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Chile aprueba el matrimonio igualitario tras años de espera

Es el noveno país americano y trigésimo del mundo que equipara estas uniones a las heterosexuales

Un grupo de personas se manifiestan a favor del matrimonio igualitario en el Senado chileno en Valparaíso este martes.Foto: RODRIGO GARRIDO | REUTERS | Vídeo: AFP
Rocío Montes
Santiago de Chile -

El Parlamento chileno ha aprobado este martes el matrimonio igualitario, una de las demandas históricas de los colectivos de la lucha por la diversidad sexual, que han dado una larga batalla legislativa para llegar a este día histórico. El proyecto, que queda listo para convertirse en ley, otorga a las parejas del mismo sexo los mismos deberes y derechos que tienen los matrimonios heterosexuales de acuerdo a la legislación chilena. En sus últimos trámites legislativos, la iniciativa hoy fue aprobada en el Senado y, en su última revisión en la Cámara de Diputados, apoyado por 82 congresistas, con 20 votos en contra y dos abstenciones. “Estoy muy emocionada. Es una lucha ardua de muchos años”, confiesa a EL PAÍS la jueza Karen Atala, directora de Fundación Iguales, que trabaja por los derechos de las personas LGTBi. “Hemos logrado la conquista de nuestros derechos para ser ciudadanos de primera clase, dignos y decentes. Partimos con la ley antidiscriminatoria, luego los acuerdos de unión civil, luego la ley de identidad trans y ahora el matrimonio igualitario”, asegura al teléfono a minutos de la decisión final del Congreso.

El proyecto de ley fue aprobado en medio de los aplausos y de escenas de emoción de integrantes de organizaciones que desde 2017 esperaban este momento, cuando el proyecto fue presentado por el Gobierno de Michelle Bachelet. Fue el actual presidente, Sebastián Piñera —que en su primer mandato promulgó los acuerdos de uniones civiles—, el que le puso urgencia a la discusión del proyecto de matrimonio igualitario en su última cuenta pública ante el Congreso en junio, lo que sorprendió a la opinión pública y generó división en el oficialismo de derecha. Es una iniciativa que cuenta con amplio apoyo popular, un 63%, de acuerdo a un sondeo de la encuestadora Ipsos de junio pasado. A nivel latinoamericano, solo Argentina supera estas tasas de aprobación, un país que tiene matrimonio igualitario y donde un 73% apoya la norma, según el mismo estudio de opinión. Mientras, España aprobó este tipo de uniones en 2005.

“Con la aprobación del matrimonio igualitario, Chile ha dado un paso histórico y decisivo para el avance y consolidación de los derechos humanos de las parejas del mismo sexo y de las familias homoparentales, todas las cuales, sin distinción, venían siendo discriminadas y vulneradas desde los orígenes de nuestro país”, aseguró en una declaración el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH), una de las históricas organizaciones que trabaja en Chile desde comienzos de los años noventa a favor de los derechos cívicos y antidiscriminación de lesbianas, gais, bisexuales, trans, intersex y queer (LGBTIQ+). “La definición estatal sobre el matrimonio existente hasta hoy en Chile se derrumbó. La homofobia, la heteronormatividad y la desigualdad que lo caracterizada, en desmedro de las personas LGBTIQ+ , ha llegado a su fin. El cambio es revolucionario”, aseguró la organización, que ha llamado a una gran fiesta ciudadana en la tarde de este martes en el epicentro de Santiago de Chile, en la plaza de Italia.

“Hoy es un día alegre para Chile, porque ya sabemos que amor es amor. Las personas somos iguales y al ser iguales tenemos los mismos derechos”, aseguró el portavoz del Gobierno, Jaime Bellolio. La senadora democristiana Ximena Rincón, presidenta del Senado chileno, al emitir su voto favorable, dijo: “Estamos llegando a un día en que somos mejor como país y como sociedad”.

Cuando Chile volvió a la democracia en 1990, el matrimonio igualitario parecía un imposible. No había ley de divorcio sino hasta 2004 y el aborto estaba prohibido en todas sus causales, lo que cambió en 2017, cuando se permitió en tres supuestos. “Era un imposible, un sueño inimaginable, un sueño inexistente”, recuerda el MOVIHL, que contabiliza “al menos 55 víctimas fatales de la homo/lesbo/bi/transfobia en Chile”. “Para estas víctimas, y para las cuales cuyo asesinatos de odio fueron silenciados o no denunciados, va este avance, este triunfo de la igualdad, del amor”, asegura la organización, que habla de “un inolvidable martes 7 de diciembre del 2021″.

El proyecto aprobado hoy por el Congreso chileno determina que se garantiza la no discriminación por orientación sexual e identidad de género en custodia de hijos o hijas, filiación y adopción, estén o no las parejas unidas en matrimonio y hubiesen tenido o no a sus hijos e hijas mediante fertilización humana asistida. En parelelo, reconoce la maternidad de mujeres trans y la paternidad de hombres trans en los certificados de nacimiento de sus hijos e hijas. También se determinó el orden de los apellidos de las parejas del mismo sexo: se determinará de acuerdo a que lo decidan los progenitores y, si no hay acuerdo, el Registro Civil lo someterá a sorteo.

Han sido décadas de lucha por la inclusión, en una sociedad donde apenas hace algunos años se veían situaciones escalofriantes, como la que tocó vivir a la propia jueza Atala. En mayo de 2004, la Corte Suprema determinó que no podía tener la custodia de sus tres hijas por ser lesbiana y vivir con su pareja. Fue el primer caso de estas características que se conoció en la opinión pública chilena y encendió el debate. Las niñas tenían tres, cuatro y ocho años cuando la Justicia se las quitó y entregó al padre, el exesposo de la magistrada, que la acusaba de no estar capacitada para ejercer su maternidad por ser homosexual. Las dos pequeñas todavía dormían con ella y la menor usaba pañales por la noche.

“Ser privada de criar a tus propias hijas, que tuviste en tu vientre, pariste y amamantaste, es un dolor que no se puede explicar”, señaló la juez en agosto de 2011, en la audiencia pública del juicio que emprendió contra el Estado de Chile en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en 2012 condenó al Estado de Chile por este caso. La sentencia determinó que el Estado debía ejecutar diversas medidas de reparación para Atala y sus hijas. La decisión sentó jurisprudencia a nivel latinoamericano, porque determinó por primera vez que la orientación sexual y la identidad de género son categorías protegidas por la Convención Americana de Derechos Humanos de 1969. La lucha emprendida por la jueza fue un hito en el camino que hoy da un paso clave con el matrimonio igualitario, una medida que ha sido fuertemente resistida por la cúpula de la Iglesia católica chilena.

La ley de matrimonio igualitario, que será promulgada por Piñera antes de dejar el Gobierno en marzo, regula además los bienes de las parejas del mismo sexo, garantiza las pensiones para viudos y viudas y, entre otros asuntos, reconocen los matrimonios igualitarios contraídos en el extranjero. De acuerdo a una encuesta reciente del MOVILH, el 82,8% de las parejas del mismo sexo tiene planeado unirse en matrimonio y el 91,8% de los convivientes civiles anulará dicho vínculo para casarse.

Chile se convertirá en el noveno país de América en legalizar el matrimonio igualitario, después de Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, Ecuador, Colombia, Brasil, Uruguay y Argentina. En México es legal en 14 de los 32 estados del país.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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