La segunda de las bebés intercambiadas en el hospital de Logroño reclama 4,3 millones de euros

El caso de las bebés intercambiadas por error en el hospital San Millán de Logroño en 2002 —destapado en 2021 a raíz de la denuncia de una de las afectadas, ya entonces mayor de edad— tiene ya la segunda denuncia. Una de ellas ya lo hizo, y la otra, junto a su familia, con la que se ha criado, en un primer momento habían decidido no recurrir a la justicia. Sin embargo, ahora, tanto ella como su padre y su madre (los no biológicos) reclaman a la Consejería de Sanidad del Gobierno de La Rioja una indemnización de 4,3 millones de euros por el daño ocasionado, según la información avanzada por el diario El Día de La Rioja. De esta forma, sigue el camino de la otra bebé intercambiada.

La primera denunciante mantiene su litigio en los tribunales para reclamar tres millones de euros por los “daños irreparables” producidos, según su abogado José Sáez Morga, a pesar de haber recibido una compensación de 850.000 euros, con cargo a la compañía aseguradora del Servicio Riojano de Salud (SERIS). La otra afectada reclama también ahora esta compensación de tres millones de euros, mientras que la cantidad restante de 1,3 millones corresponde a la demanda de sus progenitores no biológicos.

El Gobierno de La Rioja, responsable subsidiario de este error de identificación, ha recibido esta segunda reclamación, que “está estudiando”, según fuentes del Ejecutivo autonómico. De hecho, se está evaluando el informe emitido por el Consejo Consultivo, no vinculante, pero que sirvió para establecer la compensación de 850.000 euros en el primer caso.

Una vez completado este trámite, el Consejo de Gobierno, encabezado por el presidente, Gonzalo Capellán, y el gabinete de consejeros, será el encargado de aprobar la cantidad que deberá percibir, en su caso, esta segunda denunciante y la familia con la que ha crecido.

Este caso, que conmocionó a la sociedad riojana, tiene su origen en el error cometido en la incubadora del antiguo hospital San Millán de la capital riojana —ya derruido—, cuando dos bebés, nacidas con una diferencia de apenas cinco horas, fueron entregadas a las familias equivocadas. Un suceso que pudo ser esclarecido como consecuencias de las desavenencias en una de las familias.

El supuesto padre de una de ellas se prestó a hacerse una prueba de ADN para confirmar que no era su progenitor y, por tanto, no estaba obligado a dar a la abuela de la entonces niña una compensación por su cuidado y manutención. El examen confirmó este extremo y desencadenó una investigación hasta determinar los progenitores biológicos de cada una de las afectadas.