Dani Alves sale de la cárcel tras pagar la fianza de un millón de euros
El exfutbolista, condenado a cuatro años y medio por violar a una joven, llevaba 14 meses en prisión
El exfutbolista del FC Barcelona Dani Alves, condenado a cuatro años y medio de cárcel por violar a una joven en la discoteca Sutton de Barcelona, ha abonado la mañana de este lunes la fianza de un millón de euros que le impuso la Audiencia de Barcelona la semana pasada y ha salido de la cárcel a las 16:25 después de pasar 14 meses en prisión preventiva en la cárcel de Brians 2 (Sant Esteve Sesrovires, Barcelona).
Hasta la prisión han acudido familiares y amigos de Alves. Los funcionarios de prisiones han aprovechado la expectación mediática para concentrarse en las puertas del centro y protestar contra la política penitenciaria de la Generalitat al grito de: “Todos somos Nuria”, en referencia a la cocinera asesinada a manos de un preso en la prisión de Mas d’Enric (Tarragona). El futbolista ha salido, a paso lento, del centro penitenciario acompañado de su letrada y ha subido a un coche blanco abandonando el centro sin realizar ninguna declaración.
Los magistrados de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona dictaron un auto el miércoles en el que, por primera vez, accedieron a la petición, tantas veces solicitada por la defensa, de que Alves quede en libertad. Lo hicieron con la condición de que el jugador, para evitar la tentación de darse a la fuga, abonara una fianza de un millón de euros, una de las más altas impuestas en España, coinciden fuentes judiciales consultadas.
Alves ha tardado varios días en reunir la fianza. Una vez transferida la suma a la cuenta del tribunal, este ha dado las instrucciones a la administración penitenciaria para hacer efectiva su excarcelación. El futbolista tiene prohibido salir del territorio español y tendrá que presentarse cada viernes en la secretaría de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona. Además, tiene prohibido comunicarse o acercarse a menos de un kilómetro del domicilio de la víctima.
Alves tiene las cuentas inmovilizadas en Brasil por un pleito con su exesposa y le ha costado varios días poder hacer frente al pago de la fianza. En un principio recurrió al padre de su amigo Neymar, que se había mostrado dispuesto a ayudarle; el delantero brasileño ya le aportó los 150.000 euros que pagó por los daños morales a la víctima y que le sirvieron para lograr una rebaja (por la atenuante de reparación del daño) de la pena. La otra opción que estuvo sobre la mesa son una serie de devoluciones pendientes de la Agencia Tributaria, a la que ha ganado cuatro pleitos en los tribunales. Hacienda había dado el mismo miércoles, apremiada por los abogados de Alves, orden de ejecutar el pago en dos de esos procesos: 6,8 millones de euros que iban a llegarle a la cuenta corriente en cuestión de días.
La sentencia condenatoria contra Dani Alves fue dictada hace apenas un mes. Los magistrados le impusieron una pena de cuatro años y medio por la agresión sexual a una joven de 23 años en los lavabos de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona. La resolución considera probado que penetró a la chica sin su consentimiento y con violencia. La pena que finalmente se le impuso fue mucho más baja de la que solicitaban las acusaciones (nueve años la Fiscalía, 12 la víctima) al aplicarle la atenuante de reparación del daño.
La defensa de Alves recurrió la sentencia y solicitó la absolución de su cliente. En paralelo, Inés Guardiola pidió también que se le pusiera en libertad a la espera de que haya fallo definitivo, lo que podría tardar al menos dos años. La abogada argumentó, en una vista celebrada este martes, que su cliente ha cumplido ya una cuarta parte de la pena, que no tiene ninguna intención de abandonar España (el riesgo de fuga es el motivo por el que permanecía en prisión provisional) y que está empadronado en Barcelona. Al día siguiente, en una resolución dictada por mayoría y no por unanimidad, la Sección 21ª de la Audiencia de Barcelona accedió a su puesta en libertad bajo fianza de un millón.
Ahora, libre ya después de 430 noches entre rejas, Alves tendrá que cumplir con otras obligaciones impuestas por el tribunal para minimizar el riesgo de fuga. Deberá entregar (ya lo ha hecho) sus dos pasaportes (brasileño y español) y tendrá que presentarse semanalmente en la Audiencia de Barcelona. Alves no podrá abandonar España y tampoco acercarse a menos de un kilómetro de la víctima o comunicarse con ella.
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