La pandemia evidencia la necesidad de acompañamiento al final de la vida
En 2020 la Fundación la Caixa ha ofrecido apoyo emocional y espiritual a 56.730 personas en procesos de duelo y fallecimiento
Pocos sucesos causan tanto impacto como la pérdida de un ser querido. La crisis sanitaria del coronavirus ha evidenciado el impacto de la muerte, así como la necesidad de un acompañamiento integral, humano y cálido tanto para las personas que se encuentran al final de la vida como para sus familiares. Desde enero de 2020, los Equipos de Atención Psicosocial (EAP) han atendido a 56.730 personas en 132 hospitales y 133 hogares de toda España.
Forma parte del Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación la Caixa, el cual nació en 2009 como un programa pionero en la atención emocional y espiritual en los cuidados paliativos y procesos de duelo. Sin embargo, sus profesionales han vivido un año muy intenso debido a que la pandemia ha aumentado la demanda de sus servicios, ahora más valorados que nunca en los entornos hospitalarios.
La pandemia ha vuelto más visible para la sociedad un tema tan tabú como la muerte. Así lo confirma Montserrat Esquerda, directora del Institut Borja de Bioética y colaboradora del programa. “La pandemia nos ha traído muchísimas muertes, muertes sin preparar y muertes no esperadas. Ahora podemos decir que estamos más preparados que antes de la pandemia para hablar de la muerte y del trabajo que se hace en las unidades de cuidados paliativos”, apunta Esquerda.
En este sentido, la labor de los EAPS ha generado algunas transformaciones en las formas de acompañamiento al final de la vida, debido a, por ejemplo, su apuesta por los formatos online para atender en la distancia. Estos profesionales han visto incrementada su labor acompañando no solo a personas que se encontraban en situación de final de vida, sino también a las personas afectadas gravemente por el virus de la covid, sus familiares y los profesionales que las atendían. De los 24.894 pacientes y 31.836 familiares atendidos, 1.161 eran afectados por la covid-19, y 1.874 estaban vinculados a pacientes con el virus.
Para Verónica Linares, psicóloga del EAPS de Tarragona, el coronavirus ha puesto de relieve la necesidad de que el psicólogo tenga más peso en el sistema sanitario. “Hasta ahora se ha trabajado con el cuerpo y el alma de forma separada, pero vivimos un momento en el que podemos integrar ambas partes y tratarlas como un todo”.
En nueve de cada 10 casos atendidos de forma psicosocial se produce una mejora de los síntomas provocados por la enfermedad, que afectan a su estado anímico y psicológico, según la evaluación científica del programa. Gracias a este apoyo, la gran mayoría, alrededor del 90%, asegura que han podido resolver temas difíciles relacionados con la comunicación o relación con su familia y entorno.
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