La UE compra vacunas frente al sarampión, la polio y la covid para los más de tres millones de refugiados de Ucrania
La guerra azota a un país con bajas coberturas de inmunización que ha sufrido brotes de enfermedades infecciosas en los últimos años
La UE ha iniciado la compra de vacunas contra enfermedades infecciosas como la polio, el sarampión, la tuberculosis y también el coronavirus para ser distribuidas entre los países que acojan a los más de tres millones de refugiados que han abandonado Ucrania desde el inicio de la invasión del país por Rusia, la mitad de ellos niños. Así lo anunció el martes la comisaria de Salud de la Comisión Europea, la chipriota Stella Kyriakides, en una reunión por videoconferencia con los ministros de Sanidad de los Estados miembros.
Aunque el plan de ayudas es más amplio y prevé también la asistencia inmediata de los refugiados enfermos en los países vecinos y hospitales del resto de la UE, preocupa que el mayor movimiento de refugiados en Europa desde la II Guerra Mundial provoque un fuerte rebrote del coronavirus entre ellos —solo un 35% de los ucranianos habían completado la pauta al inicio de la guerra— y favorezca la circulación de otros patógenos que compliquen la atención que requieren quienes huyen del conflicto.
“Las coberturas vacunales en Ucrania son muy bajas, especialmente entre los niños”, explicó Kyriakides. La vacunación infantil contra virus como el sarampión y la polio, que hace 15 años era elevada (por encima del 90% de los niños), se ha hundido durante la última década, en un fenómeno que los expertos atribuyen tanto a las carencias del sistema sanitario como a la desconfianza de los ciudadanos con las políticas gubernamentales.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), apenas el 31% de los niños fueron correctamente inmunizados con la triple vírica (sarampión, rubeola y paperas) en 2016, “el porcentaje más bajo de la región europea y uno de los más reducidos del mundo”. Contra la polio, solo el 56% de los niños recibieron ese año la tercera dosis recomendada.
Con estas bajas coberturas, Ucrania ha sufrido en los últimos años los peores brotes de sarampión ocurridos en Europa en décadas. Solo entre 2017 y 2019, más de 100.000 personas enfermaron en el país y 31 fallecieron, en su mayoría niños, según una investigación publicada en la Revista Europea de Salud Pública. Y en los meses previos a la guerra, dos casos de polio y una veintena de infectados asintomáticos han sido detectados en el oeste del país, los primeros desde 2010 en el continente. La OMS y el Gobierno de Ucrania iniciaron el 1 de febrero una campaña especial que tenía previsto vacunar contra esta enfermedad a 140.000 niños en una primera fase que ha quedado interrumpida por la invasión. El mismo destino han sufrido los programas de salud pública que desarrollaban en el país entidades como Médicos Sin Fronteras, que ahora tratan de ayudar al debilitado sistema sanitario ucraniano en la atención médica de los que se han quedado en el país.
Aunque la respuesta de las autoridades ucranias a los brotes de enfermedades infecciosas había logrado en los dos últimos años elevar las coberturas hasta cerca del 80% de los niños, este porcentaje sigue aún lejos del objetivo del 95% que permite alcanzar la inmunidad de grupo y se mantiene en niveles muy bajos (cerca del 60%) en algunas zonas del país, según la OMS.
Quique Bassat, epidemiólogo e investigador ICREA en el instituto ISGlobal de Barcelona, explica que los grandes movimientos de personas pueden favorecer la circulación de virus. “Si los países de acogida tienen coberturas altas, como España, el riesgo se reduce a los propios refugiados. En los que estas son menores, como algunos del este de Europa, la población vulnerable es mayor”, añade.
“Con el coronavirus, la circulación sigue siendo elevada en toda Europa y el riesgo de la población no vacunada es que desarrollen cuadros graves. Con enfermedades como el sarampión, los brotes que ya había en Europa del Este pueden hacerse mayores. La mejor respuesta sería actuar como ya se hace con los grupos de riesgo: promover la vacunación y aprovechar los centros de atención a refugiados, que te permiten preguntar sobre el estado vacunal y en su caso inmunizar a mucha gente en un solo espacio y en poco tiempo”, añade Bassat.
En esta línea, el último boletín semanal sobre enfermedades transmisibles del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC), publicado el pasado viernes, incluía la recomendación de considerar una ”prioridad” la vacunación de los niños refugiados contra la polio y el sarampión, así como la promoción de la vacuna contra el coronavirus entre los adultos.
Stella Kyriakides detalló en su intervención de este martes el paquete de medidas que la UE está poniendo en marcha para atender a los refugiados, “muchos de los cuales son personas vulnerables como mujeres embarazadas, niños, personas mayores o con discapacidades, enfermos crónicos y con problemas de salud mental”.
La ayuda de la UE a los refugiados incluye una primera atención inmediata en los países vecinos de Ucrania destinados a hacer una primera valoración y hacer frente a las necesidades urgentes en salud, para lo que están siendo enviados equipos médicos, camas equipadas y otros recursos. En los casos más graves, la UE tiene preparadas “más de 10.000 camas en hospitales de los Estados miembros destinados a pacientes de pediatría, neonatos, enfermos de cáncer, personas con quemaduras y todas aquellas que requieran cuidados intensivos”, explica la Comisión Europea. En este grupo figuran los 25 niños con cáncer que el pasado viernes aterrizaron en Madrid para ser atendidos en cuatro hospitales de la comunidad y otro grupo de menores que viajó la semana pasada desde Polonia para ser atendidos en Italia.
El Ministerio de Sanidad y las comunidades han elaborado los documentos de instrucciones para ofrecer la asistencia necesaria a los ucranianos que están llegando a España, entre cuyos puntos figura la revisión del estado vacunal. El plan del Gobierno tiene una capacidad de 21.000 plazas, que prevé ampliarse con una bolsa de familias que se ofrezcan para acoger a más personas. Aunque algunos refugiados han ido entrando en España en las últimas semanas por sus propios medios, con destino a casas de familiares y amigos, habrá cuatro grandes centros de acogida en Madrid, Barcelona, Alicante y Málaga para el resto, en cuya gestión participan entidades como la Cruz Roja, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y ACCEM.
Raquel Santos, coordinadora estatal del área de inclusión de CEAR, explica que la prioridad es garantizar que los recién llegados tengan acceso al sistema sanitario. “Lo primero que hacemos es preguntarles si sufren de alguna enfermedad crónica y necesitan medicación o tienen algún otro problema. En este caso son derivados a los servicios de urgencias de los hospitales. Al resto de personas se las informa de los trámites que deben seguir para conseguir la tarjeta sanitaria y el calendario vacunal en los centros de atención primaria. Son personas a las que les ha sido concedida la protección temporal y con ello tienen acceso a los servicios públicos”, explica.
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