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“Ratas que parecen gatos” y “cucarachas a patadas”: un otoño cálido dispara las alertas por plagas

Las empresas del sector registraron un “aumento inédito de avisos”, que afectó sobre todo a las grandes ciudades, con los mayores incrementos en octubre en Madrid: un 70% más por insectos y un 63% más por roedores

Cucarachas
Una trampa para cucarachas, repleta de ellas, en un local de hostelería de Madrid el pasado mes de octubre.ezsa
Victoria Torres Benayas

Nancy Berrocal, florista en la plaza de Tirso de Molina del distrito Centro de Madrid, señala los parterres con el dedo acusador. Hasta hace 15 días, estaban llenos de basura, zarzas y helechos y eran el hogar perfecto para cientos de cucarachas y de ratas. “Quitaron las matas y fumigaron. Cucarachas y ratas salieron en tromba, las había a patadas”, relata. La florista explica que este otoño habían proliferado y se veían de día y de noche: “Ahora siguen saliendo cucarachas cuando oscurece, van a las terrazas en busca de la comida”. Un vecino, Marcelo Casas, asegura que “las ratas estaban a sus anchas” y teme que regresen “en cuanto se vuelva a acumular basura”. Desde San Cristóbal de los Ángeles, el barrio más humilde de Villaverde, en el sur de Madrid, una residente, Adela Crespo, denuncia que “hay ratas que parecen gatos” en los edificios, donde “tienen agujeros en los que anidan y salen en cuanto cae la noche”. María de los Ángeles Saiz, del mismo barrio, cuenta que han ido a más en los últimos meses: “Se ven un montón”.

Madrid no es un caso aislado. Según la empresa especializada EZSA, una de las mayores del sector y con 40 años de experiencia en el control de plagas, en octubre se produjo en todo el país un “aumento inédito de avisos” por plagas en viviendas, comercios y restaurantes. En general, todo este año está siendo “atípico”, alerta Ignacio Santamarta, director de innovación de EZSA. En 2021 recibieron 17.284 llamadas y, en lo que va de 2022, son 28.518, un 60% más. “Ha habido muchísima incidencia, incrementos así no los había visto nunca”, subraya Santamarta.

Jorge Galván, director de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla), que representa al 85% del negocio, también constata que este otoño se ha producido un fuerte repunte de las plagas “totalmente anómalo para la época”, pero no tienen un estudio nacional con datos de sus 566 asociados. Anecpla recuerda que las cifras de EZSA son fiables, pero sesgadas y no extrapolables, ya que miden la actividad de una sola empresa.

Plaga de ratas en una vivienda de la provincia de Málaga.Vídeo: EZSA

Santamarta detalla que el incremento de llamadas por cucarachas en octubre fue del 58,2% en España respecto al mismo mes de 2021, con especial incidencia en las grandes urbes: 70,1% en Madrid, 59,4% en Valencia, 55% en Barcelona, 47,4% en Málaga y 45,6% en Sevilla. El problema, arrastrado del verano, tuvo también un fuerte impacto en septiembre. En la capital, hubo un 24% más, unas “cifras de verano”. Los datos acumulados de 2022 comparados con 2021 apuntan a una subida del 65% a escala nacional, donde más en Valencia, con un 80%.

Los avisos por ratas también se dispararon un 52,1% de media (63,1% en Madrid, 62,8% Barcelona, 49,4% Valencia, 48,9% Sevilla y 42,7% Málaga), con aumentos acumulados de un 71% de media. En Valencia, el peor foco está en La Fuensanta, un barrio de 3.700 habitantes en viviendas sociales construidas tras la riada de 1957, donde los vecinos denuncian que son Hamelín desde hace meses. “Están en las alcantarillas y se cuelan en las casas por los respiradores a ras de suelo. También trepan por los árboles y de ahí, a los pisos. El barrio está alarmado”, asegura un vecino.

“En lo que llevamos de 2022 van 356 quejas, un 21% más que en el mismo periodo del año anterior”, denuncia la oposición, PP y Cs. El Ayuntamiento replica que sus técnicos hacen tratamientos preventivos y “atienden las peticiones de los vecinos”. Con el actual contrato, destinan 0,80 euros por habitante al año al control de las plagas, pero con el próximo se pasará a 2,12, aseguran fuentes municipales.

En Barcelona, un vídeo de TiKTok en el que se veía a decenas de roedores la plaza de Catalunya fue el desencadenante de una psicosis generalizada en julio. Tras viralizarse, el Ayuntamiento llenó de veneno la zona, lo que logró reducirlas. En agosto, la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASBP) anunció que la situación estaba bajo control. Este Ayuntamiento realizó en 2018 el primer censo municipal de roedores de España, que concluyó que había 259.000, una rata por cada seis barceloneses. Cuatro años después, se desconoce a cuánto ascienden, pero la ASBP hace un control diario de 2.400 puntos (900 en el alcantarillado y 500 en superficie), más las incidencias que la ciudadanía denuncia. En total, pone veneno en 4.000 puntos. Barcelona admite que las denuncias por cucarachas se dispararon entre mayo y octubre. En lo que va de año, hay un millar, mientras que en 2021 fueron 800, lo que ha obligado a aumentar el presupuesto para plagas en un 44% y los equipos de calle en un 51%, 47 personas en total.

