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España necesita contener el coronavirus más deprisa que Hubei e Italia para no superar los 25.000 muertos en dos semanas

Si España siguiese una tendencia similar a la italiana, podrían alcanzarse los 15.000 muertos en seis días

En España las muertes por Covid-19 han dado síntomas de desaceleración. El número de fallecidos se duplica ahora cada cuatro o cinco días en lugar de cada dos. La curva está aplanándose tras dos semanas de confinamiento. Pero las buenas noticias son relativas: la inercia de la epidemia y la tendencia de otros países hacen temer miles de muertos esta semana.

El siguiente gráfico representa cuatro escenarios para la evolución de las muertes en España en las próximas dos semanas. Son cálculos simples bajo cuatro supuestos: en tres casos suponemos que la desaceleración del brote seguirá un ritmo parecido al observado en Hubei, Italia y Corea del Sur. Y en el cuarto —más optimista— suponemos que España es capaz de seguir frenando las muertes tan rápido como lo ha hecho en los últimos siete días.

Si España siguiese el ritmo diario de muertes que hubo en la provincia de Hubei, según las cifras oficiales chinas, en una semana las muertes rondarían las 18.000 y en 15 días podrían superar las 30.000. Si España, en cambio, siguiese una tendencia similar a la italiana, cuyo brote solo va una semana por delante, podrían alcanzarse los 15.000 muertos en seis días.

Pero en España en la última semana las muertes se han reducido a un ritmo más rápido que en Italia. No será fácil mantener esta progresión tan favorable. Pero si se lograse, la cifra total podría estar por debajo de los 16.000 muertos en dos semanas.

El peor escenario es que España siguiese el ritmo de Corea del Sur. Allí las muertes cada día suponen el 5% o 10% de las acumuladas hasta ese momento, lo que en el caso de España supondría alcanzar los 40.000 fallecidos dentro de dos semanas (alrededor de mediados de abril). Sin embargo, es probable que Corea sea una referencia peor. En el país asiático el número de muertes ha sido muy inferior y las medidas de confinamiento son más débiles. Los fallecimientos han seguido llegando casi por goteo, pero eso es lógico: aunque los contagios están estables hace 15 o 20 días, las muertes han seguido creciendo al agravarse el estado de personas que enfermaron antes.

Estos escenarios son evidentemente aproximados. Aunque existen estimaciones similares: este modelo sofisticado del Imperial College estima que en España habrá entre 3.000 y 8.000 muertos en los cuatro días siguientes al 30 de marzo, lo que elevaría la cifra total a 10.000 o 15.000. El estudio también trata de calcular las muertes que se han evitado en cada país gracias a las medidas adoptadas. En España serían entre 5.000 y 35.000, contando solo hasta el día 30 de marzo.

Es importante tener en cuenta que los datos de muertes van con retraso: son un reflejo del ritmo de la epidemia hace semanas. Las personas que fallecen estos días se contagiaron quizás hace 15, 20 o 30 días, probablemente antes del confinamiento. Su número es proporcional al de infectados en aquel momento. Los cambios que vemos en el número de fallecimientos serán, en gran medida, una consecuencia de lo que pasó entonces.

Los efectos del confinamiento

El siguiente gráfico muestra las curvas de cada país antes y después de que se tomasen las medidas más severas de distanciamiento social. Representamos cifras de muertes oficiales y casos confirmados, en una escala logarítmica (donde la distancia de 100 a 1.000 es igual que de 1.000 a 10.000). Esta escala permite capturar mejor el ritmo de crecimiento de la pandemia.

Muertes y casos en EspañaItalia, la provincia China de Hubei y Corea del Sur.

Toda la provincia China de Hubei, donde surgió el virus, ha tenido a sus habitantes confinados durante dos meses, hasta hace pocos días. La cuarentena se impuso el 23 de enero, cuando había 17 muertos y 444 casos oficiales. Su caso es la demostración de que el virus puede ser suprimido, al menos temporalmente, cuando se toman medidas drásticas.

En Corea del Sur reaccionaron aún más deprisa. El día 21 de febrero, con solo 200 casos detectados y dos muertos, las autoridades aumentaron las medidas de distanciamiento social y aislaron algunas zonas de Daegu, donde se produjo un importante contagio comunitario en una secta religiosa. El 3 de marzo detectaron más de 800 casos nuevos, pero tres días después fueron la mitad y a la semana apenas 160. En cinco semanas, Corea fue capaz de contener un brote incipiente: no ha llegado a superar los 10.000 casos confirmados, aunque los protocolos de prueba y rastreo son muy exigentes.

Italia y España actuaron cuando sus brotes estaban más avanzados. En Italia empezaron a tomar medidas a finales de febrero con el cierre de 11 municipios. Trataban así de controlar lo que parecían pequeños brotes. Dos semanas después, el 8 de marzo, se amplió la zona de confinamiento a gran parte del norte de Italia y un día después a todo el país, cuando se superaban los 9.000 casos confirmados.

En España se impuso el confinamiento cuando se habían registrado menos casos (unos 5.000) y menos fallecidos (121) que Italia. Antes se habían tomado medidas también en algunas zonas, como el cierre de colegios y universidades en Madrid y el País Vasco. Pero la curva muestra que para entonces la tendencia era peor: en España, muertos y casos registrados crecían más deprisa.

Así se aplanan las curvas

Los escenarios de arriba salen de fijarnos en el aplanamiento de las curvas de fallecidos en Italia, Corea y Hubei. Los gráficos a continuación comparan el ritmo al que han ido desacelerando los brotes infecciosos en cada uno de esos lugares.

