Francia permitirá las visitas familiares “limitadas” a ancianos en residencias
El 45% de las residencias de la tercera edad han registrado al menos un caso de coronavirus
Será de forma “extremadamente limitada” y bajo condiciones muy estrictas, como la prohibición expresa de contacto físico. Aun así, la decisión del Gobierno francés de volver a permitir las visitas en residencias de la tercera edad a partir de este lunes ha provocado un suspiro de alivio para los mayores y sus familiares. Los 700.000 ancianos que viven en estos centros en toda Francia llevan semanas confinados en condiciones mucho más estrictas —en sus habitaciones y sin visita alguna— que el resto de la población, pese a lo cual, la mortalidad en estas instituciones supone más de un tercio de los casi 20.000 fallecidos en todo el país a causa del coronavirus, de ahí las grandes precauciones que una medida como esta debe implicar.
“Hemos elaborado nuevas recomendaciones para organizar a partir de mañana un derecho de visita de las familias a sus mayores”, ha anunciado este domingo el ministro de Sanidad, Olivier Véran, durante una comparecencia pública junto con el primer ministro, Édouard Philippe, para explicar en qué punto de la crisis del coronavirus se encuentra Francia y las medidas que se están poniendo en práctica. La decisión, que se ha tomado “en vista de que el confinamiento va a durar más semanas” (hasta el 11 de mayo para toda la población, más tiempo, aún por definir, para los ingresados en residencias), estará sujeta a numerosas restricciones.
Según ha precisado Véran, las visitas se producirán “a petición del residente”, pero “bajo responsabilidad de la dirección de los establecimientos” y bajo “condiciones extremadamente limitadas”: no podrán acudir más de dos personas por familia, “ni al mismo tiempo” y, en ningún caso, estará permitido tocarse. “Habrá imposibilidad de contacto físico, pero sí habrá contacto visual, pueden pasar muchas cosas con la mirada e imagino el alivio de muchas familias que podrán volver a visitar a sus cercanos, sobre todo a personas que han perdido la autonomía y a veces están desorientadas, pero que conocen el valor de una mirada”, ha dicho el ministro.
Si las medidas son casi draconianas, es porque el problema del coronavirus es especialmente grave en las residencias de ancianos. Hasta la fecha, el 45% de estos centros han registrado al menos un caso de covid-19, ha revelado Véran. La cifra de fallecimientos en estas residencias asciende ya, desde el 1 de marzo, a 7.649 personas. Solo esta semana comenzó la detección masiva en las 7.400 residencias de la tercera edad del país. La política es efectuar los test en cuanto se detecta un caso en una institución. Hasta la fecha, se han confirmado más de 22.000 casos de covid-19 y se sospecha de otros 40.000 en las residencias (en cuanto se confirman dos o tres casos, todos los que presenten síntomas de covid-19 son dados como casos “probables” y son tratados como tal). Según Véran, en esta última semana se han realizado 50.000 tests en residencias de la tercera edad.
Las residencias empezaron a parapetarse contra el coronavirus días antes de que se decretara el confinamiento nacional, el 17 de marzo, aunque la duda es si lo hicieron a tiempo y con medidas suficientes. Cuando el presidente, Emmanuel Macron, visitó uno de estos centros, el 6 de marzo, el Gobierno se limitaba aún a apelar a la “responsabilidad” de los familiares y pedía solo que los adolescentes se abstuvieran de visitar a sus abuelos o parientes mayores, “porque ellos, como se sabe hoy, transmiten mucho los virus”. Muchas residencias empezaron a tomar por su cuenta medidas preventivas, como restringir los horarios de visita, tomar la temperatura a los visitantes y exigirles que se lavaran las manos con gel hidroalcohólico antes de entrar a visitar a sus familiares ancianos. Solo una semana más tarde se endureció el tono y quedaron prohibidas todas las visitas a las residencias, que desde entonces han estado prácticamente atrincheradas. Hasta este lunes.
La decisión se conoce después de que el Gobierno también diera marcha atrás con la prolongación del confinamiento de la población mayor de todo el país. Tras las protestas por las declaraciones oficiales que preveían alargar más allá del 11 de mayo el aislamiento que las personas de más de 65 y, probablemente, por un tiempo indeterminado, el Elíseo hizo saber el viernes que Macron “no desea una discriminación” de los más mayores o frágiles y se limitará a llamar “a la responsabilidad individual”. “No habrá obligación” de permanecer en casa, reiteró este domingo Véran.
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