La Iglesia urge a sus fieles a hacer donaciones permanentes para superar las pérdidas por el coronavirus
La recaudación del cepillo, que supone un 34% de la recaudación de las 70 diócesis españolas, se paralizó con el cierre de los templos tras el estado de alarma
El azote de la covid-19 también ha llegado a las arcas de la Iglesia, que desde que cerró sus templos tras la proclamación del estado de alarma ha visto cómo los cepillos de sus parroquias han perdido hasta 20 millones de euros mensuales. Una recaudación importante si se tiene en cuenta que para las 70 diócesis españolas las donaciones de los feligreses supone más de 34% de sus ingresos, según datos de la memoria anual de 2018 que este lunes ha publicado la Conferencia Episcopal Española (CEE).
“Vienen años muy difíciles y de recortes importantes. Apelamos a la generosidad de todos”, ha anunciado durante la presentación Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para los Asuntos Económicos de la CEE. Razón por la que la cúpula de la jerarquía eclesial urge a sus fieles a arrimar el hombro y contribuir periódicamente para que los ingresos de la Iglesia puedan seguir financiando, entre otras cosas, sus proyectos sociales para ayudar a los más castigados por la pandemia. El vicesecretario ha afirmado que el objetivo de la Conferencia es que estos donativos tengan carácter permanente, es decir, que haya un compromiso por parte del feligrés y que no dependa de si va o no a misa. “Es igual que si yo estoy suscrito a una plataforma de música, televisión [como Netflix y HBO] o de cualquier cosa que tenga un pago mensual, pues [ahora] voy a decidir que 10, 50, 100 o los euros que sean los voy a destinar a mi parroquia, que voy cuando quiero”, ha afirmado Barriocanal.
Para ello, la CEE ha abierto un cepillo virtual para animar a los feligreses a que realicen sus donaciones de manera individual, a una diócesis determinada o, si lo desean, a una parroquia concreta (más de 23.000 en toda España). Estas donaciones desgravarán el 80% de la misma en la declaración de la misma. “Si un fiel dona 150, le desgravarán 120. Por lo que solo pagará 30 euros y su parroquia recibirá 150”, ha sentenciado el vicesecretario. Esta plataforma de pago, llamada Dono a mi Iglesia, ha pasado de recaudar unos 80.000 euros durante la primera quincena de abril a más de un millón durante la primera de mayo. Una cantidad lejana a los 20 millones mensuales de donaciones que se recaudaban antes del estallido del coronavirus. No obstante, la CEE se muestra optimista. “Estos días hemos visto que hay gente que hace colas en las parroquias para pedir comida, pero también ha habido personas que se han acercado a ellas para dar dinero. La generosidad se está multiplicando”, ha dicho el jefe de las finanzas de la CEE.
“Es igual que si yo estoy suscrito a una plataforma de música, televisión o de cualquier cosa que tenga un pago mensual, pues [ahora] voy a decidir que 10, 50, 100 o los euros que sean los voy a destinar a mi parroquia"Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para los Asuntos Económicos de la CEE
Por otro lado, Barriocanal ha insistido en que “la Iglesia no vive del aire” y “los fieles tienen que pagar el sueldo del cura”, lo que supone para las diócesis unos 200 millones de euros anuales. No obstante, el vicesecretario ha recordado que “la Iglesia no es una empresa” y que “todo lo que tiene, lo da”. "Lo que necesitamos es disponer de mucho para repartirlo entre los que más lo necesitan”, ha dicho.
La normalidad en los templos tardará meses en volver. Desde este lunes, todas las diócesis españolas volverán a oficiar misas públicas, aunque con medidas restrictivas: hasta un 30% del aforo en las comunidades autónomas en la fase 0 y 1 y hasta un 50% en aquellas que estén en la 2. La CEE estima que las recaudaciones de los fieles sigan a la baja durante la desescalada, ya que las iglesias no podrán llenarse y habrá fieles que, por precaución, no podrán acudir a las celebraciones. Esto, unido a los posibles recortes que pueden afectar a la asignación tributaria que el Estado destina a la Iglesia, están llevando a la jerarquía eclesiástica a buscar otras alternativas, como pedir préstamos u ofrecer a las diócesis ayudas concretas. “La Conferencia ha destinado líneas de ayuda para compensar [a los obispados] mediante anticipos de fondos, replanteamientos de deudas y ayudas especiales”, ha explicado Barriocanal.
Récord de recaudación antes de la pandemia
Por otro lado, los datos de la recaudación del año pasado en la casilla de la Iglesia de la declaración de la renta (asignación tributaria del 0,7 del IRPF de los contribuyentes que el Estado entrega a la Iglesia) ha batido récord: 285,2 millones de euros, 17 más que en el ejercicio anterior. Estas cifras hacen referencia a la declaración de 2019, es decir, sobre la actividad económica desarrollada en 2018. La Iglesia católica es la única confesión en España de disfrutar de este privilegio. Estos ingresos suponen el 23% de los 974 millones que la Iglesia recauda en total (un 33% corresponden a las donaciones de los fieles, un 11% a los ingresos por patrimonio y otras actividades, un 5% de ingresos extraordinarios y un 27% de “otros ingresos corrientes”, según datos de la CEE).
Del dinero percibido por el Estado, los obispos destinaron la mayor parte a las 70 diócesis españolas (202 millones), que lo gasta de la forma que quiere y según su criterio. El resto fue destinado para la seguridad social de los sacerdotes, a Cáritas, a su canal de televisión Trece, a centros de formación, para rehabilitación de templos y para el sueldo de los obispos, entre otras cosas.
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