Los talleres que persigue Vox
La formación de ultraderecha, impulsora del veto parental, arremete contra charlas que tratan de prevenir el acoso homófobo, los abusos sexuales o los embarazos adolescentes
Todo empezó con una foto. En abril de 2018, la entonces consejera de Educación de Murcia, Adela Martínez Cachá (PP), posó para la prensa local en un instituto con miembros del colectivo LGTBI No te prives, que da charlas para prevenir el acoso y la homofobia en institutos. “El Foro de la Familia [organización ultraconservadora católica] exigió que se pidiera permiso a los padres para que sus hijos pudieran asistir a nuestras charlas”, cuenta Eva Illán, educadora social del colectivo. Tanto ella como la asociación de directores de instituto de Murcia ADES sitúan ese episodio como el origen del veto parental.
Las familias deben autorizar los talleres que se dan en horario escolar sobre violencia de género, derechos LGTBI, acoso escolar, xenofobia... Aunque la medida no responde a un clamor de las familias (las quejas sobre este tipo de talleres son testimoniales en toda España), su implantación sí tiene damnificados. Quienes imparten talleres dentro y fuera de Murcia han sido señalados por Vox o sienten los efectos de la polémica. Clara García organiza un cuentacuentos en Murcia desde hace más de 20 años y todos los meses tenía peticiones. Este curso no: “Lo achaco a que los colegios están organizando menos actividades por el problema burocrático y de organización que les supone recoger las autorizaciones y gestionar qué hacer con los niños que no las llevan”, explica. Hasta 165 organizaciones han firmado un manifiesto contra el veto: “No podemos hacer optativos en la escuela valores que en nuestro país no son opcionales desde hace más de 40 años”. Estos son algunos de los talleres que están entre los objetivos de Vox:
“Ya hay alumnos que no entran en mis charlas”
No Te Prives. Charla LGTBI (Murcia)
Las charlas de No te prives se imparten desde 2010. Se dividen en dos sesiones. “En la primera aclaramos conceptos como qué es el sexo biológico, el género, la orientación afectivo-sexual”, explica la educadora Eva Illán. En la otra “se desenmascaran los prejuicios y se explica cómo abordar el rechazo hacia la diferencia y cómo respetarla”. El curso pasado impartieron 200 charlas en 28 centros. Llegaron a 3.000 alumnos. Este trimestre han empezado a notar el efecto del veto parental: “Ya hay alumnos que no entran”. A la pregunta de qué pierden si no asisten, responde: “La oportunidad de escuchar algo que a lo mejor no oyen en casa, de ser críticos. Oír a alguien que les diga que no hay nada malo en no ser heterosexual, que se puede vivir de manera natural”.
"Nos han llamado pedófilas"
Skolae. Charlas de educación sexual (Navarra)
El plan de coeducación Skolae, aprobado en 2017 por el Parlamento navarro y premiado por la Unesco, tiene cuatro ejes: actitud crítica ante el sexismo, autonomía personal e independencia económica, liderazgo y empoderamiento y educación sexual y prevención de la violencia de género. A partir de las elecciones de 2018, este último ocupó parte de la campaña electoral de Cs, PP y Navarra Suma. El concepto “juegos eróticos infantiles”, en un paréntesis junto con otras dinámicas, incendió la opinión pública. Grupos católicos y evangelistas lo denunciaron. Dos demandas que siguen pendientes de sentencia de la Sala Contencioso Administrativa del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN). Vox lo rescató estos días.
Marian Moreno es una de las coescritoras de Skolae. Testificó ante el juez. “No sé qué es lo que las mentes sucias de la ultraderecha piensan que son estos juegos, pero el término se refiere al descubrimiento que tienen los bebés de su propio cuerpo, algo que hasta hace poco era castigado. Este concepto, tratado desde la sexología, es la base de la prevención de los abusos sexuales de la infancia. Se aprende a poner límites y a decir que no”, explica Moreno, quien desde 2018 no tiene redes sociales por el acoso que recibió: “Ya hemos sufrido las consecuencias de lo que puede pasar con un veto parental. Nos han amenazado y llamado pedófilas, adoctrinadoras…”. Considera que el discurso de Vox es “una arma arrojadiza” contra la igualdad y la escuela pública. “Estamos preparadas para que resurjan estas amenazas”.
"Enseñaría a los padres del veto cómo ayudo a parir a chicas de 14 y 15 años"
Asociación de Matronas de Murcia. Educación Afectivo Sexual (Murcia)
Pedro Morillas, que preside la Asociación de Matronas de Murcia, ha visto cómo este curso sigue en el aire el proyecto de educación afectivo sexual con el que el pasado curso llegó, junto con las asociaciones Cepaim y Columbares, a 1.500 adolescentes de dos pedanías murcianas. Lo hicieron a petición de los institutos, que trasladaron su preocupación por las numerosas prácticas de riesgo entre los adolescentes, muchos de ellos en situación vulnerable. Este curso, ninguno de los dos institutos ha contactado con ellos para repetir las charlas, a pesar de la satisfacción mostrada tanto por docentes como por alumnos. “Me he sentido muy frustrado, porque hay una enorme carencia de conocimientos en materia afectivo-sexual entre los adolescentes. A los padres que no quieren autorizar que sus hijos acudan a este tipo de charlas les llevaría al paritorio conmigo cuando ayudo a dar a luz a chicas de 14 y 15 años”, lamenta.
"Hay centros que no nos llaman por miedo a represalias"
Seriase. Charlas de sexología (La Rioja)
Un tuit de Vox puso en marcha una campaña de “odio y difamación” a dos sexólogas. “Así adoctrinan a menores de seis años en sexología en las escuelas de La Rioja. Por esto es fundamental el pin parental”, decía el mensaje de la formación ultraconservadora. Adjuntaba un vídeo, que ya supera las 187.000 reproducciones, con audios manipulados, de los talleres impartidos por las fundadoras de Seriase Sexología: Bárbara Sáenz y Ruth Arriero.
Sáenz lamenta el “acoso diario en redes sociales y correos” que empezó hace un año y se ha intensificado desde este fin de semana. “Aunque de momento no ha traspasado lo virtual, el miedo está ahí desde que nos amenazan con agresiones físicas en redes", cuenta. Ambas han puesto en manos de sus abogados estos ataques. “Siempre hay alguien del equipo directivo en nuestras sesiones. Si lo que dice Vox fuera verdad, nos hubieran cortado desde el minuto uno”, critica Sáenz. “Ya hay centros que no nos han llamado más por miedo a las represalias”.
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