En cambio, el Ayuntamiento de Madrid niega que haya más cucarachas. Un portavoz de Madrid Salud, organismo encargado del control de las plagas, explica que “los datos de octubre son análogos en la serie 2018-2022″ y que “los avisos muestran una tendencia a la reducción en los últimos años”. Eso sí, aclara que se refiere a las dos especies de alcantarillado, la negra u oriental y la americana, y no a la alemana o rubia, que es la que afecta a las viviendas y locales y de la que hablan los datos de EZSA. “Las cucarachas de alcantarillado presentan una muy fuerte estacionalidad en Madrid y la mayor parte de los avisos se producen entre mayo y primeros de agosto, a finales de otoño son residuales”, agrega. A la pregunta de si hay un aumento de los roedores, no ha habido respuesta. Tanto este año como el que viene, la partida de desratización y desinsectación es de 1.210.020 euros.

Pero no solo son ratas y cucarachas. “También se ha registrado un aumento de los avisos insectos voladores, aunque menor”, indica EZSA. En septiembre crecieron un 35% en Madrid y en octubre, un 24%. Este último dato resulta “sorprendente”, porque es propio del verano y supera incluso a julio. En octubre y noviembre, alerta Santamarta, “se han producido en España picaduras de mosquito tigre y de mosca negra, que deberían estar aletargados”.

EZSA, la patronal y los ayuntamientos consultados achacan esta proliferación a causas meteorológicas: la combinación de las elevadas temperaturas y la ausencia de lluvias. El calor del mes pasado no tuvo nombre. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), fue el octubre con mayor temperatura media de la serie histórica, que arranca 1961, superando el récord anterior por casi un grado. Hizo de media 18°, lo que supuso una anomalía de nada menos que 3,6° por encima de lo normal y lo convirtió en “el mes más anómalamente cálido en España” de la serie. Además, llovió dos terceras partes de lo normal. Septiembre también fue cálido, aunque menos (0,6° por encima) y seco. En realidad, calor y sequía reinan este 2022: de enero a octubre, es el año el más cálido de la serie y el cuarto más seco.

Aunque cucarachas y ratas están presentes todo el año, Santamarta y Galván explican que en este otoño se han dado las “condiciones idóneas” para su expansión. Con el calor, sus ciclos de reproducción se acortan, por lo que se reproducen más y durante más meses, al tiempo que las larvas y las crías tienen menos mortalidad. Que no llueva permite a las cucarachas vivir a sus anchas en las arquetas de las alcantarillas, “al estar más secas y sin arrastre del agua”. A los roedores les pasa lo mismo: sus casas son más confortables. El aumento de las temperaturas también hace que colonicen nuevos hábitats donde el factor frío los mantenía a raya. Otro factor es que “salimos de una pandemia”, en la que, al reducirse la presencia humana, “ganaron mucho terreno” y en la que, para colmo de males, se redujeron las labores de control y eliminación.

Para el director de Anecpla, el gran culpable es el cambio climático. “Teníamos un clima subtropical, pero cada vez nos acercamos más a uno tropical”, lo que aumenta la población de las especies problemáticas ya presentes y atrae a otras nuevas. El aumento de las temperaturas lleva otros factores aparejados, como la modificación de los movimientos migratorios, a los que se suman la globalización y el turismo. “España tiene un potencial brutal como transmisor de zoonosis, en menos de 36 horas puedes estar en cualquier punto del planeta, tiempo inferior al que tarda un virus en desarrollarse”, advierte Galván.

Rata gris
Capturas de rata gris con trampas mecánicas en una parcela sin edificar en la provincia de Madrid.EZSA

El entomólogo Rubén Bueno, director técnico de laboratorios Lokímica, cita más causas, como la resistencia a los biocidas, lo que reduce su eficacia. “Detrás de las plagas no solo hay una molestia, sino transmisión de enfermedades”, advierten todas las fuentes. Las cucarachas portan salmonelosis, hepatitis infecciosa, lepra, peste bubónica y disentería, mientras que las ratas contagian rabia, leptospirosis, peste y tifus, además de tener pulgas y garrapatas.

El presupuesto contra las plagas “ha crecido en los últimos 15 años y los ayuntamientos son más sensibles, pero todavía no hemos llegado al redimensionamiento que exigen”, afirma Bueno. “Hay que adaptarse a los problemas emergentes”, concluye el entomólogo. “El problema de momento está controlado, pero va a ir a más”, sentencia la patronal, que reclama un aumento de las partidas destinadas a su gestión integral, sobre todo en prevención.

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Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.

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