La ceniza nubla el aeropuerto de La Palma
La continua caída de polvo y la incertidumbre acerca de la evolución del volcán interrumpe constantemente las labores de limpieza y retrasa la reapertura
Sin fecha de vuelta a las operaciones en el aeropuerto de La Palma, cerrado al tráfico aéreo desde la tarde del viernes excepto para helicópteros de emergencia y del Estado. La causa, la acumulación de ceniza volcánica que se ha depositado en la pista y en la plataforma. En total, unos 250.000 metros cuadrados de superficie.
Cientos de turistas y residentes se han visto obligados a trastocar sus planes de salida y de entrada en la isla. El bloqueo no ha afectado solo a los ciudadanos de a pie. Distintas autoridades que habían acudido a la isla, entre ellas el ministro de Consumo, Alberto Garzón, sufrieron la cancelación de su vuelo de las 19.00 y tuvieron que salir en el último barco, puesto que tampoco quedaban alojamientos para pernoctar en La Palma.
A partir de las 13.00 del viernes, se registró un pico muy violento de la señal de tremor, la huella energética de la erupción. A continuación, comenzaron a producirse violentas explosiones que provocaron, a su vez, que aumentase el alcance del material piroclástico (pequeñas rocas formadas por materiales volcánicos) y de la ceniza más allá del perímetro de exclusión en torno al volcán. Este evento tuvo dos consecuencias: el desalojo de entre 300 y 400 personas de tres nuevas poblaciones, Tajuya, Tacande de Abajo y la parte de Tacande de Arriba (tres poblaciones del municipio de El Paso, donde se ubica el volcán), y la cancelación de operaciones por parte de las aerolíneas.
“Estas tareas de limpieza son complejas”, ha explicado a EL PAÍS Mario Otero, director del Grupo Canarias de Aeropuertos en Aena, “porque han de quedar completamente limpias de ceniza para poder operar con seguridad”. Las operaciones se están llevando a cabo con recursos del organismo semipúblico con la colaboración de diversos ayuntamientos y bajo la coordinación del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes). Aena desconoce aún cuándo podrá reabrir el tráfico, “no solo por la complejidad de los trabajos, sino porque estas tareas están condicionadas a que no vuelva a caer ceniza”.
El cese de operaciones no ha evitado el trasiego en el aeródromo. “Hemos trabajado mucho hoy, afortunadamente”, sostienen Pedro y Manuel, dos taxistas del municipio de Mazo y de Breña Alta. “Por lo general es gente que vine a devolver su coche o a asegurarse de que su vuelo ha sido cancelado y los tenemos que llevar al puerto de Santa Cruz”.
Una de ellas es Rosa, acompañada de dos amigas, ambas Conchi de nombre. Tenían que regresar este sábado a Santa Cruz de Tenerife tras pasar unos días con sus familiares. “Ha sido un desastre”, explica. “Nos hemos tenido que buscar la información nosotras mismas. No me cogían el teléfono en ninguna compañía, así que hemos tenido que venirnos aquí para asegurarnos y ahora nos vamos a Santa Cruz”.
La Palma conoce bien lo que es quedarse incomunicada por vía aérea. O lo conocía. El primer aeropuerto de la isla fue el de Buenavista, que se inauguró en septiembre de 1955 en una pequeña meseta situada a unos 350 metros sobre el nivel del mar y a unos ocho kilómetros de la capital, Santa Cruz de La Palma. Las lluvias o los vientos cruzados, sin embargo, lo dejaban inoperativo el 15% de las veces, según fuentes de Aena. Ni la mejora del drenaje ni la construcción de una calle de rodaje mejoraron la situación, ya que la cercanía de las montañas provocaba cambios en los vientos y el estancamiento de la niebla.
Esta circunstancia llevó a las autoridades aeronáuticas a buscar un nuevo emplazamiento, para lo cual se seleccionaron unos terrenos paralelos a la costa, casi al nivel del mar, en los municipios de Mazo y Breña Alta, a diez kilómetros al sur de la capital. La primera pista de vuelo se abrió al tráfico el 15 de abril de 1970, un año antes de la erupción del Teneguía. En abril de 1980 se abrió al tráfico la nueva pista de vuelo.
El parón del aeropuerto no solo ha interrumpido las salidas, Los viajeros que han querido entrar en La Palma han tenido que multiplicar sus escalas. Es el caso de Stefan, un austríaco de 41 años que acaba de llegar en barco desde Tenerife. Su intención, hacer excursionismo. “Cuando estaba a punto de despegar de Madrid hacia La Palma, Iberia me comunicó que me habían cambiado el billete en dirección a Tenerife Sur”, explica en la zona de llegadas tras bajarse del taxi. “Pero después me informaron de que Tenerife Sur [de nombre oficial Aeropuerto Tenerife Sur] también estaba cerrado, así que me mandaron a Los Rodeos [Tenerife Norte - Ciudad de La laguna]. De ahí, un bus hasta Los Cristianos y un barco esta mañana hasta aquí”.
“El aeropuerto estará cerrado”, explica Yareli, una de las dependientes de la oficina de la empresa de alquiler de coches TopCar, “pero nosotros no hemos parado de atender a clientes que han tenido que venirse hasta aquí para retirar o devolver vehículos. No ha sido un día normal, pero casi”.
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