El extraño referéndum para cambiarle el nombre al hospital militar de Sevilla: se celebró en marzo y no se conoce el resultado

-Al hospital Muñoz Cariñanos.

-¿Se refiere a la glorieta?

-No, no. Al antiguo Hospital Militar.

-¿Pero ese no se llama Vigil de Quiñones?

La sabiduría popular coincide en que nadie conoce mejor las calles, los atajos y la forma en la que sus vecinos se refieren a ciertos lugares de una ciudad que los taxistas. Pero Rafael O., que lleva casi cuatro décadas al volante de su taxi en Sevilla, no se acostumbra al nuevo nombre del antiguo Hospital Militar Vigil de Quiñones. La Junta de Andalucía lo bautizó como Hospital Doctor Muñoz Cariñanos el pasado 20 de marzo, con motivo de su cuarta inauguración desde que el Gobierno de Juan Manuel Moreno (PP) hiciera de este edificio, abandonado durante 16 años, el buque insignia de su política sanitaria. Y lo hizo tras una votación entre los profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Ese cambio de nombre ha sido cuestionado por la familia del teniente Rogelio Vigil de Quiñones, uno de “los últimos de Filipinas”, y que había dado su apellido al hospital militar desde su inauguración el 27 de junio de 1980. Los descendientes llevan seis meses tratando sin éxito de que la Consejería de Salud les informe sobre el resultado del proceso por el que se decidió modificar la denominación del centro hospitalario. En este tiempo, el Gobierno andaluz no ha facilitado esos datos, y cuando el Consejo de Transparencia le conminó a hacerlo a finales de noviembre, la Junta solicitó una prórroga que la entidad ha avalado y que expira este miércoles.

“Se supone que esta Administración presume de transparencia, pero en este tiempo no nos ha dado información sobre los resultados de las supuestas votaciones entre los miembros del SAS para elegir el nombre”, explica un portavoz de la familia del médico, que entiende que el aplazamiento solicitado por la consejería es una señal de que “algo van a responder”. “Los familiares de Vigil de Quiñones tienen la sospecha de que el cambio de nombre puede obedecer a otros intereses que desconocen”, indica el interlocutor, quien recuerda que, de no recibir respuesta, los descendientes recurrirán en los tribunales a través del despacho de abogados familiar, Bidón Abogados.

El interlocutor alude a la consulta entre los profesionales de la sanidad andaluza convocada en marzo de 2022 para elegir el nuevo nombre. El proceso se dividió en dos fases, una primera en la que los miembros del SAS podían enviar su propuesta por vía telemática —se recibieron 1.600― y un segundo, que se activó el 7 de marzo de 2023, en el que se otorgó a los trabajadores tres días para elegir entre cuatro opciones: Rogelio Vigil de Quiñones, Antonio Muñoz Cariñanos, Rosalía Robles Cerdán y Miguel de Mañara. “Han sido muchas las propuestas que nos han llegado de diferentes plataformas, asociaciones y ciudadanos en particular, pero la decisión es difícil y no la va a tomar este Gobierno. Serán los sanitarios sevillanos los que elegirán mediante un referéndum el nombre de este nuevo centro sanitario”, afirmó el propio Moreno en el aniversario de la recuperación del hospital.

“Muchos amigos médicos nos comentaron que de esa segunda votación nunca fueron informados y que tampoco se les trasladó el resultado”, sostiene el portavoz. Por eso, la familia pidió a la Consejería de Salud en junio de 2023 que les informara sobre “los resultados de las votaciones de los cambios de nombre del hospital militar de Sevilla del año 2023″, según la resolución de la Viceconsejería de Salud. Entonces, se les respondió que “no existe regulación normativa” para la asignación o cambio de denominación de los centros sanitarios, “por lo que el proceso en concreto que se ha articulado no resulta obligatorio o preceptivo en su realización, ni vinculante en su resultado”.

