La Fiscalía de Huelva solicita 147 años de cárcel para un entrenador de fútbol acusado de abusar sexualmente de hasta 21 menores
Se le considera responsable de 31 delitos. Para cometerlos se valió, presuntamente, “de la autoridad y superioridad que le confería el hecho de ser técnico”
La Fiscalía de Huelva ha solicitado 147 años de cárcel para el entrenador de fútbol femenino infantil y juvenil de 63 años ―que también trabajaba como técnico de instalaciones de la Universidad de Huelva― acusado de abusar sexualmente de hasta 21 menores y al que se considera responsable de 31 delitos. Según la Fiscalía, se aprovechó “de la autoridad y superioridad que le confería el hecho de ser el entrenador”. En los casos de abusos sexuales en el deporte la relación de dependencia que se crea entre entrenador y deportistas es utilizada por los agresores, la diferencia de edad es otro elemento que la facilita. Consiguen convencer a las deportistas de que tienen una relación especial, que de ella dependerán sus progresos y sus éxitos y que su futuro está en manos de la persona que las entrena. Se crea así una espiral de dependencia y silencio de la que es complicado salir.
El acusado, F. M. L. A., se encuentra en prisión sin fianza desde enero de 2023. Llevaba 30 años en el club de fútbol femenino Amigos 80 y era técnico deportivo en el campus del Carmen de la Universidad de Huelva. Tras su arresto, la Policía encontró en su despacho 27 bragas y un conjunto de lencería.
La Fiscalía, según se recoge en el escrito de acusación al que ha tenido acceso la agencia EFE, le considera responsable de 31 delitos: cinco de agresión sexual a menor de 16 años, 14 de abuso sexual continuado a menor de 16 años, cinco de agresiones sexuales, cuatro de abuso sexual y dos de abuso sexual a mayor de 16 años y un delito de acoso, por los que se les solicitan penas que van desde uno a ocho años de prisión.
Siempre según el escrito de la Fiscalía, desde el año 2017 hasta diciembre de 2022, el acusado fue entrenador de fútbol en diversas categorías, entre ellas la infantil y juvenil de fútbol femenino y tenía reconocida la condición de entrenador por la Federación Andaluza de Fútbol. En ese contexto, accedía de forma cotidiana a los vestuarios y a las duchas y, según recoge el escrito, propinaba de forma habitual a las menores “cachetazos en el culo, cosquillas y abrazos” y les hacía “frecuentes comentarios sobre su aspecto físico, actuando en todo caso con ánimo libidinoso y sin el consentimiento de las menores”.
A algunas de ellas llegó a tocarle los genitales y a darle besos en distintas partes del cuerpo, después de obligarlas a quitarse la ropa interior para poder darles “masajes”. Eran necesarios, según les decía, para que se recuperan de las molestias. Les pedía que no fuera al fisioterapeuta porque él lo arreglaría. No tenía ninguna titulación para dar masajes, aunque él decía que era masajista. En una de sus primeras declaraciones ante el juez, cuando se le preguntó por el título, dijo que había estudiado quiromasaje por Internet y que le habían engañado con la titulación. En otros casos de abusos sexuales en el deporte se han dado situaciones parecidas en el que el entrenador daba supuestos masajes para curar lesiones que ni existían.
El entrenador de Huelva también se llevaba a casa a las menores con la excusa de que tenía equipaciones nuevas y les pedía que se desnudaran. También bajo diversas excusas, accedía a los vestuarios y duchas para observarlas y les regalaba prendas de ropa buscando que se desvistieran en su presencia. Se hacía con la confianza de los padres para llevárselas a entrenar con él. En 2017 ya se le había solicitado por carta que no entrara a los vestuarios. Pero la petición cayó en saco roto. Si no se hacía lo que él decía, contaron algunas de las denunciantes a sus abogadas, nos las concentraba ni las convocaba.
Tras su detención, en enero de 2023, la Policía ya señaló y recogió que el acusado se valía de su condición de entrenador de fútbol base femenino para “tener acceso a las menores, todas ellas jugadoras de entre 14 y 16 años”, al tiempo que apuntó que este hombre, con una trayectoria de cerca de 30 años ligado al mundo del fútbol, supuestamente “obligaba” a las víctimas a despojarse de la ropa interior para poder darles “masajes”. Las advertía que, dada su posición de entrenador, “sin ellos no podrían volver a jugar en el equipo”.
Para llevar a cabo las supuestas agresiones sexuales y poder estar a solas con las menores, señaló en su día la policía “se valía de un almacén usado para guardar el material deportivo del equipo”, así como se ofrecía a costear el precio de la habitación de hotel en los desplazamientos si las menores compartían la misma con él.
Si conoce algún caso de abusos en el deporte español que no haya visto la luz, puede escribir a: abusos@elpais.es
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