Sanidad confirma un brote de siete casos activos de coronavirus en una industria cárnica de Rafelbunyol
Las primeras estimaciones apuntan a un bajo índice de transmisión pero se realizarán más PCR entre la plantilla para descartar nuevos contagios en la fábrica valenciana
Uvesa, empresa de productos cárnicos instalada en la localidad valenciana de Rafelbunyol ha registrado siete casos positivos de covid-19 entre su plantilla, según ha confirmado este miércoles la Consejería de Sanidad. La compañía había revelado el día anterior la existencia de seis positivos en esta planta de carne procesada, en la que trabajan en periodos punta más de 600 empleados.
Las primeras hipótesis apuntan a que tres empleados de un mismo núcleo familiar pudieron contagiarse en un evento fuera de la empresa, lo que alertó a las autoridades sanitarias valencianas, que realizó los pasados 17 y 18 de junio decenas de 400 PCR entre los trabajadores. Del total, 349 han dado negativo pero se han detectado cuatro nuevos positivos.
Las primeras estimaciones epidemiológicas apuntan a un bajo índice de transmisión pero Sanidad incrementará los test “para poder descartar más casos” en la factoría valenciana. Concretamente está pendiente la realización de otros 100 análisis.
La compañía asegura haber adoptado todos los protocolos indicados por la Consejería de Sanidad y ha aislado a los trabajadores infectados, que no presentan síntomas y permanecen en sus casas, a la vez que se buscan los contactos estrechos de los infectados.
Durante la pandemia, el sindicato CC OO detectó que el número de bajas en la fábrica de productos procesados de pollo y conejo era más elevado de lo normal y denunció a la Inspección de Trabajo la situación para que actuara y garantizase que se aplicaban las medidas de seguridad adecuadas contra la pandemia. La denuncia se presentó el 22 de abril ante la Inspección, que dio cinco días de plazo a Uvesa para solucionar las deficiencias detectadas en materia de protección.
Según Uvesa, la industria alimentaria tiene unas normas “exigentes” por sus características, entre ellas, llevar monos de protección y limpiar exhaustivamente después de cada turno, medidas que se han reforzado con el “consenso” de los sindicatos y que el departamento de Sanidad ha dado por buenas. La fábrica ha estado en funcionamiento durante todo el estado de alarma al ser considerada un servicio esencial.
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