La expansión de la viruela del mono empuja a la OMS a decidir si es una emergencia internacional
El organismo debate hoy si eleva la alerta al mismo nivel que el coronavirus y la polio mientras los casos superan los 3.500 en 42 países
El comité de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra este jueves en Ginebra una reunión para evaluar si el brote de viruela del mono, que ha afectado en seis semanas a más de 3.500 personas en al menos 42 países constituye una “emergencia de salud pública de importancia internacional”. Este es el máximo nivel de alerta que puede declarar el organismo, una consideración que actualmente tienen el coronavirus y la polio.
La declaración de la emergencia internacional pretende incrementar la coordinación entre los países y reforzar los mecanismos para la búsqueda activa de casos y la implementación internacional de medidas que ayuden a poner freno a la circulación del virus, algo que debería concretarse en las próximas semanas.
La reunión se ha iniciado a las 12 del mediodía y está previsto que dure varias horas. Según fuentes de la OMS, los resultados del encuentro serán comunicados en una rueda de prensa prevista para el viernes por la tarde o el sábado por la mañana y también será publicado un comunicado en algún momento a partir de mañana, aunque estas previsiones pueden sufrir cambios.
El encuentro del comité se produce en un ambiente de creciente preocupación ante el incremento de casos registrado en zonas no endémicas fuera de África, especialmente Europa pero también América y con casos igualmente en Asia y Oceanía. La alerta sanitaria internacional fue lanzada por el Reino Unido a mediados de mayo y desde entonces los casos han ido creciendo en este país (793), España (más de 800), Alemania (592), Portugal (317), Francia (277), Canadá (245), Países Bajos (167) y Estados Unidos (156), según las cifras disponibles este jueves por la mañana. Los datos, sin embargo, cambian constantemente a medida que los países actualizan los registros, algo que no todos hacen al mismo ritmo.
Antonio Alcamí, investigador especializado en los virus que causan los distintos tipos de viruela del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), considera que la declaración de la emergencia internacional, si al final se adopta, está justificada. “La razón principal es que el virus se ha extendido a muchos países y esta es la vía para asegurar que todos ponen los medios para dimensionar bien el alcance del brote. En la situación actual, es muy probable que muchos países tengan más casos de los detectados”, afirma.
Una de las cuestiones que está encima de la mesa es si los sistemas sanitarios están apuntando bien a la hora de buscar casos. Parte del crecimiento se debe a las dificultades de rastreo con las que se han topado varios países, según los estudios publicados. La gran mayoría de los positivos están relacionados con festivales, fiestas y otros eventos en los que se reúnen hombres que mantienen relaciones con otros hombres y se produce el contacto estrecho que se ha revelado como la principal vía de contagio. Muchos de los enfermos afirman que no pueden identificar, o prefieren no hacerlo, a sus contactos de riesgo.
Pero en los últimos días han sido varios los científicos que se han mostrado partidarios de ampliar la definición de caso, los criterios que debe cumplir un paciente para que le sean realizadas las pruebas para confirmar o descartar que es portador del virus de la viruela del mono. Una carta publicada en la revista médica The Lancet el pasado día 15 por una decena de científicos alertaba de que “la actual definición de caso no detectaría la enfermedad en un hombre heterosexual con las características vesículas de la erupción cutánea si no ha viajado [a una zona de riesgo] o es contacto de un caso confirmado”. El escrito destaca que este es precisamente el perfil de paciente “más común en las zonas endémicas·”.
“Se nos pueden estar escapando muchos casos porque los síntomas observados son en general más leves de lo que se esperaba y pueden confundirse con muchísimas otras enfermedades”, considera Antonio Alcamí. La carta publicada en The Lancet sostiene que “para unos ojos no entrenados, la viruela del mono puede confundirse fácilmente con otros diagnósticos con afección dermatológica como la varicela, herpes zoster, herpes simple, sífilis, gonorrea o moluscos contagiosos”.
Antonio Alcamí reconoce que aún quedan varios interrogantes por resolver a la hora de explicar la actual extensión del brote, como si existen pacientes que puedan desarrollar la infección de forma casi asintomática o el virus también se contagia por vía respiratoria.
“Los datos epidemiológicos que tenemos hasta ahora muestran que la gran mayoría de los contagios han sido por contacto directo. Es posible que también pueda haberlos por vía aérea, aunque no parece que sea una forma muy eficaz. Los estudios deben mostrarnos ahora qué porcentaje de contagios pueden estar produciéndose de esta manera”, concluye el investigador del CSIC.
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