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El Estado republicano de Ohio blinda en las urnas el derecho al aborto

Los votantes aprueban introducir una enmienda constitucional que garantiza la interrupción del embarazo hasta la viabilidad del feto. Es la séptima consulta en la que la libertad de decidir sale reforzada tras la derogación de ‘Roe contra Wade’

Iker Seisdedos
Ciudadanos de Ohio se toman un selfi mostrando que votaron este martes en Columbus.
Ciudadanos de Ohio se toman un selfi mostrando que votaron este martes en Columbus.MEGAN JELINGER (REUTERS)

Los votantes de Ohio blindaron este martes en las urnas la protección del aborto en ese Estado del Medio Oeste del país. Dijeron sí a Asunto número 1; la pregunta era si querían añadir una enmienda a su Constitución que garantizara la legalidad de interrumpir un embarazo hasta el momento de la viabilidad del feto. Desde que el Tribunal Supremo tumbó en junio de 2022 el precedente de la sentencia Roe contra Wade (1973), que dio a las mujeres durante medio siglo capacidad para de decidir sobre su gestación independientemente de su lugar de residencia en Estados Unidos, se ha sometido a votación el derecho al aborto en siete ocasiones. Y en las siete la respuesta ha sido la misma: garantizar su protección.

La noticia supone un enorme varapalo para el movimiento contra el aborto en Estados Unidos, que durante décadas luchó por conseguir que el Supremo, el más conservador en ocho décadas, les diera la razón, aunque, como demostraban las encuestas, las dos terceras partes de la población estadounidense estén a favor de la libertad reproductiva.

La de Ohio, donde también se legalizó la marihuana, era una de las centenares de consultas del día electoral que llega cada año el segundo martes de noviembre. Esta vez se votaban puestos de gobernador como el de Misisipi, renovaciones de las cámaras estatales y otras cuestiones de todo tipo. La pregunta sobre el aborto en Ohio era tal vez la de mayor trascendencia nacional, aunque no la única votación con esa cuestión de fondo. El gobernador demócrata de Kentucky, otro estado republicano, ha salido reelegido tras atacar durante la campaña a su rival republicano por su apoyo inicial a una ley contra el aborto que no permitía excepciones en caso de incesto y violación. Mientras, en Virginia los demócratas han logrado mayoría en las dos cámaras estatales, cerrando el paso a que los republicanos puedan sacar adelante una ley que baje a 15 semanas el límite para la interrupción del embarazo. El resultado es una decepción para el prometedor gobernador republicano, Glenn Youngkin, con aspiraciones presidenciales.

Triple victoria demócrata

Las elecciones y referéndums celebrados este martes dejan, por tanto, una importante triple victoria demócrata en tres estados (Ohio, Kentucky y Virginia) con el aborto como denominador común. El resultado supone un balón de oxígeno para el presidente, Joe Biden, que a un año de las presidenciales está por detrás de Donald Trump en las encuestas.

Ohio es, desde la irrupción en escena en 2016 de Trump, lo que aquí se conoce como un Estado rojo, por su tendencia a votar conservador. El Partido Republicano ha hecho una feroz campaña por el no, que no ha surtido efecto en sus fieles. No era la primera vez que los ciudadanos de Ohio votaban este año sobre este asunto. El gobernador, Mike DeWine, forzó en verano una consulta para obligar a que las enmiendas constitucionales como la recién aprobada solo pudieran adoptarse con una mayoría cualificada (60%) de los votos. Estaba pensada precisamente para dificultar la votación de este martes. Sus compatriotas dijeron no a ese cambio de las reglas.

Tras la decisión del Supremo, el gobernador firmó una ley que fijaba en seis semanas el límite para la interrupción legal del embarazo. Es un plazo fijado por el momento en el que se empiezan a sentir las primeras constantes vitales del feto, y que en la práctica equivale a una prohibición total, pues la mayoría de las madres no pueden saber a esas alturas que lo están. Ese límite estuvo en vigor durante 82 días, antes de que los jueces lo tumbaran y en Ohio volviera a estar permitido el aborto hasta en torno a la vigesimotercera semana. Fue tiempo suficiente para que el terrible caso de una niña de 10 años violada diera el salto a las noticias nacionales, cuando tuvo que viajar a la vecina Indiana para poder abortar.

En los días previos a la cita con las urnas, los organizaciones en favor del aborto criticaron la “confusa” formulación de la pregunta, formulada por las autoridades republicanas. Muchos votantes no sabían qué implicaba un voto afirmativo o negativo. Los promotores de la consulta, un grupo de ciudadanos liderados por varios médicos, buscaban sacar adelante una enmienda que prohibiera al Estado promulgar ninguna ley que fije un límite para la interrupción del embarazo por debajo de las 23 semanas, pero el texto de la papeleta, escrito por el secretario de Estado, Frank LaRose, ofrecía un resumen que decía falsamente que la enmienda “siempre permitiría el aborto de un nonato en cualquier momento del embarazo, sin tener en cuenta su viabilidad”.

El fiscal general de Ohio, Dave Yost, entre otros destacados republicanos que han pagado costosos anuncios en televisión, ha abonado el terreno de la desinformación al hacer campaña por el no con el argumento de que enmienda permitirá que los adolescentes aborten sin el consentimiento de los padres, argumento rechazado por destacados constitucionalistas.

El portavoz de Ohioans United for Reproductive Rights (OURR), Gabriel Mann definió antes de la votación esos intentos como “un patrón sin precedentes de engaño e interferencia por parte de las tres ramas del gobierno de Ohio para bloquear el Asunto 1 y controlar las decisiones médicas privadas de los habitantes de Ohio”. “Los opositores al derecho al aborto nos han demostrado claramente una y otra vez que cuando creen que no pueden ganar, intentan hacer trampas”, sentenció.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.

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