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El padre coraje que luchó por el centro para tratar la anorexia que acaba de anunciarse en Euskadi

La hija de Nieva tuvo que recibir tratamiento en Albacete por la falta de una unidad especializada en Osakidetza. En 2022 recogió más de 141.000 firmas para pedir su creación

Marijo y José Julián posan en 2022 en su domicilio de Lezo (Gipuzkoa) con un cojín con la imagen de su hija Nagore, diagnosticada de anorexia
Marijo y José Julián posan en 2022 en su domicilio de Lezo (Gipuzkoa) con un cojín con la imagen de su hija Nagore, diagnosticada de anorexia.Javier Hernández
Mikel Ormazabal

Llegó un momento en el que a Nagore, con solo 17 años, “le dolía hasta vestirse” y tocó fondo porque “ya no podía ni hablar”. Fue diagnosticada de una “grave anorexia”. Su padre, José Julián Nieva, puso en marcha en 2022 una campaña de recogida de firmas en las redes sociales y denunció que en la red sanitaria pública vasca de Osakidetza no existía ninguna unidad para tratar a personas con trastornos de la conducta alimentaria (TAC). Esta realidad obligó a la familia a ingresar a Nagore en un centro especializado de Albacete, a 700 kilómetros de su domicilio en Lezo (Gipuzkoa). Dos años después de aquella iniciativa, Nieva celebra hoy “una victoria”. El Gobierno vasco ha anunciado esta semana la puesta en marcha de dos unidades específicas para atender la anorexia, una en Vitoria y otra en Galdakao (Bizkaia), además de un hospital de día infanto-juvenil en San Sebastián.

El padre de Nagore contó en 2022 a EL PAÍS que su hija “empezó a perder dos kilos de peso por semana” y llegó a bajar de los 40 kilos: “Le dolía vestirse, no tenía aliento para tocar el saxofón, sus amigas la ayudaban a subir las escaleras... Llegó a un punto en que balbuceaba, ya no podía ni hablar. Lo peor es que pasó a despreciarse, a autolesionarse”. Su testimonio fue recogido en change.org, donde comenzaron a sumarse apoyos a su causa. Se recogieron más de 141.000 firmas por esta vía, según una responsable de la citada plataforma.

Entretanto, Nagore ha convivido con una realidad muy complicada. Sus padres advirtieron de que la adolescente “necesita ser tratada en un centro específico”. Debía ingresar en una unidad especializada para pacientes con TCA que no existía en el País Vasco. Hasta ahora, decía Nieva, “o pagas 5.000 euros al mes en una clínica privada o te encuentras peregrinando de comunidad en comunidad, rogando que allí donde hay centros especializados alguien quiera ingresar a nuestra hija”. Lo intentaron primero en el hospital Valdecilla de Santander, pero no tenían ninguna cama libre. Tampoco encontraron hueco en Madrid, Barcelona, Santiago o Zaragoza. Estos centros públicos estaban saturados y con listas de espera, les dijeron. El periodo de la pandemia jugó en su contra. En enero de 2022 el hospital Perpetuo Socorro de Albacete les ofreció una cama y atención por parte de un equipo de psicólogos, psiquiatras, terapeutas, nutricionistas y enfermeras dedicados exclusivamente a tratar pacientes con anorexia aguda.

Todos los viernes, José Julián y Marijo, la madre, han solido hablar por teléfono con Nagore y de forma esporádica han realizado escapadas hasta Albacete para visitarla. Los padres reclamaron al Ejecutivo vasco que pusiera en marcha un centro especializado en TAC, como existen en otras comunidades. Se quejaron de que el Departamento de Salud respondió a su solicitud de la siguiente forma: “Estos recursos específicos, en la evidencia científica disponible, tampoco han demostrado su eficacia de forma indiscutible”.

Nagore ha transitado “un camino lento, dando pasos poco a poco”, asegura su padre a este diario. “Aunque está lejos de lo que podríamos llamar una recuperación total, esperamos que le puedan dar el alta este verano y Nagore y su madre puedan volver a casa. Esperamos no tener que necesitar las nuevas unidades [que abrirá Osakidetza], pero sin duda mucha gente las va a necesitar, por desgracia”, añade Nieva.

Este pasado miércoles, la consejera vasca del ramo, Gotzone Sagardui, hizo pública una visita que realizó ese día a la unidad de trastorno de la conducta alimentaria en el hospital de Galdakao, cuya apertura se espera el día 4 de marzo, a solo mes y medio de las elecciones vascas. “Supondrá un gran beneficio para los pacientes con este trastorno de Bizkaia que requieran un tratamiento intensivo en régimen de hospitalización parcial o total”, afirmó, según un comunicado de su departamento.

A esta unidad ubicada en Galdakao se sumará otra en el hospital universitario de Vitoria. Cada uno de estos recursos dispone de seis plazas de hospitalización y cuentan con una plantilla formada por un psiquiatra, un psicólogo clínico, cuatro enfermeras de salud mental y otros cuatro auxiliares de enfermería. Las nuevas unidades de TAC han supuesto una inversión de 536.628 euros en total. Ya están concluidas las obras y abrirán sus puertas este mismo mes de marzo. El hospital de día infanto-juvenil ya está operativo desde el pasado lunes en el centro San Juan de Dios de la capital guipuzcoana y dispone de 16 plazas.

El padre de Nagore afirma que la dotación de personal le parece “insuficiente” y la capacidad del nuevo centro, “escasa”. Pero apostilla: “No podemos dejar de alegrarnos porque por fin se va a atender la demanda de tanta gente que, como nuestra hija y nosotros, su familia, está pasando por esto y que se sentía completamente abandonada. Estamos deseando ver en funcionamiento las unidades de TAC y seguiremos muy pendientes de que no se retrasen ni un día más”.

En Andalucía sucedió algo parecido a este caso de la familia de Nagore. La madre de una joven con anorexia impulsó en marzo de 2019 una recogida de firmas similar, recibió más de 380.000 apoyos, y la Junta reaccionó a la movilización popular. Dos años y medio después abrió sendas unidades especializadas en TCA en Granada y Málaga.

Detalle de un cojín con la imagen de Nagore vestida de cantinera.
Detalle de un cojín con la imagen de Nagore vestida de cantinera.Javier Hernández

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.
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