La plaga de chinches del Virgen del Rocío aflora el mal estado de las zonas de descanso de los médicos del hospital sevillano

El pasado sábado, los pacientes que se encontraban en los sillones de la sala de estancias y en algunas camas en Observación del Hospital Virgen del Rocío tuvieron que ser trasladados a otras zonas del centro por la aparición de una plaga de chinches. Ese mismo día se empezó a fumigar el mobiliario y las instalaciones y el domingo el hospital sevillano daba por controlado y sofocado el brote. La presencia de estos insectos ha hecho aflorar el malestar de su personal médico, que no solo advierte de que el de este fin de semana no es un caso aislado, sino que llama la atención sobre las malas condiciones higiénicas y de mantenimiento de las zonas comunes donde ellos descansan, unas quejas, que denuncian, suelen caer en saco roto.

“Con los chinches y detección de otros insectos, con las condiciones de higiene y de salubridad de las áreas de descanso llevamos peleando años, desde que yo era residente. Las condiciones son muy malas y las denuncias son constantes, pero no tienen resultado, porque vayas donde vayas, al servicio de inspección, al de prevención de riesgos laborales, acabas perdido en una maraña burocrática que solo consigue desesperarnos y al final nos resignamos a trabajar en estas condiciones”, señala Rafael Ojeda, presidente del Sindicato Médico de Sevilla. “Esta situación es extensible a otros hospitales viejos, donde se han ido haciendo ampliaciones de quirófanos y de consultas a costa de las zonas de descanso. Los problemas de mantenimiento son ubicuos y detrás lo que subyace es una falta de financiación de la Sanidad. La inversión siempre se va a lo que se ve, en detrimento de los profesionales”, abunda.

En una de las últimas reclamaciones, remitida el pasado 8 de septiembre de 2022 a la Dirección Gerencia del Hospital Virgen del Rocío por los facultativos de las Unidades de Obstetricia y Ginecología que realizan guardias en el Hospital Maternal, se alertaba de las “malas condiciones de mantenimiento e higiene” de los cuatro dormitorios de los que disponen y de la aparición de insectos.

En la carta, a la que ha tenido acceso este diario y que se acompaña de fotografías, avisan de la aparición de chinches en un colchón el pasado 28 de agosto y advierten de que “no es un caso aislado”. “Varios facultativos han reportado picaduras múltiples tras las guardias y se han visto chinches y arañas en otras ocasiones”, señalan. Aunque reconocen que tras notificar esta situación “se procedió a la limpieza de la habitación”, insisten en que “las condiciones de abandono en su mantenimiento persisten”.

También trasladan los problemas con el mal estado del aire acondicionado o las ventanas. La de uno de los cuartos no se puede abrir y está rodeada de óxido; en otro dormitorio, la persiana, también oxidada, no puede levantarse y para cerrar el cristal hay que subirse a la cama, sujetar la persiana y pasar el brazo por debajo para poder tirar de él; en otra habitación la ventana está cerrada con esparadrapos y aseguran que son necesarias jeringas para su apertura. Allí también hay un guante tapando un agujero en la pared.

Se quejan de que “es frecuente encontrar mucha suciedad en el suelo y el baño, polvo de muchos días, siendo en muchas ocasiones muy evidente la falta de limpieza diaria”, en otro de los cuartos, y llaman la atención sobre el estado en el que están los aseos cuando llegan a hacer las guardias, porque han sido utilizados durante el día por el resto del personal. “Es constante encontrarnos los baños usados, las papeleras llenas y los baños sucios tras la limpieza de la mañana”. También cuestionan el estado de los colchones, “hundidos y extremadamente sucios y viejos”, o los problemas con la falta de cambio de sábanas de otra habitación que solo habilitan los fines de semana. Los profesionales reclaman a la dirección del centro, entre otras cosas, salas de descanso dignas para “el correcto rendimiento físico y mental” de los facultativos que estén de guardia y “limpieza diaria” de esos espacios.

