Los expertos de Sanidad trabajan en una propuesta para administrar una segunda dosis de Pfizer o Moderna a los inmunizados con Janssen
La Ponencia de Vacunas estudia si los casi dos millones de personas que recibieron este suero necesitan la inyección de refuerzo
Los expertos que componen la Ponencia de Vacunas, que marca las líneas maestras de la estrategia de vacunación frente al coronavirus, trabajan en una propuesta para administrar una segunda dosis de ARN mensajero (Pfizer-BioNTech o Moderna) a quienes recibieron la vacuna monodosis de Janssen, según ha explicado el Ministerio de Sanidad. “La estrategia está en constante revisión según la evidencia que va surgiendo y este es uno de los asuntos pendientes”, precisan fuentes del departamento.
Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV) y uno de los miembros de la ponencia, confirma que el debate está abierto, aunque afirma que la propuesta aún no está definida en sus detalles. “Quedan flecos aún por concretar”, responde al ser preguntado sobre si la segunda dosis será recomendada a los casi dos millones de personas que recibieron la vacuna de Janssen o no se considerará necesaria para los grupos de población sanos y más jóvenes.
Cuando la propuesta esté completada, será remitida a la Comisión de Salud Pública, formada por representantes de Sanidad y las comunidades, algo que previsiblemente sucederá en las próximas semanas. Esta comisión es la que toma las decisiones sobre los cambios que se introducen en la estrategia de vacunación, de la que ya han sido publicadas nueve actualizaciones.
Una de las razones que ha llevado a los expertos a estudiar la necesidad de administrar una segunda dosis a quienes recibieron la vacuna de Janssen es el incremento de brotes de covid entre los colectivos que la recibieron, como los pescadores, según han explicado fuentes sanitarias.
Esta vacuna fue la elegida para inmunizar a aquellos grupos de población que por profesión o situación personal podían tener problemas para completar una pauta de dos dosis en los plazos de tiempo establecidos en las fichas técnicas (tres semanas la de Pfizer-BioNTech, cuatro la de Moderna y hasta tres meses la de AstraZeneca). Los trabajadores del mar fueron uno de ellos, pero también los temporeros o personas sin un domicilio fijo, entre otros.
La pauta heteróloga —que administra en el segundo pinchazo una vacuna distinta que en el primero— ya fue utilizada en España en primavera con las personas menores de 60 años, cerca de 1,5 millones de trabajadores esenciales, que habían recibido la primera dosis de AstraZeneca. Aunque la recomendación de Sanidad y las comunidades era que este grupo recibiera una segunda dosis de Pfizer-BioNTech, se dejó abierta a que quien lo deseara pudiera completar la pauta con AstraZeneca, opción que fue finalmente elegida por la mayor parte de este colectivo.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) no avaló explícitamente entonces —tampoco lo desaconsejó— el cambio de vacuna, algo que tampoco ha hecho ahora. Sanidad sí impulsó un estudio, llamado CombivacS y que llevó a cabo el Instituto de Salud Carlos III, que determinó la seguridad y efectividad del cambio. Los últimos datos publicados sugieren que quienes siguieron la pauta heteróloga han desarrollado incluso mayor inmunidad frente al virus, según las mismas fuentes.
Aunque Sanidad no ha informado sobre si ahora se plantea realizar un nuevo estudio parecido, los expertos en vacunas consultados no lo consideran necesario ya que hay suficiente evidencia de la efectividad y seguridad de administrar una nueva dosis de ARN mensajero a quienes recibieron primero vacunas desarrolladas a partir de un vector de adenovirus no replicativo, como las de Janssen y AstraZeneca.
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