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Israel extrema el confinamiento tras dispararse los contagios de covid en el último mes

En las últimas semanas se han registrado tantos casos como en los seis meses anteriores

Juan Carlos Sanz
Centro de emergencia para coronavirus instalado el jueves en el aparcamiento subterráneo del hospital Ramban de Haifa (Israel).
Centro de emergencia para coronavirus instalado el jueves en el aparcamiento subterráneo del hospital Ramban de Haifa (Israel).JACK GUEZ (AFP)

Israel se aproxima “al borde del abismo”, según reconoce el primer ministro, Benjamín Netanyahu, después de haberse duplicado en el último mes el número de casos de covid-19 hasta alcanzar los 200.000. El Gobierno ha decidido este jueves endurecer el confinamiento general en vigor desde hace una semana e imponer, al menos hasta el 10 de octubre, restricciones más estrictas que las aplicadas en primavera durante la primera ola de la pandemia. El sistema sanitario, que está a punto de verse desbordado por la presión asistencial, registra en los dos últimos días cerca de 7.000 positivos diarios por coronavirus en un país de nueve millones de habitantes.

La segunda ola de la pandemia atraviesa el umbral del otoño con una orden de clausura redoblada en Israel. “Hemos tenido que echar el freno de emergencia”, admite el viceministro de Sanidad, Yoav Kisch. Tras una reunión de más de ocho horas del gabinete de crisis, el Gobierno israelí ha ratificado el confinamiento reforzado a pesar de que amenaza con causar un impacto estimado en más de 8.500 millones de euros sobre la maltrecha economía local. Solo un 27% de los israelíes aprueba la gestión de la crisis por el Ejecutivo de Netanyahu, de acuerdo con un sondeo del Instituto para la Democracia.

A falta de la aprobación final por la Kneset (Parlamento), las nuevas restricciones serán efectivas a partir de las dos de la tarde del viernes, poco antes del inicio del sabbat, y en vísperas del Yom Kipur o Día del Arrepentimiento, jornada sagrada judía en la que se paraliza la actividad en Israel.

El límite de mil metros en torno a la vivienda de los ciudadanos solo podrá traspasarse a partir de ahora para compras o servicios esenciales. La posibilidad de desplazarse por razones de trabajo se ve también limitada por la suspensión de la actividad en la mayor parte del sector privado y en los centros públicos.

La oposición de centroizquierda ha acusado a Netanyahu de haber intensificado las restricciones para impedir de hecho las manifestaciones de protesta en su contra. Pese al confinamiento general, unas 10.000 personas se congregaron el pasado fin de semana ante la residencia oficial del primer ministro en Jerusalén para exigir su dimisión tras haber sido procesado por corrupción. Desde hace más de tres meses, las marchas y concentraciones de protesta han ido creciendo en paralelo al descontento social por la gestión gubernamental de las crisis sanitaria y económica. A partir de ahora solo será posible manifestarse en grupos de hasta 20 personas y dentro de un radio de un kilómetro del domicilio habitual.

Los mercados al aire libre, el comercio en general, los centros de educación especial que aún seguían abiertos y, previsiblemente, el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv cerrarán sus puertas mientras el transporte público se verá sensiblemente reducido.

Las sinagogas y demás lugares de culto también van a ser clausurados temporalmente, aunque en una concesión a los partidos ultrarreligiosos que sostienen la coalición de Netanyahu, se permitirá con limitaciones de aforo el tradicional rezo de Yom Kipur. Las poblaciones y distritos con mayoría de judíos ultraortodoxos figuran entre las más afectadas por la pandemia.

Golpe al sistema sanitario

La elevada tasa de infecciones, que este miércoles llegó a 531,6 por millón de habitantes en siete días ―frente a los 199,3 de hace tres semanas― ha golpeado además al sistema sanitario. Algunos hospitales de Jerusalén y el norte del país, como en Haifa, se encuentran ya por encima del 100% de su capacidad de admisión de enfermos graves de covid-19, con 657 casos a escala nacional, de los que 161 precisan de respiradores.

Con una media de población más joven que en Europa, Israel solo ha contabilizado 1.325 muertes desde la declaración oficial de la pandemia en marzo. Las órdenes de cuarentena se han disparado mientras tanto entre el personal sanitario, al pasar de 3.157 el lunes a 4.331 el miércoles, entre ellas para un millar de enfermeros y cinco centenares de médicos, según datos del Ministerio de Sanidad recopilados por el diario Haaretz.

Las grandes celebraciones judías del otoño, que van desde Año Nuevo a Sukot o Fiesta de los Tabernáculos, se están viendo ensombrecidas este año por la segunda oleada del coronavirus. Tras el relativo éxito en la contención de la primera ola, el Gobierno de Netanyahu aceleró al máximo la desescalada en un intento de resucitar la economía, que se desplomó un 28% en el segundo trimestre de año. Ahora el Estado judío paga el precio de sufrir una de las más altas tasas de contagio per cápita del mundo, y el Banco de Israel maneja ya su escenario más pesimista: no prevé una recuperación económica mientras no esté disponible una vacuna efectiva para la covid-19. Israel entra de facto en situación de estado alarma.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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