportados por el ministro de Industria todos los actores del sector de contenidos digitales, sean de la naturaleza que sean, coinciden en que no coinciden en cuál es el modelo a seguir para desarrollarlo en toda su plenitud, respetando los derechos de los autores, la libertad de los usuarios, las necesidades de las operadores y de los anunciantes, etc.

Si ayer Chris Anderson aseguraba a ELPAÍS.com que existen "un millón de modelos distintos", hoy se han reunido alrededor de una mesa redonda unos cuantos de esos actores que no se ponen de acuerdo para evaluar los nuevos modelos de negocio para los nuevos hábitos de consumo.

Como de costumbre, visiones opuestas, pero con un atisbo de luz al final del túnel. Gerd Leonhard, consultor y Media futurist, ha asegurado que las "las tarifas de la música online son demasiado elevadas, los jóvenes no las aceptan"; no lo ve igual el presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, quien cree que "convertir la música en una commodity (productos comerciales sin diferenciación) es un error", ya que no " fomenta la innovación".

Fuera de la discusión clásica entre unos y otros se atisban avances para aunar a todo el sector. Desde Yahoo Música su director general en España, Ventura Barba, ha reconocido errores en la distribución de música digital: "A veces es mucho más sencillo acudir a cualquier programa P2P que utilizar nuestros sistemas".

También se ha exigido responsabilidad a las operadoras, que se lucran con los accesos a Internet. Tal y como aseguró ayer en otra mesa redonda uno de los creadores de ANDstream TV, "la piratería ha sido el motor clave para el desarrollo de la ADSL". De vuelta al presente, el presidente de la Unión Fonográfica Independiente (UFI), Mark Kitcatt, ha corroborado la misma idea, aunque con un mensaje distinto: "Los beneficios de las operadoras banda ancha lo aportamos los creadores, los autores".

ADN Stream, por la innovación empresarial al desarrollar un modelo de negocio para el visionado de películas por Internet, sustentado en la publicidad y con un alto grado de personalización.

ALT 1040, por su contribución a la popularización de contenidos tecnológicos y culturales a través de un blog.

Bluevista, por la innovación funcional a través de sus publicaciones digitales.

Bubok, por poner a disposición de los escritores de libros las herramientas de edición para su desarrollo y promoción a través de la Red.

CMY Multimedia, por su aportación a la educación mediante la combinación de los videojuegos con las disciplinas escolares.

ColorIURIS, por su contribución a la protección de los derechos de propiedad intelectual con la creación de una herramienta de autogestión de derechos de autor.

Digital Legends Entertainment, por la creación y desarrollo de videojuegos para nuevas plataformas móviles.

Donkey Xote, por la colaboración entre el sector de la animación y el del videojuego para la producción de contenidos digitales que difunden la cultura española.

Electronic Arts, por su apuesta por el talento de nuestro país al establecer en España un centro de referencia mundial de desarrollo de videojuegos.

ENNE Entertainment Studios, por el desarrollo de mejoras aplicadas a las plataformas de creación de mundos virtuales.

Merlin, por la iniciativa internacional para promover la presencia de la industria independiente en la red.

Microsiervos, por su aportación a la democratización de la información creando espacios de opinión en torno a la ciencia, la ecología y la tecnología a través de un blog.

OrbitaMax, por la producción del primer largometraje español en gran formato para salas de proyección 3D en formato estereoscópico.

Tog, por facilitar la creación de contenidos web 2.0 mediante la utilización de software libre.

Tuenti, por la red social española orientada a la juventud y que favorece la privacidad de sus usuarios.

Yes.fm, por acercar el mundo de la música on line a los ciudadanos mediante una plataforma sencilla y accesible para todos.