“Solo se cuida lo que ve el paciente”

Una situación que es similar en las habitaciones de descanso en la zona de Urgencias, según explica Mar Suárez, secretaria de Organización de UGT en el Virgen del Rocío. “El estado de nuestras salas es malo, de hecho, nos han habilitado hasta una caracola porque no tenemos espacio”, sostiene, aunque sí recalca que el servicio de limpieza en el resto del hospital funciona muy bien. “Hay un problema de mantenimiento de infraestructuras en el hospital. Se cuida lo que ve el paciente y las personas que vienen al centro, pero en las zonas de estancia, de descanso y el comedor del personal son graves e incurren en incumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales por el tamaño de los dormitorios, ventilación o iluminación”, abunda Ojeda, que alerta de que hasta en la comida algunos compañeros se han encontrado bichos.

Desde el Virgen del Rocío, su portavoz reconoce los problemas para poder limpiar las zonas comunes de los profesionales sanitarios y asegura que se han empezado a adoptar medidas desde finales del verano, estableciendo unos horarios fijos que se irán extendiendo al resto de unidades del hospital. “Ocurre que las limpiadoras cuando pasan pueden encontrarse la habitación ocupada porque los médicos están descansando y no pueden entrar a trabajar. Son espacios que no son fáciles de organizar, pero se han establecido ya horarios fijos de limpieza”, indican. Desde el centro entienden que el resto de problemas relacionados con el mantenimiento de las salas son consecuencia de la imposibilidad de poder limpiar diariamente.

En el hospital se insiste en que existen comités de salud laboral y de prevención de riesgos laborales, de los que también forman parte los sindicatos, para abordar cualquier tipo de incidencia y necesidades de mejora. “A través de estos comités, que se reúnen de forma periódica, se hace un control y seguimiento interno”, señalan.

“El problema de los insectos es recurrente”

Los médicos siguen con picotazos por las chinches. El lunes y el martes se fumigaron por una técnica de vaporización tanto la sala de estancias cortas, donde aparecieron los chinches, como las adyacentes “para prevenir su posible expansión a través de carritos, sillas o escondidos en la ropa”, indica su portavoz. Los controles de desinfección, desratización y desinsectación en el Virgen del Rocío los realiza una empresa externa que hace análisis preventivos periódicos de carácter preventivo. Lo que no impide que puedan aparecer chiches u otro tipo de insectos, que pueden entrar agarrados en cualquier suela de zapato, en una silla de ruedas o desde una ambulancia. Cuando se detectan se vuelve a llamar a la empresa encargada para que valore el tratamiento correctivo adecuado, explican desde el hospital.

“Es lo que se hizo en septiembre”, afirma el portavoz del Virgen del Rocío, en referencia al caso denunciado por los médicos del Hospital Maternal. “Se descartó que fueran chinches, pero se hizo una fumigación preventiva”, añade. Desde el centro se asegura que la plaga ya está erradicada y que el foco no se originó dentro del centro.

El hospital asegura que los chinches se detectaron el pasado sábado y que ese día ya se actuó sobre los insectos. Pero tanto Ojeda como Suárez sostienen que los compañeros ya alertaron una semana y media antes de su presencia. “Esto no es un hecho aislado. El problema con los insectos viene desde hace tiempo y no se resuelve”, advierte Suárez. “En los comités de salud de primavera y verano presentamos una incidencia sobre la existencia de mosquitos en el Hospital Militar”, indica. Este último centro, dependiente del Virgen del Rocío, fue reinaugurado por la Junta de Andalucía el 1 de febrero del 2021.

Los compañeros que siguen con picaduras han sido derivados al servicio de prevención de riesgos laborales. “Esta situación de chinches es como la gota que colma el vaso, pero el asunto tiene unas dimensiones sanitarias mayores de las que se quieren hacer creer, pero como muchos de estos episodios pasan en las zonas del hospital a las que no accede el público, parece que nos tenemos que conformar con esta situación, que lo que evidencia es una precariedad en las labores de mantenimiento y prevención”, sostiene Ojeda. “Esta situación es extensible a otros hospitales viejos, donde se han ido haciendo ampliaciones de quirófanos y de consultas a costa de las zonas de descanso. Los problemas de mantenimiento son ubicuos