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Condenado a siete años de cárcel un médico de León por agredir sexualmente a una paciente de ginecología en consulta

El doctor hizo preguntas inapropiadas a la joven relacionadas con su vida sexual, le masajeó el clítoris y la violó

Juan Navarro
Fachada de la Audiencia Provincial de León.
Fachada de la Audiencia Provincial de León.Google Maps

Un médico de familia de El Bierzo (León) ha sido condenado a siete años y cuatro meses de prisión por agresión sexual a una de sus pacientes, de 21 años. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, desestimando un recurso contra la decisión de la Audiencia Provincial, considera probado que el médico recibió a la mujer en su consulta de un centro sanitario de la comarca berciana, le hizo preguntas sexuales inapropiadas y la violó. El hombre le inquirió “si conseguía el orgasmo en sus relaciones sexuales, si se masturbaba o si depilaba su zona genital” y le pidió que se desnudara para a continuación, con lubricante, masajearle el clítoris o penetrarla con los dedos mientras le hacía preguntas “con ánimo lascivo” sobre si le gustaba lo que estaba haciendo o si se sentía próxima al orgasmo.

Los hechos sucedieron en octubre de 2021, cuando aún se aplicaban protocolos por coronavirus en los centros de salud. La víctima acudió a una cita con su enfermera por una cuestión relacionada con ginecología y la sanitaria entendió que debía verla un especialista. Así, la mujer llamó a su consultorio y se le informó de que su doctora habitual no se encontraba ese día trabajando y que otro profesional la atendería. Ella entró sola en la consulta y su madre y abuela, que la acompañaban, tuvieron que quedarse fuera por las medidas sanitarias vigentes en esos momentos.

La sentencia recoge cómo el acusado cerró la puerta y mientras la exploraba en la camilla iba preguntando “si conseguía el orgasmo en sus relaciones sexuales, si se masturbaba o si depilaba su zona genital”. Después, le pidió quitarse el pantalón y la ropa interior para a continuación, usando guantes de látex con líquido lubricante en los dedos, empezó a “masajear el clítoris con ánimo lascivo” mientras seguía consultándole “si le gustaba lo que está haciendo y si sentía lo mismo que cuando llega al orgasmo”, contestando ella que no.

A continuación, ya con el pestillo de la sala cerrado, se aplicó más lubricante y empezó a masajear vaginalmente a la víctima “introduciendo los dedos de la mano derecha, a modo de penetración, en la vagina, al tiempo que, con la mano izquierda, le masajeaba en la zona del clítoris”. El médico persistió durante varios minutos y fue cambiando de posición “estando en ocasiones a la altura de la cintura de la mujer y en otras, desde la zona de la camilla próxima a los pies”.

El facultativo se echó lubricante en los dedos más veces y pidió a la paciente que “tenía que cambiar de posición y que debía bajar de la camilla y colocarse, de pie y de espaldas a él, con los codos apoyados sobre la camilla”. Nuevamente, la penetró con los dedos y le preguntó si creía que “podría llegar al orgasmo si le continuaba haciendo lo mismo”, otra vez con respuesta negativa. El acusado, tras esta secuencia, dejó de introducirle los dedos por vía vaginal, le pidió que se vistiera e imprimió el volante correspondiente. La joven pasó 22 minutos bajo el examen del médico.

Cuando la víctima abandonó el centro de salud “en estado de shock y visiblemente afectada”, informó a su madre y esta avisó a la enfermera y a la matrona de la localidad. “También intentó pedir explicaciones al acusado, lo que le fue negado por estar pasando consulta con otras personas. Tampoco pudo hacerlo al día siguiente, pues este se encontraba en otro consultorio. La agresión sexual dictada en la resolución judicial provocó una “alteración de su ánimo, disgusto y malestar emocional durante el día de los hechos y varios posteriores”. La víctima habló con varias amigas íntimas y con conocidos del ámbito sanitario, que la animaron e instaron a denunciar ante la Guardia Civil, lo cual hizo a los pocos días de la agresión.

La sentencia establece una pena de agresión sexual con prevalimiento, sancionada con siete años y cuatro meses de prisión. El facultativo, a quien primeramente se impuso una orden de alejamiento sobre la paciente, deberá también indemnizarla con 5.000 euros.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.


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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.
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