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Seis provincias españolas registran durante la pandemia el doble de muertes que en un año normal

El exceso de fallecimientos desde marzo es más alto en Segovia, Madrid, Guadalajara, Ciudad Real, Soria y Albacete

Seis provincias españolas han registrado un exceso de muertes superior al 100% durante la pandemia del coronavirus. Desde principios de marzo hasta comienzos de junio, ha habido más del doble de muertes que las que se registran habitualmente en un año en Segovia (+147%), Madrid (+122%), Guadalajara (+115%), Ciudad Real (+112%), Soria y Albacete (+103%). Solo en estos seis territorios se han registrado 20.542 fallecidos más de los esperados. Ocho de cada diez (16.000) han sido en Madrid.

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Six Spanish provinces saw twice as many deaths during Covid-19 crisis as in a normal year

El exceso de muertes es una de las mejores medidas del impacto de la epidemia de covid-19. Resulta de un cálculo sencillo: comparar el número de personas fallecidas en un determinado período, contabilizado en los registros civiles, con la media de las muertes en los últimos años (los últimos cinco, en este caso). El exceso total, en España, alcanza los 46.089 muertos, un 38,8% más de lo normal.

Este año, por primera vez debido a la excepcionalidad de la pandemia, el Instituto Nacional de Estadística (INE) está recogiendo y publicando la información de los registros civiles cada dos semanas. Se trata de una estadística que no detalla la causa de muerte; solo suma el total de fallecidos registrados. El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) suele usar estos datos para detectar repuntes durante olas de calor y en las temporadas de gripe (puede seguir aquí la evolución diaria de esta estadística). En este caso, no se puede atribuir todo el exceso a la covid-19, pero los repuntes durante esta crisis están superando cualquier antecedente. El verdadero exceso de muertes por el coronavirus solo lo conoceremos con cierta precisión en el futuro, cuando se analicen las muertes registradas según sus causas.

El dato de fallecidos por covid-19 que ofrece el Ministerio de Sanidad solo contabiliza personas sometidas a una prueba de diagnóstico. Y, a fecha de hoy, esa cifra sigue congelada en 27.136 fallecidos.

Un patrón que se repite en muchas provincias es que el exceso de mortalidad observado es superior al número de muertes confirmadas por covid-19. Esto puede deberse a los retrasos en los registros civiles, pero también a que algunas personas fallecen por la enfermedad sin que esto sea corroborado por los test, con lo que escapan de las cifras oficiales. A diferencia de lo que ocurre en Alemania o en Bélgica, España (y también Italia o el Reino Unido) no incluye en la estadística oficial los fallecidos con sintomatología compatible a la covid-19, solo los que han dado positivo en una prueba.

Las provincias más golpeadas

En el siguiente gráfico mostramos las provincias más golpeadas. Son 12 territorios donde el exceso entre marzo y junio es superior al 50%. La gran mayoría son provincias de la España interior, cercanas a Madrid y bien conectadas con ella. En Segovia, entre finales de marzo y principio de abril, en pleno pico de la pandemia, murieron seis veces más personas de las que suelen fallecer en esas fechas durante otro año. En la primera semana de junio, lejos ya del pico de muertes, Salamanca aún ha registrado un exceso superior al 50%.

El segundo grupo de provincias incluye las 12 con un exceso de muertes entre un 20% y un 50%. Además de las provincias castellanoleonesas, están País Vasco y La Rioja. En estos territorios fue donde se produjeron dos de los primeros brotes detectados en España. Sus picos de exceso más altos quedan lejos de Segovia o Madrid, pero en las peores semanas de la crisis Navarra o La Rioja triplicaban las muertes de un año normal.

La gran ventaja de utilizar el exceso de muertes para comparar el impacto de la pandemia es que no está limitado por la capacidad de cada autonomía para hacer pruebas. Son datos muy valiosos, aunque llegan con cierto retraso. Porque los registros de fallecimientos dan siempre una imagen ligeramente atrasada de lo que ha ocurrido. Las muertes se notifican tras unos días. En España, por ejemplo, lo habitual es que tarden dos o tres días en quedar registradas, pero el colapso de los registros civiles hizo aumentar esos tiempos.

Algo a tener en cuenta es que el confinamiento puede haber reducido fallecimientos por otras causas. En España, por ejemplo, los accidentes de tráfico han bajado a su mínimo histórico.

Pero también hay que recordar que no podemos atribuir al virus todo el exceso observado. Es posible que la saturación del sistema de salud —ambulatorios, hospitales— aumentara las muertes por otras patologías. Y que el confinamiento o el miedo a ir a un hospital puedan haber retrasado las visitas al médico; en el mes de marzo, la Sociedad Española de Cardiología registró un 40% menos de hospitalizaciones.

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