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Martín Moreno, director del congreso europeo sobre tabaco: “España es el estanco de Europa”

El mayor encuentro internacional sobre tabaquismo y salud tras la pandemia reclamará a las autoridades sanitarias mano dura para lograr una generación libre de cigarrillos a partir de 2030

Pablo Linde
José María Martín Moreno, director científico de la Conferencia Europeo de Tabaco o Salud, en la Universidad de Valencia.
José María Martín Moreno, director científico de la Conferencia Europeo de Tabaco o Salud, en la Universidad de Valencia.Mònica Torres

Si el tabaquismo desapareciera de la noche a la mañana, con él se irían un tercio de todos los cánceres que se diagnostican. La covid ha matado oficialmente en España a 120.000 personas en tres años, mientras los cigarrillos han provocado en ese tiempo 150.000 muertes “a la chita callando”, en palabras de José María Martín Moreno, catedrático de salud pública en la Universidad de Valencia y director científico de la Conferencia Europea de Tabaco o Salud (ECToH, por sus siglas en inglés), que se celebra desde este miércoles 26 de abril al 28 en Madrid. Es el primer gran encuentro internacional sobre el tema tras la pandemia, y no va a ser complaciente con los gobiernos: “Vamos a dar caña. Tenemos que eliminar ese veneno de nuestras vidas”.

La Unión Europea se ha fijado el objetivo de conseguir una generación libre de tabaco a partir de 2030. Y hay una herramienta para conseguirlo, el Convenio Marco para el Control del Tabaco. Martín Moreno (Almería, 63 años) resalta que es el único que ha aprobado la Organización Mundial de la Salud (OMS) y lamenta que la mayoría de los países no lo cumplan. “Hay unos mínimos, como subida de impuestos, hacer un empaquetado genérico para todas las marcas, regular las nuevas formas de fumar [cigarrillos electrónicos y vapeadores], proteger a los más vulnerables, que son niños, mujeres y la población con menos recursos, los grupos en los que sigue subiendo el tabaquismo, que por suerte baja en términos generales”, enumera.

En España, todas estas medidas están recogidas en el borrador del Plan de Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, redactado hace año y medio. La idea original era tenerlo listo en 2021 para, en torno a él, aprobar las normas necesarias para acelerar una caída del tabaquismo que se está estancando. Pero está guardado en un cajón, sin que el Ministerio de Sanidad haya dejado claro en todo este tiempo cuáles son los obstáculos para darle luz verde.

Martín Moreno tiene sus sospechas: “Un Gobierno analiza el contexto, contempla el público al que va dirigida la normativa y el potencial de que reaccione de forma positiva a una legislación. Si cree que eso puede ser percibido como una transgresión de la libertad individual o del comercio, quizás piensa: ‘Tengamos la fiesta en paz’. Pero es que, mientras tanto, la gente está sufriendo esos problemas, la gente se sigue muriendo y cada día que no se toman decisiones es un día que se pierde”.

Martín Moreno, en la facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, donde es catedrático.
Martín Moreno, en la facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, donde es catedrático. Mònica Torres

Una de las medidas polémicas que incluye ese plan es prohibir el tabaco en terrazas y otros espacios al aire libre, como pueden ser paradas de autobús. Supone seguir avanzando en la senda legislativa que comenzó en 2005 y continuó en 2010, cuando se endureció la norma para los espacios libres de humos. Consiguieron reducir el tabaquismo, pero las cifras indican que los jóvenes se siguen incorporando al hábito.

El siguiente paso que los expertos recomiendan es arrinconar cada vez más al cigarrillo y evitar que quienes no quieren exponerse a él tengan que respirar su pernicioso humo. “No se trata de ir contra los fumadores. Pero la libertad de uno acaba donde empieza la de los demás”, dice el director científico del ECToH, que recuerda cómo el sector de la hostelería puso el grito en el cielo cuando se prohibió en bares y restaurantes, y cómo hoy a prácticamente nadie se le ocurriría volver a permitirlo.

Los impuestos son otro de los puntos claves que recomiendan tanto el convenio marco de la OMS como el borrador del plan que Sanidad tiene pendiente de aprobar. En España el gravamen del tabaco se sitúa aproximadamente en la media de la Unión Europea (suponen un 79% del precio final), pero cuenta con mucho margen para situarse al nivel de países del entorno, como Francia (84%) o el Reino Unido (91%), un país que lleva años reduciendo drásticamente la cantidad de fumadores. “Somos el estanco de Europa”, dice el catedrático. “Hay gente que viene de vacaciones, o cruza los Pirineos y se va con la maleta llena de cartones. Esto ha sido denunciado por otros Estados miembros y nosotros tenemos que pasar el bochorno de tener el precio más barato. No te digo nada en Canarias”, se queja.

Jóvenes protagonistas

En la conferencia se hablará de todo esto. Y tendrán un gran protagonismo los jóvenes. La Asociación Española Contra el Cáncer, una de las organizadoras, ha querido que esté lleno de ellos, porque son la generación en la que van a revertir todas las mejoras que ahora se consigan. También fomentan su implicación en esta lucha y por eso serán ellos los relatores de las conclusiones que salgan del encuentro. “Lo más destacado del congreso va a ser la formación de un activismo juvenil contra el tabaco, pero que a su vez es por la promoción de la salud. Existe mucha fuerza en la juventud para hacer cosas, para tener un mundo mejor, un planeta más sano, más sostenible. Y nosotros queremos que esto sirva también para impulsar esa capacidad y esa energía que ellos tienen, ese entusiasmo”, subraya el médico.

Las tabaqueras tienen claro cómo captarlos. Las nuevas formas de fumar (como vapeadores y cigarrillos electrónicos) calan entre los adolescentes y no están sujetas a la normativa del tabaco, algo que reclaman los expertos. Se pueden promocionar en conciertos, vender en tiendas sin licencias especiales y ser parte de campañas de influencers de redes sociales. “La industria está haciendo un gran esfuerzo. ¿Por qué? Para sobrevivir. Porque tienen un negocio impresionante. Y entonces les va la vida en ello. Así que inventan toda clase de artimañas. Venden [los vapeadores] con envases muy atractivos, como si fueran cualquier bien de consumo. Hay que regularlo. Existe un grupo de población más vulnerable que sufre con más intensidad esta amenaza y tenemos que hacer algo”.

Pero en el ECToH no todo serán reproches. Además de ser “el Pepito Grillo” de las autoridades sanitarias, se presentarán investigaciones con avances para frenar el tabaquismo, como sucede en cualquier congreso sobre salud. Y algunos países, como Dinamarca, Holanda, Portugal o Canadá, mostrarán cómo están luchando contra esta adicción.

“También vamos a analizar el caso de Finlandia, que está siendo muy, muy valiente para decir que en el año 2030 van a acabar con el tabaco [prohibiendo completamente los pitillos para esa fecha]. O el caso de Nueva Zelanda, que ha aprobado una propuesta muy original que no se me habría ocurrido: prohibir la venta de tabaco a las personas nacidas a partir de una fecha, en este caso 2009. En lugar de tratar de erradicarlo para todos en el mismo momento, lo que están diciendo es básicamente: ‘Vamos a respetar que hay una cierta inercia y una dependencia de mucha gente y a su vez hacer posible que tengamos una generación que por fin se libre de ese veneno’. Y es muy interesante ver todas esas opciones que vamos a tener en Madrid”, concluye Martín Moreno.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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