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Solo uno de cada siete casos de covid-19 en África ha sido diagnosticado

Menos del 5% de los africanos ha recibido la pauta completa de vacunación

Un trabajador sanitario administra una vacuna contra la covid-19 en el hospital de Bundung en Serrekunda, Gambia, el pasado 23 de septiembre.
Un trabajador sanitario administra una vacuna contra la covid-19 en el hospital de Bundung en Serrekunda, Gambia, el pasado 23 de septiembre.Leo Correa (AP)
José Naranjo

Solo uno de cada siete casos de coronavirus ha sido diagnosticado en África, ha asegurado este jueves en una rueda de prensa virtual la doctora Matshidiso Moeti, directora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dicho de otra manera, el 85% de los contagios han pasado desapercibidos y no constan en las estadísticas oficiales. Este subdiagnóstico supone que la covid-19 habría afectado a unos 60 millones de personas, el 5% de la población africana. Las estimaciones de la OMS señalan que la mortalidad también ha sido subestimada y solo consta uno de cada tres fallecidos, lo que eleva a unos 650.000 los muertos reales.

“Desde el comienzo de la pandemia hemos estado preocupados por el problema del subdiagnóstico, porque ello nos impide saber con certeza cómo y dónde se ha transmitido la enfermedad”, ha manifestado la doctora Moeti, quien aseguró que la OMS ha utilizado diversos métodos para estimar el impacto real de la covid-19. “Hasta el 85% de los casos han sido asintomáticos porque tenemos una población muy joven. A eso se suma que hasta 20 países no han llegado siquiera a 10 test por cada 10.000 habitantes. Para cortar la transmisión de la enfermedad tenemos que pasar a la ofensiva, de la vigilancia pasiva a la activa”, añadió la directora regional de la OMS.

“La manera en que hemos conocido las cifras de subdiagnóstico ha sido a través de estudios de prevalencia, mientras que con respecto a la letalidad hemos podido constatar incrementos de mortalidad anómalos en determinados lugares donde sabemos que el virus ha circulado”, aseguró el doctor Thierno Baldé, responsable adjunto de intervención de emergencia de la OMS africana. Con el objetivo de detectar más casos y no solo aquellos que llegan a los sistemas públicos de salud, el organismo sanitario mundial ha comenzado un proyecto piloto de implementación de test rápidos que dan los resultados en 15 minutos en ocho países.

Falta de acceso a las vacunas

Mientras tanto, la vacunación avanza en África con enorme lentitud si se compara con el resto del mundo. En la actualidad tan solo un 4,96% de la población está vacunada gracias a los 166 millones de dosis administradas, según las cifras de los Centros para el Control de Enfermedades de la Unión Africana. Marruecos lidera la estadística con 42,5 millones de vacunas que ya han cubierto por completo al 54% de sus habitantes, mientras que Sudáfrica, el país oficialmente con más casos del continente, ha inmunizado al 20% de su población con unos 20 millones de vacunas. A finales de septiembre solo 15 países, entre ellos Seychelles, Mauricio, Túnez, Cabo Verde o Comoras, habían superado la barrera del 10%, el objetivo que se había marcado la OMS.

Detrás del bajísimo porcentaje de vacunación continental hay tres factores principales. En primer lugar la falta de dosis debido al acaparamiento de las mismas por los países ricos, que en algunos casos han comenzado a implementar el tercer pinchazo mientras en territorios como el continente africano más de 25 países no alcanzan ni al 2% de su población. Dos naciones, Eritrea y Burundi, no han administrado una sola vacuna. Ni siquiera la iniciativa público-privada Covax, que ya ha admitido que no alcanzará su objetivo de 2.000 millones de dosis mundiales en 2021, ha podido compensar este desequilibrio.

Una mujer recibe la vacuna de Pfizer el 1 de octubre en Johanesburgo (Sudáfrica).
Una mujer recibe la vacuna de Pfizer el 1 de octubre en Johanesburgo (Sudáfrica). Themba Hadebe (AP)

Otro factor relevante para explicar la baja tasa de vacunación está relacionado con los problemas logísticos de transporte y cadena de frío en las naciones con menos recursos, así como las dificultades para registrarse. El doctor Richard Mihigo, responsable de vacunación de la OMS África, admite que han tenido que cambiar la estrategia y ser más proactivos. Y, finalmente, está el rechazo de una parte de la población a vacunarse motivado por la percepción generalizada de que la pandemia ha tenido un impacto limitado, sobre todo en casos graves y fallecidos.

“Aquellos que rechazan las vacunas lo hacen porque ha habido problemas de comunicación, pero también existe miedo a los efectos secundarios y falsas informaciones sobre esterilidad y otras”, aseguró este jueves la doctora Moeti, quien lanzó un contundente mensaje al respecto. “Estas vacunas, aunque autorizadas de emergencia, han sido suficientemente probadas y no solo protegen a la persona contra la enfermedad, sino que poniéndosela resguarda a su familia, a su comunidad y a su país. Este rechazo tiene consecuencias terribles en las personas ancianas y vulnerables, con otras patologías; vacunarse es un deber”, manifestó.

Las reducidas tasas de vacunación y la circulación oculta de la enfermedad hacen que las autoridades no bajen la guardia, aunque en la última semana, con 42.000 casos, muchos países presentan tendencias a la baja o se han estabilizado salvo excepciones como Angola, Gabón y Camerún. “No estamos ante el fin de la pandemia”, insistió Moeti. Por su parte, el doctor senegalés Aly Ngon Tambdou, quien participa en la respuesta frente a la covid-19, alertó sobre un exceso de relajación. “Hay que mantener las medidas profilácticas, pero esto debe acompañarse de una buena comunicación”, dijo.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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