Explicaciones sobre los descartes

En esa primera respuesta no se especificaba cuál era ese resultado, que es lo que reclama la familia, pero sí se explicaba por qué se había optado por descartar los nombres de los competidores de Muñoz Cariñanos. Miguel de Mañana, el mecenas del siglo de Oro y fundador de la orden de la Caridad “porque existe en Sevilla una institución benéfica vinculada al noble sevillano”, en alusión al Hospital de la Caridad. Rosalía Robles, matrona, fundadora y presidenta del Colegio Oficial de Matronas de Sevilla, porque “por su condición de mujer” y su profesión “la consejería decidió reservar su nombre para asignárselo al futuro Hospital de la Mujer”, dependiente del Virgen Macarena. No se argumenta por qué se prescinde de Vigil de Quiñones, pero se esgrime que “considerando el arraigo en la ciudad de Sevilla” se decidió mantener esa denominación a todo el distrito sanitario de Sevilla. Sobre la elección de Muñoz Cariñanos se indicó que fue por “su doble condición de miembro de las Fuerzas Armadas y médico especialista”.

Los descendientes decidieron reclamar el resultado de la votación el pasado mes de julio a través del Consejo de Transparencia y Protección de Datos de Andalucía, que a finales de noviembre —después de otorgar a la consejería una prórroga de tres meses― fallaba a su favor y daba un plazo de 10 días a la Junta para darle “la información objeto de su solicitud”. Un período que expiraba este jueves y que se ha prorrogado cinco días más a petición de la administración. Fuentes de la consejería han indicado que tienen la intención de trasladarles la respuesta. Si no recibieran los datos concretos que solicitan, la familia ya advierte que planteará acciones legales. “El siguiente paso sería instar la ejecución del acto administrativo en vía administrativa y si no lo conceden, presentar un recurso contencioso administrativo”, indica el portavoz, que traslada las sospechas de sus familiares sobre el hecho de que “verdaderamente se llevara a cabo una votación”.

Fue Moreno quien dio a conocer que el hospital pasaría a llamarse coronel Muñoz Cariñanos, en honor al otorrinolaringólogo, coronel del Ejército del Aire, asesinado por ETA el 16 de octubre de 2000 en su propia consulta en el centro de Sevilla. En ese anuncio, durante la cuarta inauguración del centro, el presidente de la Junta también informó de que el distrito sanitario de Sevilla pasaría a llamarse Vigil de Quiñones. “Es un doble y justo reconocimiento”, sostuvo el dirigente popular. “Nunca se informó a los familiares ni de que se pretendía cambiar el nombre del hospital y de lo del distrito sanitario, que nos parece una compensación, nos enteramos en la misma inauguración”, dice el portavoz.

Vigil de Quiñones nació en Marbella en 1862 y ejerció como médico rural en la Alpujarra granadina hasta que decidió alistarse como teniente médico provisional del Cuerpo de Sanidad Militar, en 1897. Fue uno de los 33 militares que refugiados en la iglesia de Baler resistió el asedio de 337 días de los filipinos en la isla de Luzón, en ese archipiélago asiático, por lo que fueron reconocidos con el apelativo histórico de “los últimos de Filipinas”. Allí descubrió la importancia de la alimentación para combatir la enfermedad del beriberi, que casi acaba con los asediados, un hallazgo que, de acuerdo con sus descendientes, acredita científicamente que el centro hospitalario mantenga su nombre. A su regreso a España, estuvo trabajando en el primigenio Hospital Militar. Antonio Muñoz Cariñanos, por su parte, era un reputado otorrino, director de la Policlínica del Mando Aéreo del Estrecho y jefe del departamento de Otorrinolaringología de la Clínica Sagrado Corazón de la capital hispalense. Allí se le conocía también como el médico de los famosos, porque acudían a él para tratarse problemas vocales cantantes como Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Juanita Reina, Raphael o Camarón, entre otros. ETA lo asesinó en su consulta, en un callejón que daba a la calle Jesús del Gran Poder y que recibió su nombre, hasta que se trasladó a una glorieta. Esa a la que se refería el taxista.