Incremento porcentual diario. El siguiente gráfico representa el incremento porcentual diario del número de muertos y de casos confirmados sobre el total acumulado.

Incremento diario en España, Italia, la provincia China de Hubei y Corea del Sur.

Al principio de un brote los muertos pueden crecer muy deprisa, en parte porque es cuando arrancan los protocolos de registro. Después, tanto en China como en Italia y España lo que vimos fue un crecimiento rápido: el número de muertos cada día representaba un 20% o 30% del total del día anterior (lo que significa que estaban doblándose cada tres o cuatro días). Y ese crecimiento exponencial se mantiene casi diez días después de decretarse el confinamiento de la población, porque los fallecidos hasta ese momento son, casi siempre, personas que enfermaron antes. El distanciamiento social surte efecto a partir de la segunda semana de confinamiento, cuando las muertes desaceleran.

Números reproductivos. Otra métrica para medir el ritmo de transmisión del virus es lo que se conoce como el número reproductivo (R). Ese número dice a cuántas personas contagia de media cada infectado. Se estima que ese número ha rondado el 3 en Europa, aunque al principio de un brote puede ser mayor. España, Italia o Hubei empezaron con un R de 3-4, lo que significa que cada infectado contagiaba, en media, a tres o cuatro personas.

Lo que persiguen las medidas de aislamiento y distancia social es reducir ese número.

Evolución del R en España, Italia, la provincia China de Hubei y Corea del Sur.

No podemos cambiar el tiempo durante el que una persona infectada es contagiosa, que pueden ser muchos días. Pero podemos reducir la transmisión del virus reduciendo el número de personas que tienen contacto con un infectado. Esto ocurre en parte de forma natural: cuando hay una epidemia, la gente con síntomas se recluye más deprisa. En lugar de ir a trabajar con unas décimas de fiebre, se queda en casa y evita contagiar a otras personas. Pero el efecto es obviamente mayor cuando se toman medidas de confinamiento: si una persona infectada (¡que quizás no tiene síntomas pero puede transmitir la enfermedad!) deja de acudir al trabajo, no coge el metro ni acude a un bar concurrido, es mucho menos probable que transmita el virus. Al reducir los contactos, los infectados contagian a menos personas y el número reproductivo se reduce.

Para controlar el brote es clave reducir ese número reproductivo por debajo de uno. Si cada infectado no llega a contagiar a otra persona, el número de infectados tiende a reducirse y la epidemia remite. Es lo que están consiguiendo en Hubei, donde en la última semana no se ha detectado ningún nuevo caso, tras dos meses de confinamiento severo.

El objetivo a corto plazo es reducir el número reproductivo. Pero la victoria no será completa cuando esto se consiga, porque el virus debe ser vigilado para evitar nuevos brotes. La situación entonces será parecida a la de Corea del Sur. Allí llevan 17 días con el virus casi suprimido (se detectan unos 100 o 150 casos nuevos cada día de forma constante). Viven en un abismo: si esos casos no se vigilan pueden producir un brote exponencial en cualquier momento. Para evitarlo hacen, en esencia, dos cosas: mantienen algunas medidas de aislamiento que limiten la transmisión del virus —distancia social, mascarillas—, pero sobre todo actúan muy deprisa cuando se detectan nuevos casos, aislando a los infectados y haciendo un rastreo exhaustivo de sus contactos más cercanos. Es otra forma de lucha.

Metodología

Fuentes. Los datos de Hubei, Corea del Sur e Italia se han obtenido del repositorio público de la Universidad Johns Hopkins. Los datos de España se han recopilado a partir de los informes diarios publicados por el Ministerio de Sanidad.

Fechas de confinamiento. Hemos considerado como fecha de confinamiento el primer día en el que se aplicaron medidas de distanciamiento o restricción a nivel estatal en cada país. En España hemos considerado del 15 de marzo, tras la publicación del decreto la noche anterior. Para Italia se ha considerado el día 9 de marzo cuando el primer ministro extendió el confinamiento del norte a todo el país. En Hubei el cierre de la provincia se produjo el 23 de enero y en Corea del Sur, donde no ha habido un confinamiento del país como tal, se extremaron las medidas de prevención y distanciamiento a partir del día 21 de febrero.

Cómo se calculan los escenarios. Los escenarios para proyectar el número de muertos en España se basan en suponer que seguirán el ritmo observado en Hubei, Italia y Corea del Sur. Para eso, tomamos simplemente el primer día en que esos países tuvieron un incremento porcentual diario similar al de España el día 30 de marzo (un 12%) y usamos la serie de incrementos en los siguientes días. El cuarto escenarios —más optimista— consiste en suponer que España seguirá desacelerando al ritmo de los últimos siete días. Hemos ajustado la serie de incrementos porcentuales diarios de la última semana con una forma funcional (una exponencial de constante de crecimiento negativo). Y luego usamos esa función para definir los incrementos de los próximos días.

Cómo se calcula el incremento diario. El incremento diario de muertes se calcula dividiendo el incremento de muertes del día por el total de muertes acumuladas hasta el día anterior. Para los casos confirmados, en cálculo es análogo. Para los casos confirmados, en cálculo es análogo.

Cómo se estima el número reproductivo R. Para calcular el número reproductivo del virus en cada momento utilizamos el paquete EpiEstim de R. Para cada país o región y día consideramos el incremento diario absoluto de casos y muertes en cada lugar de los últimos siete días. Suponemos un tiempo entre contagios medio de 4.7 días con una desviación típica de 2.9 de forma similar a la de este trabajo de la London School of Hygiene & Tropical Medicine.

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