La radioterapia más puntera aterriza en la sanidad pública para mil niños enfermos de cáncer al año
Cataluña y Cantabria construirán dos centros de protonterapia mientras Andalucía ignora un proyecto ultimado tras siete años de estudio
La radioterapia con protones es el arma más eficaz contra los tumores en niños según los expertos oncológicos, pero su aterrizaje en España se ha retrasado durante años por su alto coste. Cientos de menores enfermos han acudido a los centros franceses, suizos o alemanes para combatir su enfermedad las dos últimas décadas. Esos viajes empezaron a menguar hace un año, cuando se inauguraron dos centros privados de protonterapia en Madrid, y ahora la sanidad pública ha anunciado otras dos unidades en Cataluña y Cantabria, que estarán en funcionamiento previsiblemente en 2025. Andalucía maduraba desde 2014 el primer centro público con esta técnica, pero la Junta evita pronunciarse ahora sobre si lo apoya a pesar de que Bruselas financiaría el 80% de los 56 millones del proyecto.
“La diferencia entre haber ido a Suiza o recibir la terapia en España es abismal porque fueron muchísimos costes económicos, el idioma, etcétera. Habría sido muchísimo más fácil en tu país, aunque lo que quieres es ver a tu hijo sano y estás dispuesto a ir al fin del mundo”, relata Rosa Martínez, que en 2012 se trasladó desde Valencia a Suiza para que su hijo de 11 años recibiera 41 sesiones para combatir su tumor cerebral, apoyada por la asociación Aspanion. El chico no ha tenido recaídas desde entonces.
La protonterapia es un tipo de radioterapia que utiliza protones en vez de rayos X y está indicada para niños porque afina su radiación hacia las células cancerosas, respeta los tejidos sanos alrededor del tumor y reduce el riesgo de secuelas y segundos tumores. El uso de protones en vez de fotones evita la merma en el desarrollo intelectual de los niños con tumores cerebrales, produce menos toxicidad en la sangre y preserva su sistema inmune, destacan los expertos oncológicos pediátricos.
El Ministerio de Sanidad incluyó este tratamiento —40.000 euros de media por paciente— el pasado noviembre en su cartera común de servicios, lo que implica que a partir de ahora las autonomías serán menos restrictivas al derivar a Madrid o al extranjero los enfermos, elegidos por una comisión de expertos oncológicos y radiofísicos.
“Ha habido una falta de decisión estratégica por el ciclo electoral tan rápido y porque los gestores no toman decisiones en las grandes inversiones en salud. España llega objetivamente tarde, unos siete años, pero tecnológicamente en el momento justo, cuando los equipos son robustos y muy maduros. Tenemos nivel para seis unidades activas como mínimo y es un esfuerzo necesario”, razona Felipe Calvo, director de la unidad de protonterapia de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, un centro privado. El traslado al extranjero durante un mes y medio es tan traumático que ciertas familias han rechazado el tratamiento pese a estar indicado por los especialistas.
Del total de 250.000 casos de cáncer detectados cada año en España, unos 1.100 nuevos se da en niños de hasta 14 años con un 82% de supervivencia, según la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (Seor). Sin embargo, esta técnica vanguardista se podría ampliar a medio plazo de los 725 casos actuales susceptibles de recibirla, hasta los 17.671 pacientes, según cálculos de la Seor. Rafael Arranz, jefe de servicio de radiofísica del Hospital Virgen de Macarena de Sevilla, explica entre sus posibles beneficios que “en mujeres jóvenes con cánceres de mama, a los 15 o 20 años se puede generar un nuevo tumor inducido por el tratamiento” actual.
En enero, Cantabria anunció la primera unidad pública y un mes después lo hizo Cataluña. La doctora Xenia Acebes, directora del área asistencial del Servei Catalá de la Salut, que atenderá a pacientes de regiones limítrofes, avanza: “Esta tecnología crecerá en adultos más que en infantil y se amortizará porque atenderemos a una población de 10 millones de habitantes”. Ahora la Generalitat deriva a Francia unos 250 pacientes cada año y los próximos cuatro años invertirá 40 millones para su unidad propia.
Proyecto en Andalucía
Sin embargo, el primer proyecto para instalar una unidad surgió en Andalucía hace siete años gracias al impulso del Centro Nacional de Aceleradores (dependiente del CSIC, entre otros organismos), con sede en Sevilla. Sus responsables diseñaron un proyecto con una unidad médica para pacientes de Andalucía, Extremadura, Portugal y el norte de África, pero también enfocado a la investigación, para demostrar mediante ensayos clínicos la eficacia de la protonterapia en una variedad de tumores aún sin consenso científico, al margen de los infantiles, como los oculares, de la columna vertebral y de la base del cráneo. Además, el proyecto persigue una investigación básica del efecto de la radiación con protones en células y organismos vivos que ayude a entender el mecanismo de la interacción y poder aplicarse a nuevos diseños de tratamientos.
A pesar de que el 80% de sus 56 millones de presupuesto lo asumiría la Unión Europea (40 millones de fondos Feder) al ser Andalucía una región prioritaria para las ayudas, según avanzó eldiario.es, la Junta (PP y Ciudadanos) ha evitado avalar la iniciativa. En marzo el comité de 10 expertos que deriva los casos a las unidades actuales recomendó por unanimidad dar luz verde al proyecto público, pero de momento la Consejería de Salud y Familias ha declinado apoyarlo de manera explícita.
Arranz afirma que disponer de la tecnología “sería un revulsivo enorme, pero parece que el Servicio Andaluz de Salud no opina lo mismo”. Maribel Gallardo, catedrática de física atómica, molecular y nuclear en la Universidad de Sevilla y miembro del comité ejecutivo del proyecto, plantea: “No es solo el coste del tratamiento que las familias adelantan, sino que el niño va con su padre o madre un mes [a tratarse al extranjero]. ¿Dejan el trabajo?”. Joaquín Gómez, asimismo catedrático, añade: “El coste por paciente sería muy inferior al actual y parece lógico que sea más eficiente que una clínica privada, sin necesidad de generar beneficio”. La Junta ha rechazado responder a este diario.
El consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, se fotografió el pasado verano con los responsables de la empresa estadounidense Mevion Medical System para apoyar el anuncio de un centro privado de protonterapia en Córdoba. Catalina Márquez, jefa de oncología pediátrica del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, afirma esperanzada que “cuando revisen los números del centro público dirán [las autoridades] que sí, porque el beneficio está claro, es algo fundamental para disminuir la toxicidad a largo plazo”. Eloísa Bayo, jefa de servicio de radioterapia en el Hospital Virgen de Macarena, ilustra: “Solo con las indicaciones actuales del ministerio salen 190 pacientes al año en Andalucía”. Este volumen implica gastar 7,6 millones al año en conciertos con la privada, algo menos de la inversión requerida por la Junta para construir un centro propio, que se amortizaría en menos de dos años.
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