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La historia que no deja a las mujeres fuera de campo

Un libro de varios expertos recorre momentos estelares de la humanidad a través del papel de las féminas y facilita material didáctico para cubrir grandes lagunas de la enseñanza tradicional

Ferran Bono
La historiadora Isabel Morant, en el vestíbulo de la facultad de Historia de la Universitat de València, este martes.
La historiadora Isabel Morant, en el vestíbulo de la facultad de Historia de la Universitat de València, este martes.Mònica Torres

No es una historia cualquiera. Es un recorrido por momentos estelares de la humanidad, parafraseando el título del libro de Stefan Zweig, con el foco puesto en las mujeres, desde la prehistoria hasta el tsunami feminista actual, pasando por la revolución industrial o el colonialismo en Latinoamérica. El primer objetivo es recabar no solo una serie de biografías destacables, sino analizar el papel que desempeñaron en distintos periodos o regímenes políticos, las relaciones que establecieron con los hombres y con la sociedad y cómo desbordaron (y también se conformaron) con las limitaciones impuestas. El segundo objetivo es ampliar el conocimiento e integrar a las mujeres en los programas de estudio, en los que continúan desenfocadas, fuera de campo o de cámara, como se llama en el cine a todo aquello que no se ve en el encuadre del plano, pero el espectador puede intuir.

Estas son las principales pretensiones del singular libro El lugar de las mujeres en la historia. Desplazando los límites de la representación del mundo, que busca ser una obra de lectura para todo el mundo y de consulta para los estudiantes, incluidos los universitarios. Por eso, esta obra ambiciosa, dirigida por las historiadoras Isabel Morant y Rosa E. Ríos y el experto en didáctica Rafael Valls y recién publicada por la Universitat de València, cuenta también con un dosier práctico que propone actividades y lecturas.

En este sentido, la catedrática de Historia Isabel Morant, que fue la alma mater de la icónica colección Feminismos de Cátedra, tiene un empeño personal en que la obra llegue también a los centros de enseñanza secundaria. Entre ellos, al instituto Tirso de Molina de Vallecas, en Madrid, a propósito de una noticia que leyó en este periódico. El pasado año, algunos alumnos del centro enviaron sendas cartas a los ministerios de Igualdad y Educación protestando por que en una foto de la generación del 27 de su manual solo aparecen hombres y ninguna mención a las conocidas Sinsombrero, tal y como les había explicado su profesora. Un silencio extendido en otros programas y temarios educativos. “Me gustaría escribirles y enviarles este libro para que lo tengan en su biblioteca de acuerdo con el Servei de Publicacions de la Universitat”, comenta Morant sobre una obra en la que han participado numerosas expertas (la mayoría son mujeres) elegidas en función de su especialidad.

“Queremos explicar el porqué de la diferencia y de las desigualdades entre los sexos, en qué momento y cómo se construyeron en los orígenes de la humanidad, en los regímenes liberales burgueses... En definitiva, ampliar los conocimientos, proponer una historia más justa y dar respuesta a la demanda del feminismo que reclama un pasado y una genealogía”, señala la autora de Historia de las mujeres en España y América Latina (Cátedra). La pretensión es ir más allá del puro victimismo, mostrando los mecanismos de poder que construyen las identidades y las relaciones de los hombres y mujeres.

Rousseau, por ejemplo, se refiere a las mujeres como “la preciosa mitad de la República”. Excluida de lo público, gestiona el espacio doméstico, perpetuando la educación no igualitaria. “Rousseau sigue creyendo que la igualdad es un peligro para el modelo republicano, sigue creyendo que el hombre es superior intelectualmente a las mujeres, que tienen otras capacidades, como la sensibilidad, el sentido moral”, prosigue la historiadora. Es frecuente entre los estudiantes que conozcan más El contrato social del pensador suizo, en el que aboga por la libertad e igualdad de los hombres bajo un estado instituido bajo el contrato del título, y no de otros libros como Emilio o la eduación y Julia, o la nueva Eloísa, en los que se revela que esa igualdad tan atractiva excluye en realidad a las mujeres. “La literatura es perfecta para explicar tantas cosas y tantas diferencias”, apostilla Morant.

En este punto, la historiadora recuerda que los hombres republicanos defraudaron a las mujeres, como denunció entonces Madame de Staël y como ha sucedido posteriormente en distintos periodos, como en la inicial instauración de la democracia liberal que solo contempló el voto femenino muchos años después y por la lucha de las mujeres. La aristócrata ilustrada era partidaria de los cambios del modelo social después de las revoluciones, pero incidía en que la educación no era mejor, en que se seguía limitando a las mujeres a la moral y las costumbres. “Ella se preguntaba: ¿se habrían dado cuenta los hombres de que tenemos las mismas capacidades y no quieren competencia?”, apuntaba este martes Morant sobre la pionera del movimiento en su despacho en la Facultad de Historia.

En los siglos XIX y XX, en plena industrialización, los sindicatos obreros y los partidos progresistas siguen manteniendo el mismo ideario de le división y separación de los sexos. Y desde esa perspectiva consideran un avance que las mujeres se dediquen a los trabajos domésticos y queden “liberadas” del trabajo productivo.

Desde hace años, una parte del profesorado introduce esta visión feminista en sus clases, pero a menudo este propósito depende de la voluntad del docente y de que tenga tiempo para preparar los materiales que, si bien pueden estar accesibles en las redes, no siempre están sistematizados. El lugar de las mujeres en la historia ofrece una herramienta para la enseñanza, según la autora y profesora de instituto Rosa E. Ríos. “Desde el primer momento nuestro reto fue componer una obra con el conocimiento actualizado, que sirviera también de herramienta práctica para el profesorado, que no se quede olvidada en los anaqueles, que se use y la historia de las mujeres se incorpore a los currículos, no como personajes aislados, singularizados, sino como agentes de la historia”, afirmó Ríos en la presentación del libro que se celebró el pasado lunes en un abarrotado paraninfo de la Universitat de València.

Allí, el secretario autonómico de Educación y Formación Profesional de la Generalitat valenciana, Miguel Soler, hizo público el compromiso de su departamento de que la obra presentada llegue a los centros educativos y de impulsar en los centros de formación del profesorado la impartición de cursos sobre la historia de las mujeres. “Nos lo están pidiendo los propios profesores”, indica Isabel Morant.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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