Dos detenidos por estafar 12.000 euros con páginas falsas de bancos
Los arrestados en Madrid y Valencia practicaban un engaño conocido como 'phishing'
Agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Segovia han procedido a la detención de dos personas en las provincias de Valencia y Madrid por la comisión de un supuesto delito continuado de estafa cometido a través de Internet. Los detenidos habían conseguido hacerse con más de 12.000 euros engañando a los internautas con páginas que imitan a la de su banco, utilizándolas como plataforma para obtener sus claves secretas, en una práctica conocida como phishing.
Los hechos se remontan al pasado 10 de octubre, según informó hoy la Subdelegación del Gobierno en Segovia, cuando un vecino de Carbonero el Mayor (Segovia), presentó denuncia informando de una transferencia bancaria no consentida por un importe de casi 5.000 euros, desde su cuenta personal en el BBVA a otra del BSCH a nombre de un ciudadano ruso residente en Valencia. Cuatro días después, el denunciante amplió la denuncia, por otra transferencia no autorizada de 900 euros, a una cuenta de su mismo banco a nombre de un español residente en la localidad de Arganzuela (Madrid).
Por las primeras gestiones, los agentes que se encargaron de la investigación del caso, pudieron conocer que el ciudadano ruso había recibido en su cuenta otras dos transferencias más de 1.000 euros cada una de la entidad BBK, las que habían sido denunciadas por parte de las víctimas ante la Policía Autónoma Vasca. Igualmente, en la cuenta del español de Arganzuela, se había recibido otra transferencia por un importe de más de 900 euros, desde una sucursal del BBVA de Las Palmas de Gran Canaria, también denunciada ante la Guardia Civil de Gran Canaria.
Para la comisión de este tipo de delitos, conocidos como phising, los estafadores introducen en Internet una página similar a la de un banco, donde los usuarios acceden creyendo que es la página web de la verdadera entidad de crédito, adquiriendo de esta manera los datos bancarios de los clientes y sus claves. Una vez en posesión de los datos, ordenan las transferencias, también a través de Internet, como si fueran los propios clientes los que las ordenaran.
En este caso el dinero era enviado a Rusia a través de la compañía Westerm Union al ciudadano ruso S.D., vecino de Petersburgo, contra el que se ha dictado uno orden internacional de detención.
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